Fairphone fue un smartphone Android que en su día buscó un enfoque completamente diferente a lo que habíamos visto hasta ahora. Su objetivo era crear un teléfono con el menos impacto posible: producción justa, que durara varios años y las condiciones en las que se producía no fueran extremas. Lo consiguieron, de hecho les ha ido tan bien que hace más de un año comenzaron a trabajar en la segunda generación de este terminal y ahora sus creadores nos cuentan algunos datos sobre él.
Todavía es pronto para hablar de un producto final en este presunto Fairphone 2 (llegar llegará, pero no sabemos todavía si lo hará con ese nombre) pero gracias a un extenso artículo en el blog ya sabemos qué podemos esperar. Por supuesto, se mantendrá la filosofía que ha hecho que este producto sea único en el mercado.
Qualcomm y LTE a la cabeza
Llevar este pensamiento de desarrollo responsable puede hacer creer que el producto no va a ser tan bueno. Sus creadores quieren que nos quitemos esa imagen de la cabeza, para su próximo terminal quieren más potencia y por eso para el procesador pensaron en fabricantes de primera línea: Intel, Qualcomm, MediaTek... Finalmente se decantaron por la tecnología Snapdragon pero no especifican cuál será el SoC que utilizarán.
Otra preocupación con la elección de los componentes estaba en la conectividad. El modelo anterior solo permitía conexiones 3G en red móvil y el nuevo modelo llegará LTE/4G. De nuevo, no dan muchos más detalles al respecto por lo que si Fairphone 2 monta un SoC de este año, lo más probable es que sea un 410 o un 615 de Snapdragon. Son solo suposiciones en base a lo que comentan.
El diseño también será un elemento importante y por eso han contratado a una auditoria que ha estado detrás de varios grandes diseños de dispositivos móviles. No especifican con quién están trabajando ni cuál es su portfolio. De momento nos quedamos con una afirmación de lo más interesante: queremos repensar el diseño y hacerlo de dentro hacia afuera y no al revés.
¿Qué significa esto? Que el factor forma que nosotros no veamos no va a comprometer las tripas del terminal. Es decir, que sea un terminal resistente, capaz de aguantar bien el paso del tiempo y además que sea fácil de reparar. No hay más que echar un ojo a los últimos smartphones que desguazan en iFixit para darnos cuenta de lo difícil que es arreglar cualquier tope de gama.
En breve sabremos más detalles pero parece que la estrategia de Fairphone para este nuevo teléfono es ir desmigando la información en pequeñas piezas y tenernos en vilo para, en algún momento, saber qué nos ofrecerá este nuevo terminal. Probablemente esta segunda generación le sirva para seguir creciendo y dar un mensaje difícil de replicar a otras compañías: es posible hacer un teléfono más sostenible.
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