Los fabricantes de teléfonos móviles son conscientes de que están atados a un formato que se presta a pocas innovaciones y cambios radicales. Un rectángulo que puede ser más fino, menos grande, con un material u otro pero siempre con unas líneas rectas que rara vez se curvan, especialmente si son las del frontal, donde está la pantalla.
En los últimos dos años hemos visto cómo algunos se han atrevido a doblar esas líneas y conseguir un factor forma diferente. Samsung ha sido quien más fuerte ha apostado por la curva y tras lo que pareció un experimento puntual, ha terminado convirtiéndose en una opción más a la hora de comprar su buque insignia. La curva repite en el Samsung Galaxy S6 pero ¿es tan útil como brillante?
Antecedentes: Note Edge y Galaxy Round
No es la primera vez que Samsung decide fabricar un móvil con pantalla curva. Tras el discreto experimento con el Galaxy Round en Corea del Sur, lo intentaron con más atino en el Note Edge presentado en la última IFA. Una curva más discreta, en el margen derecho de la pantalla y con el objetivo de darnos información muy puntual.
Era bonita pero, como vimos en nuestro análisis, no aportaba mucho al día a día. Conscientes de ello, Samsung decidió darle menos protagonismo al uso de la curva pero tenían claro que querían que fuera un elemento clave y que Edge no fuera un experimento puntual.
Estéticamente no desagrada pero cuando pagas una diferencia importante por un elemento en concreto, esperas más de él. El resultado final con el Note Edge fue descubrir que llenarla de funciones y usos posibles no se traducía en una mejor experiencia de uso. Sin embargo, parece que no han querido tirar por la borda el desarrollo que hay detrás de esos paneles y así lo hicieron. Con el S6 tenemos una versión con dos curvas en vez de una.
Es cierto que Samsung no son los primeros ni los únicos en intentar móviles con pantalla curva. LG también lo intentó con dos generaciones del G Flex pero siempre haciendo una diferenciación muy clara respecto a su buque insignia: G Flex andaba lejos del G3 mientras que el G Flex 2 también será menos ambicioso que el G4, un terminal que finalmente no apostará por la curva.
Samsung ha decidido meterse de lleno y aunque lo hace sin sacrificar las pantallas planas, lo hace ofreciéndolo de forma conjunta, con dos modelos, a un precio más elevado (la innovación y el desarrollo se pagan) y con una propuesta más centrada en el diseño y no tanto en lo que podemos hacer con ella.
El presente: las curvas del S6 Edge
Tras el fracaso del Samsung Galaxy S5, los resultados de los coreanos así lo avalan, sabían que tenían que dar un golpe en la mesa, quitarse de encima la etiqueta de que los móviles fallaban en el factor forma y la elección de materiales. Con otros fabricantes presionando en diseño, era cuestión de tiempo de que dieran el salto pero necesitaban algo más. Lo tenían ya en sus manos, sí, la curva en la pantalla.
Con eso en mente, decidieron dar un salto importante en el Samsung Galaxy S6 y su versión Edge. Una curva en cada lateral del teléfono para refinar el diseño pero no para redefinir el uso de la curva. Estética sobre funciones, un compromiso arriesgado a priori.
La curva en el Samsung Galaxy S6 Edge tiene usos muy concretos como saber quién nos ha llamado o escrito emitiendo una luz en los bordes, algo que veremos cuando tengamos el teléfono boca abajo sobre una superficie plana. Nada de menús laterales con un montón de opciones que al final no aportan nada positivo.
Tanto en mano como en fotos la curva luce bien, es atractiva pero hay que saber que su uso ha quedado muy limitado. Esto a priori puede parecer una cortapisa para un teléfono, el Edge, que es algo más caro que el modelo normal. Sin embargo, a pesar de todo parece que la idea ha gustado.
Según explicó Samsung en la presentación del Galaxy S6 en España, la mitad de las reservas que se han hecho eran con el modelo Edge. A la gente le gusta, a sabiendas de que la curva es diferencial a nivel estético y no aporta mucho y eso es, en definitiva, una buena noticia para una Samsung que en 2014 no ha estado del todo fina.
Tras haber probado la mayoría de teléfonos con curva en la pantalla, siendo el S6 Edge el último, de momento me muestro escéptico al respecto. Samsung ha hecho bien en dar un paso atrás en funciones y centrarse más en diseño pero a día de hoy si tuviera que elegir el mismo móvil con pantalla plana o curva tengo muy clara mi elección: me quedo con las líneas rectas, de momento.
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