Tan solo quedan unas horas para que sea 1 de marzo de 2016, o lo que es lo mismo, para que comience la primera oleada de distribuciones del nuevo Xiaomi Mi 5. Será una venta flash con unidades limitadas a la que solo van a poder acceder quienes se hayan registrado previamente. Y no faltan candidatos, se han apuntado casi 17 millones de personas que además se van a tener que conformar con el modelo básico y sin escoger color.
Es la primera prueba de fuego para una compañía que sigue creciendo, pero que en 2015 no logró cumplir con sus objetivos de colocar 80 millones de móviles a pesar de alcanzar ya la quinta posición en el ranking mundial de fabricantes de smartphones. Se agotará el stock, dejará clientes desatendidos y no sabemos cuánto tardará en volver a vender.
Solo el Xiaomi Mi 5 estándar
El contador de la web de registros para el lanzamiento del Xiaomi Mi 5 echa humo. Se ha parado con 16,83 millones de personas apuntadas a la venta flash, solo dos millones y medio durante el último día. Compiten por hacerse con una unidad del nuevo teléfono y eso que no hay opción a elegir. En esta serie solo viene el modelo estándar en color blanco, con 3GB de RAM y 32GB o 64GB de almacenamiento interno, que cuestan 1.999 yuanes y 2.299 yuanes respectivamente.
La clave estará a las 10 de la mañana hora de Pekín, las tres de la madrugada hora peninsular española, porque la compañía no ha dicho cuántas unidades hay disponibles para esta primera tirada. No hay que olvidar que Xiaomi funciona con unas cantidades de stock mínimas y que utiliza estos lanzamientos relámpago para conseguir dinero con el que seguir financiando la producción del mismo modelo. Es una de las claves de su bajo precio.
En febrero de 2014, cuando se estrenó el Mi 4 en India, las 25.000 primeras unidades se agotaron en tan solo 15 segundos. Entonces lo contó Hugo Barra en Twitter, y si seguro que los números son igual de buenos volveremos a leer sus comentarios.
Una larga espera
La locura por hacerse con el Mi 5 tiene un par de explicaciones que van más allá de lo bueno o malo, bonito o feo que sea el hardware, y de la calidad que ofrece por unos 280 o 300 euros al cambio.
No haber logrado los resultados esperados en 2015 va a contribuir al éxito de 2016. Ha pasado un año y medio desde que se puso a la venta el Mi 4, y desde entonces lo único que han podido llevarse al bolsillo su creciente base de usuarios convencidos han sido revisiones del mismo o un Redmi Note 3. Ambos incluyen mejoras respecto al original, pero no una lista de novedades suficientemente larga como para que alguien que ya lo tuviera se planteara cambiarlo por algo más que no fuera mero capricho.
Y eso sí lo presenta el producto que enseñaron en Barcelona, o al menos eso han intentado que parezca. Aunque no sea un teléfono muy innovador se vende por su Snapdragon 820, por sus 4GB de RAM (que no traen estos modelos, curiosamente), por su acabado cerámico antihuellas o por la nueva tecnología de estabilización de imagen para la cámara.
De cabeza a la reventa
La otra razón radica precisamente en la propia forma de operar que tiene esta empresa. A la primera oleada no solo se presentan particulares con la etiqueta early adopter, también hay multitud de distribuidores y reventas de todo el mundo que desean hacerse con al menos algunas unidades para hacer negocio rápido. Además, en esta ocasión los primeros datos apuntan a una gran compatibilidad con redes 4G, entre ellas, con la banda 800 tan usada en España.
Xiaomi se ha convertido en un nombre reconocido por todo el mundo a pesar de que la directiva se siga negando a expandirse por los mercados occidentales. Cuanto más agotado está uno de sus productos mejor salida encuentra a un precio por encima del oficial en páginas web de todo el mundo, como pudimos ver por aquí por ejemplo con el Mi 3 hace ya unos años.
Por lo que se puede entender de la web china MyDrivers, aunque la traducción es precaria, el objetivo de la empresa es conseguir fondos suficientes para seguir ensamblando durante uno o dos meses más. No depende solo de su capacidad, también de cómo consigue las piezas de los fabricantes de los que depende como Samsung, Sony o Qualcomm.
¿Cuántos clientes puede perder por su modelo?
Si se confirma que hay en torno a un millón de unidades disponibles el número es muy escaso en comparación con esos 17 millones de clientes potenciales que se han hecho notar en los cinco días que ha estado abierta la web de inscripciones.
Una vez agotada la tirada inicial, empieza la incertidumbre por conocer cuándo llega la siguiente, qué modelos trae o cómo se va a poder acceder a ella. Los únicos países a los que está confirmado su aterrizaje, de momento, son la propia China e India.
Pero la fidelidad del cliente tiene un límite, y mientras Xiaomi regatea consigo misma por su modelo, los yuanes, rupias, dólares y euros pueden acabar volando hacia la competencia al ritmo que vayan marcando las paciencias y las fechas de lanzamiento.
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