A pesar de su pequeño retroceso según los últimos datos, Android continúa siendo el sistema operativo móvil más usado del mundo. La clave del éxito seguramente tenemos que ir a buscarla en la apertura de la plataforma, cosa que convierte a Android en un sistema operativo versátil y fácil de implementar en casi cualquier tipo de dispositivo.
Muchos fabricantes han crecido a la sombra de Android, pues su gratuidad y la disposición del código abierto para modificar y adaptar a cada necesidad el sistema operativo, han hecho crecer exponencialmente el catálogo de dispositivos Android de todo tipo y precios de lo más atractivos.
Sin embargo, no todo es bueno a este respecto, y es que la apertura de la plataforma del androide verde hace a Google perder el control en cuanto a refinamiento y actualizaciones del software de cada dispositivo, apareciendo la némesis de Android: la temida fragmentación.
Y hasta aquí queríamos llegar para abrir el debate sobre el estancamiento de la mayor parte de dispositivos, sobre todo de las gamas económicas, en Android 4.2 Jelly Bean.
La madurez del sistema operativo llegó con Android 4
No es ningún secreto que el fichaje estrella de Matías Duarte, padre del aclamado webOS de HP y diseñador jefe de la actual interfaz de Android, hizo que el sistema operativo diese un enorme salto de calidad en Android 4.0 Ice Cream Sandwich.
Tampoco es casualidad que Android continúe en la cuarta versión, y es que la madurez se alcanzó con los tres sabores de Jelly Bean, 4.1, 4.2 y 4.3, versiones todas que sirvieron para pulir el buen trabajo de Duarte y su equipo en el desarrollo de Android.
Desde entonces pocos cambios profundos ha sufrido el sistema operativo, que ha ido creciendo con una línea ya marcada de la que no se ha movido, y que ha propiciado que muchos fabricantes opten por no gastar recursos en avanzar hasta Android 4.4 KitKat, que se presentó hace meses pero con mejoras poco visibles para un usuario medio.
Las gamas de entrada suelen quedarse estancadas
Por lo dicho, ya podemos confirmar que el soporte post-venta es importante - sino que se lo pregunten a una LG inmersa en su propia resurrección -, y es que los usuarios no desean pagar un elevado coste por un dispositivo que deje de actualizarse a las primeras de cambio.
Poco se puede justificar que un dispositivo de gama alta que cuesta la friolera de 700 euros no se actualice al menos durante dos años, pero es que donde más criticable se vuelve el soporte de actualizaciones de los fabricantes es en las gamas económicas.
Aquí hay mucha variedad, y muchos fabricantes sin departamento de software incluso remarcan dispositivos de marca blanca fabricados en China, con lo que obtener actualizaciones se vuelve más complicado. Además, muchos chipsets económicos como los famosos MediaTek ni siquiera proveen de los drivers necesarios a los fabricantes para que éstos puedan actualizar sus dispositivos, así que los factores en contra se multiplican.
Por si esto fuera poco, los principales fabricantes de la plataforma se escudan en los bajos márgenes de la gama de entrada para no dedicar recursos a actualizar estos dispositivos, centrándose en la gama alta y actualizando la gama de entrada con nuevos dispositivos que obliguen a pasar por caja a los usuarios en lugar de nuevas versiones de software para los terminales ya en el mercado.
Android 4.2 Jelly Bean es la primera versión completamente madura de Android, lleva mucho tiempo ya en el mercado, su adaptación es sencilla a todo tipo de hardware, incluso a arquitecturas más antiguas, y su funcionamiento es estable con pocos recursos, así que no es de extrañar que sea la versión elegida por la mayoría de fabricantes para abandonar el desarrollo de sus dispositivos.
Chipsets muy económicos, ¿pero a qué precio?
Los usuarios de Android hemos visto como la gama Nexus sonrojaba a todo el catálogo mostrando precios de derribo para dispositivos de gama alta, y también cómo los fabricantes chinos demostraban una superioridad pasmosa a la hora de poner en el mercado terminales de relación calidad/precio inmejorable.
Esto sin embargo se consigue a costa de algo, y es aqui donde cabe remarcar algo que ya hemos comentado unas líneas atrás, y que es el bajo margen que obtienen muchos fabricantes de dispositivos, lo que les hace imposible dedicar personal y recursos al software de sus terminales.
Y aunque muchos de estos fabricantes quisiesen actualizar sus terminales, se encontrarían con el escollo del hardware, y es que se vuelve imprescindible que el proveedor del chipset actualice sus drivers para las nuevas versiones de Android, algo que pocas veces se da en al gama económica.
MediaTek sólo ha actualizado de momento su chipset octa-core MT6592 con los Elephone P8 y P9 a la cabeza, pero se ha olvidado de momento del resto de su gama, mayoritaria en los dispositivos económicos y anclada por sus drivers a Android Jelly Bean.
Es por ello que nosotros recomendamos tener mucho cuidado a la hora de adquirir un terminal muy económico que no cumpla unas mínimas garantías de soporte postventa, pues puede convertirse en un quebradero de cabeza si algún día nos quedamos con un terminal nuevo en cuanto a uso pero obsoleto en cuanto a software.
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