La carga rápida está bien, pero lo que me ha salvado de un apuro verdaderamente ha sido la carga inalámbrica

Cargar la batería en un suspiro es conveniente, pero la carga inalámbrica tiene otras cualidades que resultan providenciales para emergencias

Como usuaria de iPhone en lo personal, tengo que reconocer que la carga rápida de Android me pone los dientes largos: es un gustazo tener el móvil listo en poquísimo tiempo y la verdad, te acostumbras rápido. Sin embargo, lo normal es dejarse llevar por los hábitos: casi cada día hago lo mismo con mi teléfono, lo cargo a las mismas horas y sé cuánto me suele durar su batería. Así que salvo casos excepcionales, siempre cargo mi móvil durante la noche y listo, me conformo con esos 20 W.

¿Que de vez en cuando me vendría de lujo un poquito de más carga rápida? Pues claro: el día que por lo que sea se me ha olvidado cargarlo mientras dormía o el que  he usado el teléfono más de lo habitual y su batería no me ha aguantado toda la noche o simplemente, en esos viajes donde no sabes cuándo volverás a tener un enchufe o hay poquísimos y están solicitados. Pero no es drama: tengo una power bank y me hace el apaño.

La carga rápida es conveniente, pero la carga inalámbrica me salva el día

A decir verdad, no es una power bank cualquiera: tiene Magsafe (que recordemos también puede usarse en Android), de modo que se carga sin cables. Y esto me parece mucho mejor, ya que la llevo siempre conmigo precisamente para cuando hay esas situaciones de emergencia en las que necesitaría cargar mi teléfono y por lo que sea, no puedo hacerlo: no puedo quedarme en un sitio cargándolo, no hay enchufes, no llevo el cargador/adaptador... da exactamente igual, si llevo mi batería con carga inalámbrica, no necesito más

Movilidad, comodidad e independencia, incluso aunque la velocidad no sea precisamente el punto fuerte de la carga inalámbrica. Tener un adaptador rápido para exprimir las especificaciones de carga está bien, pero tener una power bank con carga inalámbrica es otra historia. Que sí, que una batería externa con cable hace lo propio, pero llevarla adherida en la parte trasera sin depender de cables resulta verdaderamente conveniente para usarlo en movilidad con la mínima molestia, ya que no hay cables.

No me olvido de situaciones críticas como tener el puerto mojado. De vez en cuando me ha pasado, me ha aparecido una advertencia y un sudor frío ha recorrido mi frente pensando en que aunque mi móvil sea moderadamente resistente al agua, si le entra líquidos a partes clave, el problema puede ser serio. Afortunadamente nunca lo fue, pero incluso en esos momentos en los que no puedes o no debes cargar mediante cable, la carga inalámbrica acude al rescate para mantener tu móvil con batería sin comprometer su integridad. 

Portada | Foto de Nubelson Fernandes en Unsplash

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