Hace unas semanas Apple anunciaba un programa de renovación de iPhone muy interesante (de momento sólo en EEUU). Por 32 dólares al mes te asegurabas tener el último modelo de iPhone, un terminal nuevo al año. Sí, hay bastante letra pequeña, pero básicamente sale mejor que comprártelo por tu cuenta siempre que sigas en el programa al menos haciendo una renovación.
Y es que cuando se quiere renovar un activo muy frecuentemente la compra no suele ser la mejor opción. Aquí entra la figura financiera del leasing, tan popular en los vehículos de empresa, que básicamente deja disfrutar de un bien durante un tiempo determinado pagando una cuota mensual.
La gran pregunta es si este tipo de contratos de renovación anual tiene sentido con Android. Desde luego Samsung se anima y va a lanzar su propio programa de renovación de terminales. Pero, ¿y el resto?
Leasing por marca, lealtad
El enfoque que ha tomado Apple y el que parece que va a tomar Samsung es ofrecer directamente a sus clientes un contrato con renovación anual del terminal, por una cuota mensual. Esto es muy interesante para aquellas personas que quieren estar a la última, pero con una particularidad especial: son muy leales a la marca.
Es conocido que hay gente que siempre quiere iPhone y además tener todos los años el nuevo terminal de la marca. También puede haber gente que quiere siempre el último Samsung Galaxy S. Pero no veo esto tan claro para otras marcas. La gente que usa iOS lo tiene muy sencillo, hay un terminal de referencia y punto. En Android hay muchos usuarios que cuando renuevan cambian de marca, pues la experiencia que se ofrece es parecida.
Por tanto los posibles programas de renovación anual de Android no los veo tan exitosos como va a ser el de Apple. Quizá Samsung consiga que funcione, pero no así el resto de marcas si es que se atreven a lanzar un programa similar (que por cierto requiere adelantar capital a los fabricantes).
Leasing a través de terceros, una posibilidad interesante
Otra posibilidad para los usuarios interesados en renovar su terminal año tras año es hacerlo con una tercera empresa. Es decir, no ligarse a un fabricante concreto sino que quien ofrezca el leasing sea una empresa financiera o un operador.
De esta forma se puede cambiar de terminal todos los años pagando una cuota anual sin tener que ligarse a una marca concreta. Esto es bastante interesante para usuarios intensivos de renovación de terminal.
Sin embargo este escenario tiene una pega: si el leasing lo ofrece una tercera empresa necesita ganar dinero con la operación en sí y seguramente sea menos atractivo que lo que pueda ofrecer una marca concreta. Los operadores son la clave, ellos sí pueden permitirse hacer esto a coste cero siempre que retengan a sus clientes.
También hay un factor importante a tener en cuenta y es que los terminales Android de segunda mano se venden mucho más depreciados que los iPhone (entre otras cosas porque Apple no mueve los precios y los fabricantes de Android los van bajando rápidamente) y las empresas de leasing tienen complicado dar una salida digna a los teléfonos recuperados. Veremos cómo se mueve el mercado en el futuro en este tipo de modalidad pero no espero grandes revoluciones.
Imagen | GotCredit
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