En los últimos días hemos visto un gran debate acerca de la conveniencia o no de pagar WhatsApp. Puede parecer un tema aislado pero en realidad nos encontramos ante un fenómeno un poco desconocido por la mayoría de la gente y que sin embargo nos vamos a ir encontrando cada vez más en aplicaciones de dispositivos móviles, y por ende Android: el software como un servicio.
Normalmente estamos acostumbrados a que las aplicaciones de Android sean gratuitas (ya sea porque el autor es un aficionado, por estar financiadas por publicidad o por ser un servicio de una empresa a sus clientes) o de pago. Sin embargo no estamos acostumbrados a que para usar una aplicación haya que pagar una cantidad mensual. WhatsApp ha llevado el debate a boca de todos, pero como digo es algo más profundo, estamos hablando de un modelo de negocio para muchas empresas.
Los servicios se pagan por uso
Creo que todos estamos acostumbrados a pagar por los servicios. Por ejemplo, cuando montamos en el autobús lo normal es pagar por el viaje, aunque también existe la posibilidad de pagar mensualmente o anualmente por viajes ilimitados. Algo similar pasa cuando pagamos la conexión a Internet o vamos a un museo.
Cuando pagamos por un servicio no estamos comprando un bien. No es algo que pasamos a poseer y que lo disfrutaremos hasta que lo tiremos o se rompa. Y es normal el pago por uso, ya que los costes de proveer un servicio están ahí cada vez que se disfruta. Cuando compramos un bien hay unos costes de diseño, producción, comercialización, etc. y una vez que lo compramos estamos cubriendo con el precio pagado todos esos gastos de la empresa que lo vende, más unos beneficios.
En cambio con los servicios no podemos "comprarlos". Imaginaos que un gimnasio te vendieran un bono vitalicio de un único pago. Llegaría un momento en que no sería sostenible. Una vez que los costes de la empresa superaran los ingresos por los nuevos abonados la empresa iría a la quiebra en poco tiempo. A ningún gimnasio se le ocurre ofrecer un servicio de pago único.
El software puede ser un servicio
Estamos acostumbrados a que el software tenga un precio. Una vez pagado dicho precio creemos que podemos disfrutarlo indefinidamente. Y tiene sentido en la mayoría de las ocasiones. Por ejemplo, una empresa lanza un juego para Android. Esta empresa ha invertido dinero en hacer el juego y en promocionarlo. Y seguramente corregirá bugs durante un tiempo. Pero los costes del proyecto están definidos y son limitados.
Los clientes compran dicho juego y lo disfrutan. El juego es del usuario y podrá jugar durante años a él si quiere. La empresa no incurre en más gastos porque el usuario juegue más. Su objetivo era vender aplicaciones, cuanto más mejor, para cubrir costes y después obtener beneficios.
Sin embargo no todos los modelos de empresa de software funcionan así. El ejemplo claro es WhatsApp. Cada mes tiene gastos debido a los usuarios que usan su servicio de mensajería, debido a que los usuarios están conectados a sus servidores. Cuantos más usuarios más gastos permanentes (independientemente de si mejoran o no aplicación y por tanto dedican a esta tarea más o menos desarrolladores).
El modelo de WhatsApp en iPhone no es sostenible. Es un modelo piramidal, un esquema Ponzi. Lo que pretende es cubrir costes con lo que pagan los nuevos clientes, con las ventas de las aplicaciones dicho mes. Pero llega un momento en que el mercado se satura (hay un número finito de potenciales clientes) y los costes mensuales siguen ahí. Estamos en una situación parecida al ejemplo del gimnasio.
Y es que WhatsApp no está vendiendo un programa, está vendiendo un servicio al que se accede mediante un software. Y por tanto necesita ingresos periódicos, no puntuales. El modelo que ha escogido para Android es el sostenible, el que ha elegido para iPhone no. Es una injusticia, ya que en iPhone la gente ha conseguido cuentas gratuitas de por vida, pero no tiene sentido (y seguramente en el futuro tendrán que revisar su modelo en dicha plataforma y poner pagos anuales).
¿El software como servicio es nuevo?
El fenómeno de software como un servicio no es algo nuevo. En muchos juegos online ya existía este concepto, aunque era algo de nicho y no generalizado como el caso de WhatsApp. Por ejemplo, el juego multijugador World of Warcraft (de PC) lleva muchos años funcionando con suscripción mensual. El juego tiene un precio, pero luego para poder jugar hay que pagar todos los meses. Y es normal, cada jugador tiene que estar conectado a sus servidores para poder jugar y la experiencia distintiva es precisamente jugar online.
Otro caso interesante lo vemos en Android. Estoy hablando de TouristEye, una aplicación de la que hemos hablado por aquí. Es una aplicación que permite hacer turismo de una forma más sencilla, reuniendo toda la información de las ciudades que vamos a visitar. Contaba su cofundador en su blog hace tiempo que no es sostenible vivir a base de las ventas de los nuevos usuarios. Si lo que proporcionas es un servicio, como hacen ellos, necesitas que la gente pague por ello. Ya sea como suscripción o mientras estás de viaje. Esta reflexión es de agosto del año pasado, es decir, no es un tema nuevo.
También tenemos el caso de Spotify, que requiere un pago mensual para disfrutar de su servicio. Quizá este ejemplo es algo más mayoritario, pero siempre recluido a un sector bastante específico, gente muy familiarizada con la tecnología, pendientes de las novedades e interesados en la música.
Por tanto el software como servicio no es algo nuevo pero acaba de llegar al gran público, ya que prácticamente todo el mundo que en España que tiene un Smartphone (y tenemos una tasa de penetración muy alta) usa WhatsApp. Estamos hablando desde gente muy conectada hasta gente que sólo tiene un Smartphone por este servicio.
¿Triunfará el software como un servicio?
Yo personalmente espero que este modelo de negocio funcione. Hay servicios que no se pueden financiar exclusivamente por publicidad o porque haya empresa potente detrás que quiera usar estas herramientas como marketing. Si queremos tener a nuestra disposición productos de calidad, tiene que funcionar este modelo.
Es cierto que en España no estamos muy acostumbrados a pagar por software y si encima hablamos de una suscripción anual o mensual, menos todavía. Pero hay que pensar que el software es, en definitiva, una herramienta para proporcionarnos un servicio, como puede ser el acceso a Internet, el uso de un gimnasio o un seguro médico privado. Por el bien del sector del desarrollo de aplicaciones en nuestro país espero que funcione.
En Xataka Android | WhatsApp, ¿pagar o no pagar? En Genbeta Dev | Modelos de negocio para software: Software como servicio
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