Ayer Samsung presentó su primera pareja de terminales flagship para 2017. Digo su primera pareja porque normalmente para la segunda mitad del año suele presentar su gama Note, aunque hay dudas de si este año habrá Note o no o si cambiarán al menos el nombre después del fiasco del Note 7.
Los terminales presentados, el Samsung Galaxy S8 y S8+, son espectaculares. Nuestras primeras impresiones así lo atestiguan. Y es que Samsung ha tenido muchos aciertos al crear estos terminales. Muchos aciertos pero también alguna duda. Y es que siempre el producto puede ser aún más redondo, de lo contrario no habría mejoras en cada generación.
Aciertos de Samsung
Lo hemos visto recientemente, el futuro de los móviles es una pantalla sin marcos. Xiaomi hizo una buena aproximación, LG se ha sumado al carro, hemos visto como Essential va a presentar algo en dicho sentido y ahora, por supuesto, Samsung ha eliminado los marcos al máximo posible. Estamos hablando de un terminal con unicamente un 10% de marcos frente a un 90% de pantalla, un ratio extremo.
Es cierto que puede parecer más incómodo de manejar, pero a cambio tenemos una pantalla muy grande en un espacio muy pequeño. Para mi es un gran acierto y veremos en el futuro como los grandes terminales siguen esta línea.
Samsung también ha acertado al presentar dos modelos con la pantalla curva y dejando fuera el modelo plano, tal y como pronosticábamos el año pasado. Un terminal de gama alta no tiene que tener compromisos, y si el diseño es bueno las curvas dan exclusividad y algo característico. Dejar, de nuevo, un modelo sin curvas habría sido, a nivel de diseño, igualarse mucho con su gama media.
Por supuesto Samsung acierta dando una potencia brutal a su terminal. Los gamas altas no tienen que tener compromisos y aquí tampoco esperábamos concesiones. Está por ver si el Exynos del S8 es capaz de igual (o incluso superar) al Qualcomm Snapdragon 835, su gran competidor. Pero seguro que ambos están a la altura.
Una característica de los Samsung es su increíble pantalla superAMOLED. La resolución de 1.440 x 2.960 es ideal para el tamaño y el soporte de HDR10 encantará a los que consuman vídeos de forma habitual. Seguro que cuando tengamos los análisis en profundidad constataremos que estamos ante una de las mejores pantallas del año.
Una característica de los terminales Samsung es su botón físico. Android hace tiempo que los quitó en su versión AOSP, pero Samsung, hasta ahora, se ha resistido a quitarlo, sobre todo cuando el sensor de huellas le dotó de una nueva vida. Para mi es un gran acierto dejar atrás el botón, que además casa perfecto con la reducción de marcos. Para los nostálgicos Samsung ha dotado a la parte inferior de la pantalla un sensor de presión y una respuesta háptica que imitará este botón. Una gran idea pero creo que inncesaria con las experiencias que ofrece Android sin necesidad de botones físicos.
Y por último creo que es un gran acierto la apuesta de Samsung por convertir el móvil en un PC a través de un dock (DeX). Hemos podido probar el sistema y podría ser la primera versión de algo que sustituya, de forma definitiva, a los PC. Faltan aplicaciones específicas pero la apuesta por Citrix va por el buen camino en el segmento corporativo. Este es el futuro de los móviles (un dispositivo para todo) y Samsung ha sabido presentar algo decente en una primera aproximación.
Dudas que nos quedan
No todo puede ser perfecto y en su iteración Samsung nos ha dejado algunas dudas en el camino. La primera es obvia: al reducir los marcos y eliminar el botón físico no dejaba hueco para el sensor de huellas, que ha quedado relegado a la parte posterior del terminal.
Esto es, creo yo, un problema. El sensor en la parte frontal es muy cómodo y en la parte posterior no tanto, y menos situado tan cerca de la cámara. En el futuro veremos sensores de huellas ocultos detrás de la pantalla, pero Samsung no ha llegado a tiempo para el S8. De hecho a este tipo de sensores, basados en ultrasonidos, le queda algo de evolución para llegar a la fiabilidad de la generación actual.
Otro problema que tiene Samsung con su S8 es la relación de aspecto de la pantalla. Al igual que LG han decidido salirse del 16:9, lo cual es un problema, por ejemplo, a la hora de ver vídeos o al mostrar aplicaciones reescaladas. Todo lo que dijimos de LG en su momento aplica aquí, no creo que haya sido lo más acertado de Samsung.
El tamaño de los terminales también es algo polémico. Aunque con los marcos reducidos y la relación de aspecto hacen que el terminal sea relativamente compacto, la pantalla para un usuario que no quiera tener un phablet es algo excesivo.
Otra duda que nos presentan estos terminales, pero que será resuelta en cuanto la analicemos, es la cámara. Aquí Samsung no se suma a las apuestas por dobles cámaras y simplemente mejora la del año pasado. Quizá sea una apuesta algo conservadora cuando los terminales de gama alta tienen que tener siempre algo de revolución, aunque la verdad es que la cámara del año pasado ya era excelente.
Y por último, nos parece algo dudosa la apuesta de Samsung por su propio asistente de voz, dotándole incluso de un botón físico. No creo que esté mal que se sumen a la moda de los asistentes, máxime cuando no es incompatible con el de Google, pero el botón físico es algo excesivo, una decisión que no han tomado por ejemplo para la cámara (cosa que usan de forma intensiva los usuarios) y ahora sí para este experimento.
¿Qué pesan más, los aciertos o las dudas? Lo veremos en los próximos meses, cuando descubramos si estos Samsung Galaxy S8 y S8+ son o no unos superventas.
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