CAT S75, análisis: un tanque con conexión por satélite

El CAT S75 no solo tiene una resistencia extrema, también permite comunicarte y enviar mensajes de socorro en zonas en las que no tienes cobertura.

Hace tiempo no me lo habría planteado, pero llevo dos semanas utilizando un móvil ultrarresistente como mi teléfono principal. Una semana lo combiné con el Realme 11 Pro+, pero otra lo he utilizado para absolutamente todo. Y, aunque no es el móvil de mis sueños, te confieso que nos hemos terminado entendiendo.

A continuación, te cuento mi experiencia con el CAT S75 en un análisis en el que veremos los puntos fuertes y los puntos flacos, pero sobre todo el usuario objetivo al que creo que está destinado un móvil como este. Y, ojo, no es solo para trabajar en la obra, tiene un secreto que lo convierte en el accesorio ideal para ir de excursión.

Ficha técnica del CAT S75

Diseño: un tanque con botones de socorro

Lo primero es lo primero y, aparte de que siempre empezamos los análisis hablando del diseño, aquí se trata del elefante en la habitación, como se suele decir. El CAT S75 es un móvil que pertenece a la categoría de los rugerizados, y eso implica dos cosas: la primera es que es muy resistente, la segunda es que estéticamente no es el más agraciado. Ambas se cumplen en este modelo, aunque tengo que decir que me ha ido convenciendo poco a poco.

Abordando la resistencia, no faltan certificaciones y encontramos IP68 -resistente a agua y polvo-, IP69K -resistente a agua de alta presión, vapor y alta temperatura-, certificación militar MIL SPEC 810H -funciona bien entre +30º y 75º en un periodo máximo de 24 horas- y pantalla Gorilla Glass Victus.

Viendo el móvil, puedes imaginar que todo esto es verdad, pero además CAT lo ha probado con caídas desde 1,8 metros sobre acero y es sumergible hasta cinco metros por un máximo de 35 minutos. Al final, muchos móviles tienen certificación IP68, pero los fabricantes indican que no es recomendable que los sumerjamos. En el caso de este tipo de móviles, y este en concreto, es distinto.

Está preparado para el trabajo en condiciones extremas y tengo que decirte que lo único extremo de mi trabajo es que se me corte el wifi, así que no entro en su cartera de clientes potenciales, pero lo que sí hago todos los días es salir con mi perra a dar largos paseos por la ciudad o el monte. Y sí, si no tengo cuidado, se me cae el móvil, sobre todo en verano con pantalones cortos.

El CAT S75 ha ido al suelo un par de veces: una sobre una roca (la parte trasera se ha marcado un poco, aunque te tienes que fijar) y otra sobre la tierra. Puedo decirte que sobre la roca rebotó, y eso es porque el material es gomoso. En la trasera, donde tenemos el logo de CAT, el sensor capacitivo y el módulo de cámaras (bien protegido, por cierto), el material es algo más duro, pero los laterales y el marco de la pantalla es de goma.

Si lo dejas en una mesa boca arriba o boca abajo, no se resbala, y esto es debido a los propios materiales… y al peso. Son 268 gramos, que se dice pronto, y mide 171 milímetros de alto. Es un móvil enorme, pesado y grueso, con un perfil de 11,9 milímetros. En el día a día no es el más ergonómico y las dos o tres primeras jornadas estuve acostumbrándome a él, pero al final es “cómodo” gracias al tacto de sus materiales y a la curva de su trasera.

Lo que no me resulta cómoda es la botonera. No me gusta ni el tacto ni la ubicación de los botones, y hay muchos. En el lateral derecho tenemos los de volumen, que están algo más arriba de lo que me gustaría, pero es que el de bloqueo está todavía más alejado del pulgar, casi en la esquina superior.

Sencillamente, tengo que hacer un esfuerzo con la mano para llegar al botón de bloqueo, y no es óptimo. Además, la pulsación tampoco es placentera: tiene poco recorrido y siempre me da la sensación de tener que pulsar más fuerte de lo que debería. En la parte superior tenemos un botón rojo metido en el cuerpo que, básicamente, manda una señal de socorro.

Si lo mantenemos pulsado unos segundos, envía una señal utilizando el servicio integrado de Android, uno de nuestra elección mediante una app de terceros o usando el servicio Bullitt Satellite Messenger. Te hablaré de esto más adelante porque es de lo mejor del teléfono. Sobre este botón, nada que objetar, ya que entiendo que esté dentro del cuerpo para impedir una pulsación por error.

En el lateral izquierdo tenemos un botón programable (presionar para hablar, y la posibilidad de abrir apps rápidamente tanto con una pulsación doble como con una prolongada), así como la ranura de la SIM. Este botón tampoco me agrada. Tiene un tacto rugoso que es acertado si usas guantes, por ejemplo, pero es demasiado alargado, sin estabilizadores y el punto de activación está en el centro. Muchas palabras para decirte que, si lo pulsas en los extremos, baila y lo más fácil es que no actives el pulsador.

La ranura de la SIM la puedes abrir sin necesidad de la herramienta o pinchito y puedes sacar tanto la tarjeta como otra integrada que permite la comunicación por satélite. Está bien sellada y ahí están todas las certificaciones, pero si la eSIM tenía sentido en móviles, es en conceptos como el de este CAT S75. De este modo, podríamos tener la SIM del satélite, nuestra eSIM con el número y una microSD. Eso sí, como digo, está bien sellado.

Pantalla y sonido: el panel cumple y poco más, pero los altavoces me han sorprendido

Junto a la conexión satelital, el diseño es el punto más importante de este teléfono y será el principal motivo de compra para usuarios que necesiten esa protección extrema para su terminal, pero el resto de apartados también deben acompañar.

La pantalla, por ejemplo, considero que es correcta. Tiene una diagonal de 6,6 pulgadas y es grandota para ver bien el contenido. La resolución es FullHD+ y el refresco es de 120 Hz. Podría haber sido perfectamente de 90 Hz, pero agradezco que CAT haya incluido este panel porque hace buenas migas con la versión tan pura de Android que monta.

Es un panel IPS que tiene unos ángulos de visión algo justitos, aunque unos colores que no están mal para consumir contenido. Sin embargo, en el brillo se podría haber dado un pasito más. Es posible que este móvil se use en la construcción o en la agricultura, o en cualquier sector que trabaje al aire libre, y ahí es fundamental un brillo alto. No es algo que tenga este terminal y, en días soleados, es complicado ver bien la pantalla.

El sonido, en cambio, sí me ha gustado. Para empezar, es estéreo, que aunque estemos en 2023, precisamente no es lo que me imaginaría en un móvil como este. Para seguir, la calidad no está nada mal, con un buen volumen y unos bajos correctos. Vas a poder darte una ducha escuchando música desde el móvil, aunque no subas por encima del 80% porque chirría un poco en los medios y agudos.

¡Ah! Que me olvidaba. En un ambiente industrial, lo más seguro es que lleves guantes, y el CAT S75 tiene un “Modo guantes” que aumenta la sensibilidad de la pantalla para que sea perfectamente ‘usable’ con ellos. De hecho, por probar, me he imaginado que tengo un lápiz en el bolsillo de mi camisa de cuadros y, como puedes ver en este vídeo, puedes utilizar la pantalla perfectamente usando uno como puntero. Con el plástico de un boli no funciona.

Rendimiento y autonomía: Android puro va suave y el Dimensity 930 consume poco

Pero bueno, vamos al interior. El corazón es el MediaTek Dimensity 930. Se trata de un SoC construido en una litografía de seis nanómetros con ocho núcleos, dos de ellos a una frecuencia de 2,2 GHz, soporta RAM LPDDR5 y memoria con estándar UFS 3.1.

Aunque los test sintéticos no son el punto fuerte, aquí va la tabla comparativa contra móviles que no son competidores, pero para que veas dónde queda este SoC:

Algo que sí considero importante es la velocidad de la memoria porque puedes jugar a títulos simples o juegos más punteros con gráficos al mínimo, pero en un móvil para trabajar, considero que la velocidad a la hora de cargar y descargar datos, así como al momento de copiar archivos, es fundamental.

En este sentido, y pasando nuestros test de velocidad, tenemos una escritura de 378,61 MB/s y una lectura de 552,19 MB/s. No es una velocidad especialmente rápida, digamos que está en la media de la de los móviles de gama media/baja del año pasado, pero es correcta para el uso que se va a hacer del terminal.

Sin embargo, sin ser un portento a nivel de hardware, Android se mueve muy bien. Es Android 12, así que un tirón de orejas para una CAT que promete que se actualizará tanto a Android 13 como a Android 14, pero los parches de seguridad parecen correctos, teniendo el más reciente en el momento de escribir estas líneas.

Es una versión muy, muy limpia de Android, sin una capa de personalización y con unas apps preinstaladas que se limitan a Facebook, Messenger de Meta, una webapp que redirige al catálogo de teléfonos de la compañía y Toolbox. Esta última recopila aplicaciones útiles en entornos profesionales y deportivos al aire libre y nos redirige a la Play Store.

El funcionamiento durante estas dos últimas semanas ha sido estable, sin percances, sin ralentizaciones y con una fluidez muy interesante. La única vez en la que “rasca” es cuando abrimos Discover después de unas horas sin hacerlo. El resto del tiempo, la verdad es que va muy, muy fluido.

Y un móvil con batería de 5.000 mAh, un SoC que no consume demasiado, un software sin capas pesadas y una pantalla con un brillo que no es alto se traduce en una autonomía muy interesante. En el día a día, he tenido para entre siete horas y media y nueve horas de pantalla, con entre 41 y 46 horas de autonomía total.

Considero que es una muy buena cifra teniendo en cuenta que tengo el correo y Slack con muchas notificaciones, así como Telegram y WhatsApp siempre activos y Apple Music reproduciendo música por Bluetooth casi constantemente. Eso sí, teniendo en cuenta el grosor, CAT podría haber sido algo más ambiciosa y añadir una batería de 6.000 mAh o más.

Hace unos meses analicé el Motorola ThinkPhone, otro móvil rugerizado con 5.000 mAh, pero la diferencia era que ese contaba con un grosor de 8,3 milímetros por los casi 12 milímetros del modelo de CAT. Y la carga tampoco es para tirar cohetes, con un máximo de 15 W que se traduce en unas dos horas de carga para conseguir el 100%. Y solo tenemos el cable, nada de cargador. De hecho, para un móvil como este, me plantearía comprar un cargador solar.

La conexión satelital es la clave

Al margen de que se trate de un móvil ultrarresistente, CAT siempre intenta introducir alguna novedad que justifique una nueva generación. Así, hemos visto terminales con cámaras térmicas -como el CAT S60- y en esta ocasión tenemos conexión satelital. No es como la del iPhone 14, ya que esta sí funciona en España.

Con el dispositivo, tenemos incluido un año del plan más básico de manera gratuita y opino que es el principal valor a tener en cuenta si te estás planteando comprar este móvil. Terminales resistentes hay muchos, pero aquí se combina esa característica con la posibilidad de comunicarte estés donde estés.

Cuando creas tu cuenta en la aplicación Bullitt incluida en el teléfono, y con la tarjeta que viene en la caja, puedes empezar a utilizar la aplicación correspondiente, con tres acciones básicas:

• SOS que se notifica al Centro de respuesta de emergencias de FocusPoint International, compartiendo tu ubicación automáticamente.
• Mensajes SMS, pero por satélite, no a través de las antenas tradicionales.
• Registro de ubicación. Si te caes o pierdes y no sabes dónde estás, puedes mandar a un contacto tus coordenadas.

Puedes configurar un contacto de emergencia para esto y simplificar los pasos en caso de emergencia, y en cualquier momento puedes consultar los datos de mensajes restantes (no son ilimitados, ojo, así que no lo uses a lo loco).

Tras ese año, toca pagar 60 euros por el plan anual con 250 mensajes de texto o elegir un plan mensual. Por eso digo que debes tener claro que compras este móvil con esa característica en mente.

En mi caso, por suerte, no lo he tenido que usar (y casi me siento mal por haber mandado uno de prueba), pero imagina que voy por el campo con mi perra, que me tuerzo un tobillo o me quedo atrapado y no puedo volver. Es tan fácil como sacar el móvil, alinearme con el satélite y mandar el mensaje, la ubicación o la llamada de emergencia.

Y sí, me sigue pareciendo alucinante tener en un móvil comercial la capacidad para comunicarme con un satélite que está a 35.000 kilómetros. Por lo demás, es 5G y funciona sin problemas en el día a día, y el GPS también me ha parecido preciso.

Cámaras para mandar fotos a clientes, pero para poco más

Y no me olvido de las cámaras, pero realmente es algo testimonial en este móvil. Está porque debe estar, pero no entiendo por qué no se pone algo más de interés en un apartado que puede ser interesante para alguien que trabaje en construcción (por ejemplo, para enviar fotos de cómo queda un proyecto) y que, además, tiene buenas ideas.

Primero, hablemos de esas buenas ideas. Aunque la interfaz de cámara no es la más intuitiva porque sí vemos personalización por parte del fabricante, pasamos del angular al gran angular con un toque en un botón muy “visual”. Eso me gusta, además de tener un modo de captura “bajo el agua”.

Cuando lo activamos (asegúrate de que la ranura de las tarjetas está bien cerrada si vas a hacer esto) la pantalla táctil se bloquea y tenemos un control mediante los botones: el de subir el volumen es el obturador, el de bajar volumen pasa del modo foto al modo vídeo y el personalizable es el que sale del modo de toma acuática.

En hardware, el sensor principal es el ISOCELL JN1 de Samsung con 50 megapíxeles, acompañado de un sensor de 8 megapíxeles para el gran angular y de un macro de relleno de 2 megapíxeles. Y no, la calidad no es para tirar cohetes con ninguna de las cámaras. De hecho, el macro no invita a ser utilizado.

El problema lo tiene un procesado con colores muy apagados y una nitidez artificial muy agresiva. No noto una reducción de ruido extrema, y eso me gusta, pero como el software sube muchísimo la nitidez, la imagen parece “sucia” y es poco agradable.

Con buenas condiciones de luz hace fotos correctas, lejos de lo que consigue cualquier otro móvil en su rango de precio y con ese sharpening extremo, pero bueno, se pueden usar. En interiores o cuando la luz baja, los defectos del procesado son más notables. Y todo eso se multiplica si hablamos del gran angular.

El sensor puede con resolución 4K para vídeo, pero nos quedamos con 1.080p30 como máximo y el estabilizador digital tampoco es que haga un gran trabajo. En el frontal tenemos un sensor de 8 megapíxeles al que se le resiste el HDR y que presenta los mismos problemas de procesado que las cámaras traseras.

En definitiva, no es un móvil que comprarás por la cámara, eso seguro, y es algo que no llego a entender cuando CAT ha puesto mimo en otros apartados, como esa certificación Widevine que comentaba hace unas líneas. Con un procesado mejor, la valoración del teléfono habría subido bastante.

CAT S75, la opinión de Xataka Android

Dicho esto, el CAT S75 me ha gustado. Es cierto que cuando lo saqué de la caja pensé “dónde voy una semana con este armatoste”, pero tras las dos caídas, conocer las bondades del servicio de mensajes por satélite y, sobre todo, no ‘penar’ debido al rendimiento, considero que es una buenísima opción si necesitas un móvil de este estilo.

Me gusta que CAT añada funciones distintas en cada generación y, como comentaba, si eres una persona aventurera, que sale por la montaña y necesitas cobertura ante cualquier percance, es un móvil que deberías plantearte. Además, el software va muy fluido (aunque debería haber llegado con Android 13 de serie) y me gusta el apartado sonoro.

Con un brillo más alto, un mejor procesado de las fotos y una batería mayor, creo que CAT puede ‘clavar’ en una siguiente generación. Son tres elementos que los profesionales necesitan en su día a día y con los que el S75 no ha estado demasiado fino.

El dispositivo ha sido cedido para la prueba por parte de CAT. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.