Si tienes un presupuesto de lo más modesto y buscas un móvil de la máxima calidad, mejor prestar atención a estos factores
Siempre hay un roto para un descosido y esto aplica a los teléfonos móviles. Cuando busco un teléfono para mí, tengo muy claro lo que quiero. Pero la cosa cambia cuando llega alguien y me pide recomendación. Lo primero es saber qué quieren en un móvil, pero a veces me recuerda a aquella escena de Los Simpsons en la que Agnes Skinner le pide al chico de las bolsas en la caja del súper que 'quiere toda su compra en una bolsa, pero que no pese'. Vamos, un imposible: quizás quieras una cámara de calidad pero tu presupuesto máximo sea 200 euros y ya te adelanto que no va a suceder. Otra cosa son mis padres, que pueden darte su lista de deseos, pero les conoces lo suficiente como para saber qué es lo importante. Un presupuesto ajustado implica sacrificios, es decir, centrarnos en lo importante. Así que si tu intención es gastarte entre 100 y 200 euros en un teléfono, esto es lo que yo miraría.
Lo fundamental en ese rango de precios es el hardware y ahí hay una 'santísima trinidad' que no debes perder de vista: procesador, RAM y almacenamiento. Que sí, que igual lo quieres más grande o más pequeño, has oído las bondades de las pantallas OLED, quieres una gran batería (spoiler: por norma general, en ese rango de precios la autonomía suele ser uno de los puntos fuertes) o lo quieres con muchas cámaras o que haga buenas fotos, pero si te desesperas abriendo un par de aplicaciones, todo lo anterior pasa a un segundo plano.
Procesadores: poco margen, pero hay un par de trucos para acertar
Aquí tampoco quiero aguar la fiesta a nadie, pero la meta es tener un buen rendimiento en nuestro escenario de uso, a priori no muy intensivo, pero también hay extras más allá de los núcleos o la frecuencia como el soporte 5G, cifrados, compatibilidad con componentes, eficiencia energética...y esencialmente dos fabricantes: Qualcomm y Mediatek.
Así, entre los primero vamos a encontrarnos el Snapdragon 4 Gen 1 (Snapdragon 6 Gen 1 con una buena oferta) o el Snapdragon 685 (o incluso su predecesor el Snapdragon 680) y del segundo el Helio G99 o Dimensity 810 (o un escalón por debajo, el Dimensity 700). Como regla general, un número más alto implica ser mejor y en algunos casos, ser más moderno.
¿Cómo acertar? Me gusta echar un vistazo a la ficha técnica de las últimas propuestas tanto de Qualcomm como de MediaTek para saber qué es lo último y sus prestaciones. La realidad es que ambas casas tienen optimizados sus chipsets más modestos, pero mi recomendación es buscar el equilibrio y decidirse por el chip más moderno. A título personal, me sigue gustando algo más el comportamiento de los chips del fabricante americano.
RAM y almacenamiento: dame más
¿Las dos en una? Sí, porque normalmente los fabricantes ofrecen versiones de 4/64GB o 6/128GB, lo que implica ir a más tanto en memoria RAM como en almacenamiento. En cualquier caso, aquí no hay fallo: cuanto más, mejor.
Es probable que si te vas a gastar poco más de 100 euros en un teléfono tu uso sea esencialmente WhatsApp, navegar por internet, algo de Google Maps, ver algún vídeo y hacer alguna que otra foto y vídeo. Pero tener todo eso abierto puede hacer que tu móvil vaya a pedales y la meta es que la experiencia sea moderadamente ágil. Esta es la principal misión de la RAM, destinada al almacenamiento y recuperación rápida de datos para tareas que los requiera, por ejemplo esas apps que están funcionando simultáneamente en segundo plano. En ese rango de precios vamos a encontrar 4, 6 y hasta 8GB en momentos puntuales.
En cuanto al almacenamiento se entiende de forma intuitiva que cuanto más espacio tengas, más aplicaciones, fotos y vídeos podrás guardar. Normalmente las personas que buscan smartphones baratos para uso básico no tienen intención de cambiarlo cada poco tiempo para disfrutar de novedades (eso se reserva más a perfiles techies), por lo que mejor tener espacio suficiente para los años que esperas que te dure el teléfono. Además, aunque las nubes y las SD pueden sacarte del apaño, la experiencia es diferente (y si haces números pagando suscripciones, lo barato puede salirte caro).
Aquí soy tajante: si puedes ir por el modelo de 6GB y 128GB, mucho mejor, lo agradecerás mañana porque tu móvil envejecerá mejor.
La guinda del pastel: de qué año son
Cogiendo lo anterior y buscando las propuestas de los principales fabricantes, es fácil toparse con modelos de dos años consecutivos para encontrarse en una encrucijada: ¿me compro el móvil más veterano pero con bien de RAM y de almacenamiento u opto el modelo más nuevo, aunque sea la versión básica?
Yo lo tengo muy claro: en general, mejor apostar por el móvil más nuevo. Para empezar, porque el procesador va a ser más moderno, lo que implica una optimización y tecnologías más recientes, como ISP o procesador de señal de imagen.
Pero hay factores importantes más allá de la mera hoja de especificaciones. Así, quizás tengan la misma cantidad de memoria, pero en el modelo más nuevo seguramente sean más rápidas y menos exigentes energéticamente hablando.
El paso del tiempo es un punto importante , ya que componentes más nuevos responden mejor ante actualizaciones y en general, un modelo más reciente tendrá más años de actualizaciones. Esto a la larga son más años de vida útil.
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