Parece que fue ayer pero han pasado ya cinco años desde el iPhone X, el iPhone que se cargó el botón de inicio y su Touch ID, apostándolo todo por el reconocimiento facial seguro con sensores que no cabían en otro sitio salvo en una enorme ceja en la parte superior. En los cinco años siguientes Apple ha estado reduciendo el notch y ahora finalmente se lo ha cargado. Más o menos.
Se acabó el reinado del notch, pero solo en los iPhone 14 Pro y iPhone 14 Pro Max: los iPhone 14 y iPhone 14 Plus se quedan como están (casi literalmente). ¿Y cómo ha logrado Apple escapar del notch? Con la misma solución que lleva explorando Android desde 2018: la cámara perforada en la pantalla. Pero a lo grande.
Cinco años de cejas
El iPhone X de 2017 aceleró la tendencia de llevar la pantalla a los límites del frontal, eliminando definitivamente la botonera (o botón, en el caso del iPhone), aunque había un problema: la cámara frontal. Técnicamente Apple podría haber implementado Touch ID en un lateral o en la parte de atrás, pero por definición la cámara frontal debe ir al frente.
La compañía de Cupertino solucionó ambos problemas de una tajada o, mejor dicho, a golpe de ceja. Nacía el notch, una "pestaña" que irrumpía en la parte superior de la pantalla para incorporar la cámara frontal, altavoz y los sensores necesarios para el funcionamiento de Face ID, la biometría segura basada en la cara en lugar de en las huellas dactilares.
El notch provocó sensaciones de todo tipo entre el público, aunque Apple quiso dejar claro que estaba para quedarse, invitando a usuarios y desarrolladores a aceptarlo: no había vuelta atrás. Y no mentía. El mismo notch se mantuvo prácticamente inalterado durante los siguientes años y haría falta sacar una regla para apreciar las diferencias milimétricas entre ellos.
Cuatro años más tarde, Apple finalmente logró reducir el notch en el iPhone 13, siendo ya no muy distinto a lo que nos encontrábamos por ejemplo en el Huawei Mate 30 de 2019. Esto ya es otra cosa: el espacio a ambos lados de dicho notch era bastante más holgado y la sensación era más de tener una parte superior con una cosita en medio que la de tener una gran cosa con trocitos de pantalla a sus lados. No es lo mismo.
Android se inspiró pero evolucionó a su manera
Volvemos al momento del lanzamiento del iPhone X y es innegable que la mayoría de directivos de fabricantes de móviles Android tomaron buena nota. A lo largo del año siguiente el notch invadió Android y por todas las razones equivocadas. La ceja llamaba la atención, eso es innegable, y hubo quien quiso subirse a la chepa de la moda para recibir un poco de ella, aunque estos notch no tuvieran mucho sentido al no tener Face ID.
El notch grande a lo iPhone estuvo presente en un puñado de móviles, pero no terminó de cuajar y en su lugar terminó imponiéndose el notch en forma de gota como la solución universal. Más tarde llegaría algo todavía más discreto: la cámara frontal perforada en la pantalla.
Samsung anunciaba su primer móvil con la cámara frontal perforada en la pantalla con 2018 en sus últimos días, el Galaxy A8s con pantalla Infinity-O, y la tendencia no tardó en calar, especialmente entres los móviles premium, para extenderse en los siguientes años a básicamente todas las gamas salvo las más baratas. Todo esto, con un loco periodo de experimentación donde no faltaron las cámaras motorizadas o pop-up como la del Huawei P Smart Z o los mecanismos deslizantes, como los del Xiaomi Mi Mix 3.
Desde entonces los fabricantes de Android han estado coqueteando con la idea de incluir la cámara frontal bajo la pantalla, aunque sigue siendo más un experimento que una solución para las masas, al menos de momento. En la actualidad, la perforación en la pantalla sigue siendo la solución preferida para las masas, con el notch en forma de gota como alternativa para las gamas más baratas. Toda esta evolución ha sucedido en Android mientras Apple reducía su notch en milímetros.
De la ceja pasamos a la isla
Volvemos a Apple en 2022 y la compañía finalmente ha decidido acabar con el notch, pero solo en sus móviles más potentes y caros. De la ceja anclada a la parte superior pasamos a una isla que no para quieta. Es a grosso modo el notch el iPhone 13, pero ahora flotando en la pantalla. Del resto, se encarga el software.
Tras cinco años de notch, Apple ha perfeccionado la técnica de ocultar esa cosa que hay en mitad de la pantalla con todo tipo de trucos, y hay que reconocer que en esta última iteración han puesto toda la carne del asador. En lugar de hacer una perforación pequeña para que nos olvidemos de ella, la perforación cobra protagonismo animándose y expandiéndose para mostrar información adicional. No es un bug, es una feature.
Esta misma información podría mostrarse sin problemas a los lados de dicha perforación, como siempre, pero la solución de Apple nos permite olvidarnos momentáneamente de que hay una píldora de sensores tapándonos la parte superior de la pantalla. Al menos, mientras usamos el móvil en vertical.
Cinco años más tarde, Apple ha llegado a la misma conclusión que Android en cuanto a cuál es la mejor solución para incorporar la cámara frontal, aunque la cabezonería por mantener Face ID en lugar de volver a un Touch ID que podría perfectamente incluirse bajo la pantalla hace que la implementación sea bastante distinta (es una palabra, grande) a la de Android. Y todo esto, sin tener que probar nada nuevo, sino mirando desde la barrera qué hacen los demás.
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