Cargar el móvil por la noche es seguro, pero siempre pueden tomarse más precauciones: éstos son los trucos que hago a diario

Estar pendientes de cuidar la batería de nuestro móvil, sin obsesionarnos, tiene sentido. Todos queremos que la autonomía sea buena y sabiendo que con el tiempo se degrada, cuidarla es siempre algo aconsejable. Sin embargo, existen también muchos mitos sobre la batería, siendo uno de ellos el de la carga nocturna.

Hace ya tiempo que desmentimos que cargar el móvil por la noche sea malo, aunque tampoco hay garantías de que la batería no se vaya a resentir. Todo depende de cómo lo carguemos y de ahí que vayamos a repasar una serie de consejos con los que despreocuparnos a la hora de cargar nuestro móvil mientras dormimos.

Primero, el enchufe a la corriente. Luego, el móvil

Este primer consejo es aplicable a cualquier situación en la que vayamos a recargar el móvil. Se trata esencialmente conectar primero el cable al adaptador de corriente, este a la corriente (valga la redundancia) y ya por último conectar el móvil.

El motivo es que puede estropear tanto el puerto del móvil, como la propia batería y el cable de carga. Ya lo contamos recientemente al hablar de cómo un pin del cargador del iPhone se había puesto negro. Se debe fundamentalmente a que, haciéndolo así, se produce un pico de entrada de corriente que no es nada beneficioso para ninguno de los elementos.

Utiliza la carga más lenta posible

Independientemente de que tu móvil admita más o menos carga rápida, hay una verdad por encima de todo: que cuanto más lenta sea la carga, menos impacto negativo se produce en la batería. Es lo mejor para ralentizar su degradación y aunque sería recomendable optar siempre por ello, es también entendible que en alguna situaciones se requiera una carga más veloz.

Sin embargo, al cargarlo por la noche te dará igual lo que tarde, siempre y cuando esté listo para la mañana siguiente. Y salvo que el móvil o los accesorios de carga estén defectuosos, seguro que tu móvil carga mucho antes.

En lo que a potencia se refiere, es recomendable optar por una carga no superior a los 15 W. Si conservas aún un adaptador de 5 W, ese será el ideal para las recargas nocturnas.

Activa las opciones de carga optimizada

No todos los móviles tienen esta opción, pero si la tiene, es recomendable activarla. En esencia, se trata de un ajuste que permite recargar la batería por tramos haciendo que se detenga al 80% y no retome el proceso hasta que calcule que vas a usarlo (con la alarma, generalmente).

Para ello debes entrar en los ajustes del móvil y dirigirte al apartado de batería para ver si tu móvil ofrece esta posibilidad. Cabe decir que podría venir con otro nombre como “carga inteligente”, “carga adaptativa” o similares.

Y debido a que este tipo de carga se nutre de los datos de la alarma, probablemente te preguntarás qué ocurre cuando no pones alarma. Pues bien, existe una forma de configurar alarmas silenciosas para estos casos, de forma que el móvil aproveche esta carga inteligente, pero sin despertarte por culpa de la alarma.

Asegúrate de que los accesorios sean de calidad

Igual que el primer punto, este también lo podemos aplicar a cualquier tipo de carga que realicemos. Y es que, independientemente de la potencia de carga y de si tenemos o no alguna función de optimización, usar accesorios de mala calidad es siempre contraproducente. Poco a poco, van dañando la batería.

Por eso, si no conservas el cable y/o adaptador original, lo mejor es que te hagas con unos de calidad. No es necesario ir sí o sí a comprar uno del fabricante o gastarse mucho dinero, pero sí es importante asegurarse de que tenga un certificado de calidad y que promuevan la carga segura.

No dejes que el polvo entre en el puerto de carga

Otra vez retomamos un consejo genérico, pero cuya importancia es fundamental para evitar cortes durante la carga e incluso que el móvil no se cargue. Es además un problema más frecuente de lo que pensamos, por muy limpio que creamos que llevamos el móvil.

A menudo llevamos el dispositivo en bolsillos o los dejamos en algunas superficies que no están del todo limpias y es inevitable que se cuelen pelusas o pequeñas motas de polvo. Así, hacer una buena limpieza del puerto USB es fundamental, utilizando siempre elementos no punzantes como bastoncillos que no suelten pelusas.

Usa el modo descanso de Android y/o activa el modo avión

Cuando usamos el móvil mientras carga, la tendencia es que el smartphone se caliente y por ende afecte de forma negativa a la batería. Unido a esto, nos encontramos con que al final el móvil sigue ejecutando procesos incluso cuando no lo usamos. Y aunque es muchísimo menor el impacto que generan esos recursos abiertos en segundo plano, algo hace.

Un ejemplo son las notificaciones, incluso cuando son silenciosas. De ahí que activar el modo descanso sea el mejor consejo para reducir al máximo los procesos que ejecuta el móvil. Y en la medida de lo posible, incluso activar el modo avión y desactivar la conexión WiFi (aunque si quieres estar pendiente de posibles urgencias que te lleguen vía llamada, no es recomendable).

De igual modo, deberás también asegurarte de que no tienes ningún proceso importante pendiente de realizarse durante la noche. El mejor ejemplo de esto son las actualizaciones de software, ya que algunos fabricantes permiten que programemos su instalación de noche para ser menos molestas y puede que sin conexión no se ejecute.

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