Cada año que pasa tenemos mejores móviles por menos precio. Tenemos pantallas más grandes, más memoria, doble cámara, más batería... incluso la calidad de materiales de los gama media ha dado un salto importante y hoy en día cuesta a simple vista distinguir un móvil económico de uno más caro.
Lo que ocurre es que mientras hay toda una serie de características que han ido bajando de precio, lo cierto es que el 'feeling' de un gama alta sigue sin trasladarse en estos dispositivos más económicos. La cámara ha mejorado muchísimo, pero sigue teniendo problemas de noche. Las pantallas 18:9 ofrecen un ratio excelente pero no alcanzan el nivel de contraste y definición de los móviles más caros. Y pese a que los 4GB y 64GB se han implantado, un procesador de la serie 800 de Qualcomm de hace años sigue transmitiendo más fluidez que el Snapdragon 625, por muy contentos que estemos con este último.
Pero hay en concreto dos elementos que sí pensábamos que se expandirían más rápido y sin embargo está costando mucho encontrarlos en los nuevos gama media de 2018. Vamos a comentar cuáles son, por qué no acaban de llegar y qué perspectivas de futuro tenemos.
Muy completos, pero siguen sin ser redondos
USB Tipo C y carga rápida. Es una combinación que creíamos bastante evidente que se expandiría a la gama media y sin embargo muchos de los móviles más populares siguen sin añadirlo. Desde que la carga rápida llegó a la gama alta, en general la mayoría de usuarios hemos coincidido que ha sido un avance significativo y muy bien recibido. Lógicamente no pedimos que sean tan rápidos como los móviles de más de quinientos euros, pero de la misma manera que la cámara doble, los 64GB o las pantallas de alta resolución han llegado, también podría haberlo hecho la carga rápida.
Fijémonos que incluso los 3.000 mAh se han consolidado en los móviles de poco más de cien euros. Pero mientras en muchos dispositivos de gama alta con solo 20 minutos tenemos un gran porcentaje de batería cargada, en estos gama media la carga es más lineal.
De manera relacionada, el USB Tipo C sigue sin aparecer en muchos dispositivos. La gama media alta sí parece haber dado el salto, pero sorprende la cantidad de móviles todavía con microUSB. Es una lástima, ya que nos gustaría guardar en el cajón por fin el cable microUSB y apostar directamente por la conexión USB Tipo C.
Móviles sin USB Tipo C
La lista de móviles presentado en los últimos meses que todavía optan por la conexión microUSB es bastante amplia. Aquí una pequeña colección:
- Vivo V9
- Nubia V18
- HTC Desire 12
- Redmi Note 5
- Honor 7C
- Alcatel 3
- Huawei Nova 3E
- LG X4
- ASUS Zenfone M1
- Zenfone 5 Lite
- Redmi 5 Plus
- Huawei Mate 10 Lite
Afortunadamente, si nos fijamos en los móviles de gama media ligeramente más potentes sí tenemos USB Tipo C. Algunos ejemplos son el reciente Meizu E3, el Sharp Aquos S3 Mini, el Alcatel 5 o el Lenovo S5. También gamas medias más potentes como el Xiaomi Mi A1, Nokia 6 2018 o el Sony Xperia XA2. Siempre hablamos de móviles aproximadamente por debajo de los trescientos euros. Lo que se considera habitualmente como gama media.
¿Por qué muchos fabricantes siguen optando por microUSB? Creemos que puede ser una combinación de factores. Uno de ellos es la facilidad de construcción. El microUSB es más barato y los procesos de fabricación ya se conocen a fondo. También sirve para ofrecer al usuario una conexión que conocen y de la que disponen de cables.
Finalmente está el detalle que muchos dispositivos USB tipo C siguen siendo USB 2.0 y no aprovechan todas las posibilidades de esta conexión que fue pensada para funcionar con USB 3.1. Llegados al punto en que el USB tipo C solo ofrece reversibilidad, muchos fabricantes simplemente se quedan en el punto de partida.
Qualcomm no ha conseguido convencer a los fabricantes con Quick Charge
El segundo punto que echamos de menos en la gama media es la carga rápida. Qualcomm ofrece Quick Charge desde hace años y ha ido mejorando enormemente con el paso del tiempo. Sin embargo si la versión 4.0 es prácticamente inédita en la gama alta, en la gama media es muy difícil de encontrar incluso en sus versiones más básicas.
Es importante señalar que no se debe a un tema de derechos de autor, ya que Qualcomm ofrece Quick Charge gratuitamente a todos los fabricantes. Lo que ocurre es que está en manos de estos últimos implementarla. ¿Cuál es el resultado? Básicamente dos opciones. O bien no se realiza trabajo y el móvil no tiene carga rápida, que suele ser lo habitual, o bien el fabricante apuesta por su propio sistema de carga rápida.
Desde hace años fabricantes como Oppo o Huawei ofrecen su propio sistema de carga rápida, pero también creíamos, inocentes nosotros, que se expandirían más rápido. Tampoco es excusa el hecho de tener procesador MediaTek ya que Pump Express está ahí pero tampoco se ofrece en los nuevos dispositivos.
¿Dónde está la carga rápida en los modelos de gama media? Hay algunos modelos como el Meizu E3 que sí promocionan su mCharge 3.0 pero otros modelos muy populares como el Redmi 5 Plus la carga puede durar más de dos horas y media. Otros dispositivos como el Mate 10 Lite para paliar esta falta de carga rápida ofrecen un cargador de 10W, pero es una solución temporal que desaparece cuando vamos a otro lugar o lo conectamos a otro cargador.
¿Acabarán llegando?
Del mismo modo que otras tecnologías, creemos que es inevitable que tanto la carga rápida como el USB Tipo C acabe llegando a todas las gamas, incluso a los móviles más económicos. Un indicativo de esto es que la gama media premium ya dispone en su mayoría de USB Tipo C.
Sobre la carga rápida hay algunas dudas, ya que no se está incidiendo suficiente. Podría ocurrir como con la estabilización óptica, que no ha logrado incorporarse en los modelos más económicos. O por ejemplo la resistencia al agua, que pese a que ha habido algunos intentos como el Honor 7X, después tampoco ha sido un factor diferencial.
Los usuarios parecen no demandar una carga rápida potente, más ahora que la batería de estos dispositivos empieza a ser bastante buena. Mi apuesta es que pese a que el USB tipo C sí se acabará implantando, la carga rápida parece esperar a una futura revolución. Sea el asalto de la carga inalámbrica o alguna tecnología de carga verdaderamente veloz que de repente elimine la etiqueta de 'rápida' a todas las actuales.
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