Futurama: Mundos del mañana: la nueva historia de los creadores de la serie llega a Android

Futurama es una de las mejores series de animación de la historia. Una mezcla de humor ácido, satírico y con muchísimas curiosidades científicas escondidas. No es la primera vez que vemos un juego para Android basado en el universo de Fry, Leela, Bender y compañía, pero sí llega uno de los títulos más ambiciosos. Un juego por fin a la altura de lo que esperaban los fans.

Good News Everyone! Hoy llega a Android Futurama: Mundos del mañana, un juego en el que podremos controlar a los personajes más importantes de la saga y construir nuestra propia Nueva Nueva York. Es un juego de aventuras, diálogos y combates en 16 bits que abarca escenarios de lo más variopintos: desde planetas desconocidos hasta misiones espaciales con alienígenas.

El juego cuenta con las voces en inglés originales y está traducido al español. Cuando iniciamos el juego inmediatamente nos trasladan a la serie y al final es como si estuviéramos viendo un capítulo más, aunque esta vez decidiendo nosotros por donde ir.

Más importante todavía, tanto los diálogos del juego como la historia ha sido creada por los guionistas de la serie original: David X. Cohen y Matt Groening. Y debemos decir que se nota ya que se mantiene ese humor característico, además de que el juego esconde numerosas referencias y huevos de pascua.

A través de diálogos entre los personajes, iremos controlando la historia y decidiendo qué objetos recolectar (¡Casinos y furcias!). Podremos seleccionar a la tripulación, enviarla de misión y completar el aspecto de estos desbloqueando todo tipo de atuendos. Claro está, aquí es el punto donde los creadores del juego esperan conseguir ingresos con compras integradas desde los 2,29 euros.

Futurama: Mundos del mañana está disponible ya en la Play Store para descargar gratuitamente. Si os encanta la serie y queréis un juego de aventuras y simulación que os haga pasar un buen rato, este nuevo título de Futurama es una opción a tener en cuenta. Larga vida al hipnosapo.