Los fabricantes de teléfonos Android se ven obligados a instalar una serie de apps de Google en los terminales que lanzan al mercado. Esto conlleva a que esos mismos fabricantes se vean atados de manos para instalar los motores de búsqueda más usados en sus países u otras apps que pueden interesar a los usuarios.
Aunque esto podría cambiar gracias a lo conseguido por Rusia, ya que como parte de un acuerdo, después de dos años de disputas de Google con las autoridades de competencia rusas, Alphabet Inc abriría su popular sistema operativo a los motores de búsqueda rivales en ese país.
Un nuevo precedente para el gigante de la tecnología
Google tendría que vérselas ahora con todos esos liticios que tiene a nivel global y que están vinculados con su posición dominante al imponer restricciones a los fabricantes de dispositivos basados en Android. Esta imposición lo hace para proteger su cuota de mercado en el mercado de motores de búsqueda, aunque tendría sus días contados gracias a las autoridades rusas.
La FAS (Servicio Antimonopolio Federal de Rusia) dictó que Google estaba violando la ley al exigir la pre-instalación de aplicaciones, en las que se incluye a su propia herramienta de motor de búsqueda, en dispositivos móviles que usan Android. Un hecho que fue denunciado por Yandex, el buscador web ruso y que es a la vez el portal web más visitado del país.
Por lo tanto, Google no exigirá la exclusividad de sus aplicaciones en dispositivos basados en Android en Rusia y no restringirá la pre-instalación de motores de búsqueda rivales y otras aplicaciones, como parte del acuerdo llevado a cabo con FAS.
Para ello, incluso se encargará de desarrollar una herramienta que permitirá seleccionar a los usuarios el motor de búsqueda por defecto en sus dispositivos Android. También ha llevado a cabo un acuerdo comercial con Yandex para impulsar al motor de búsqueda ruso a través de Chrome.
Este acuerdo ha conseguido aupar en un 7,2 por ciento el precio de las acciones de Yandex y un 1,2 por ciento a Google. Según ha sido aprobado por las cortes rusas, la gran G acabará pagando un total de 7,85 millones de dólares en el acuerdo que tendrá una duración de seis años y nueve meses.
Esto podría provocar un efecto en cadena que se podría extender a casos similares en Europa y otras regiones del planeta, donde Google sigue con su posición dominante al imponer ciertas directrices en esas apps que han de ser pre-instaladas en los terminales que sean fabricados por distintas OEMs.
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