Ya tenemos HTC One (M8) encima de la mesa y una de las cosas más sorprendentes es su precio. Nada más y nada menos que 729 euros. Un precio que se sitúa por encima de sus competidores directos, tanto los que presentaron en el MWC 2014 como los que llevan tiempo en el mercado pero siguen siendo punteros.
La gran duda es si los extras que aporta HTC son suficientes para justificar el precio más alto. ¿Va a lograr HTC enganchar a ese precio a la gente o van a tener que reducir el precio a marchas forzadas para lograr vender? Una gran duda que aparece hoy en el mercado de los móviles Android.
Hardware, en la línea de los punteros
El problema que tienen todos los gama alta ahora mismo es que básicamente tienen el mismo hardware. Es cierto que hay diferencias en los tamaños de pantallas (eso sí, mínimas, todos rondan las 5 pulgadas) y que los paneles cambian de un fabricante a otro, pero aquí acaban básicamente las diferencias.
Todos los gama alta montan el mismo procesador, el Qualcomm Snapdragon 801, con la misma GPU y velocidades de reloj muy similares. De hecho hay aquí una cierta ventaja del Samsung Galaxy S5 que tiene algo más de velocidad de reloj.
Los altavoces es otro de los puntos distintivos de este terminal frente al resto de la gama alta, así como la duración de la batería (esto habrá que comprobarlo), pero lo que es en potencia bruta de procesado no vamos a ver grandes novedades frente a otros.
En definitiva, a nivel hardware hay escasas diferencias, a excepción de la cámara y el audio, así que la justificación de HTC para tener un precio superior debe ser otra. Veamos estas diferencias.
Cámara, apuesta arriesgada: ultrapíxeles y doble cámara
HTC hizo el año pasado una apuesta muy arriesgada: lanzar una cámara con únicamente 4 megapíxeles. Su justificación se basa en que su tecnología ultrapíxel es capaz de proporcionar mejores resultados que sensores con más megapíxeles. La apuesta fue un gran órdago que podría haber cambiado el rumbo de otros fabricantes en temas de sensores... sin embargo nadie lo hizo ya que los resultados no fueron espectaculares.
En esta renovación del HTC One la empresa taiwanesa ha decidido redoblar su apuesta. Primero, porque siguen con un sensor de 4 megapíxeles basado en la tecnología ultrapíxel. Segundo, porque innovan con un segundo sensor separado del primero para lograr reenfoques selectivos y otras efectos.
Es desde luego una novedad interesante aunque no sé si justifica pagar un extra. Habrá que probar a fondo la cámara, que promete bastante, y ver si han logrado mejorar la calidad de las imágenes (excepto en situaciones de poca luz donde ya se comportaba bastante bien).
Funda sin ventana
La funda sin ventana pero con agujeros es otra de las novedades que trae este terminal. Esta funda es capaz de mostrar información relevante (como la hora o el tiempo) sin necesidad de una ventana en la funda, tal y como sucede con otros terminales.
Y la cosa no queda ahí, ya que somos capaces de atender una llamada sin necesidad de abrir la tapa, con gestos táctiles directamente sobre la funda, o activar el terminal dando un toque sobre la funda.
Desde luego es una innovación bastante curiosa aunque no creo que decante la balanza para mucha gente, sobre todo porque la funda no vendrá de serie y requerirá hacer una inversión extra de dinero, a pesar de que el terminal es más caro que la competencia.
Diseño muy premium
Quizá la mayor novedad del HTC One M8 es que su acabado es espectacular. Un cuerpo unibody completamente metálico tiene un aspecto soberbio. HTC ha invertido mucho en el diseño de este terminal y se nota. Si alguien está buscando un aspecto premium en su móvil no hay duda de que HTC debería ser una opción a considerar muy seria.
La única pega es el borde inferior con la marca, quizá algo excesivo y que ya ha despertado algunas críticas. Mucha gente prefiere móviles con marcos muy pequeños, al estilo del LG G2, pero seguramente la calidad del audio necesitaba espacio en dicha zona para los altavoces.
Muy personalizado
HTC siempre ofreció una experiencia muy personalizada de Android, saliéndose de lo que ofrecía la mayoría. El año pasado con el HTC One cambió la versión de Sense (la 5) e introdujo grandes cambios con el Blinkfeed. Sin embargo no acabó de convencer del todo.
Ahora HTC no puede echarse atrás ante una apuesta tan arriesgada y ha decidido mejorar su versión de Sense y además ponerla en Google Play para que se pueda actualizar más frecuentemente que el sistema operativo.
Nuestra toma de contacto apunta a mejoras en Sense y esto es una muy buena noticia para quienes quieren algo diferente a lo que ofrece Android y casi todas las personalizaciones.
La gran duda es si la mayoría de la gente valora estas personalizaciones o todo lo contrario. A mí me gusta mucho Android puro, sobre todo desde la versión 4.0, pero entiendo que haya gente que busque algo más allá y quizá Sense es lo mejor que hay en el mercado para este público.
¿Justifica el precio?
Está claro. Sin grandes diferencias hardware, HTC considera que una gran innovación en la cámara, una funda novedosa, una personalización muy cuidada y sobre todo, un diseño metálico muy premium es suficiente para reclamar más dinero.
¿Es suficiente? Es complicado de decir. Al final el precio es algo muy personal. Nosotros evaluaremos la calidad en general del teléfono cuando hagamos el análisis y a partir de ahí podremos emitir un juicio.
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