Angry Birds Space. Análisis

Rovio ha cumplido su palabra. El 22 de marzo ha llegado a Android una nueva entrega de los pájaros cabreados más famosos del mundo de los videojuegos. Bajo el nombre de Angry Birds Space nos encontramos con nuevas aventuras que buscan redefinir una idea original que tras varias expansiones parecía un poco estancada.

En este caso, los pájaros han decido dar el salto al espacio y embarcarse en un viaje donde, una vez más, sus enemigos serán los cerdos verdes. Nada nuevo hasta aquí, una historia tonta que sirve de excusa perfecta para que nos volvamos a enganchar con este juego de Rovio que, a día de hoy, es uno de los referentes dentro del mercado de dispositivos móviles.

Angry Birds Space, la gravedad es nuestra aliada

Cambiar los coloridos escenarios de las anteriores entregas por el espacio no se trata de un simple cambio estético. Como ya sabéis Rovio siempre ha sido fiel a las leyes de la física, dentro de lo que podemos entender como fiel en juego que consiste en lanzar pájaros con un tirachinas. En este caso nos encontramos con un elemento bastante importante: la gravedad y la falta de ésta.

Siguiendo con el respeto por las leyes físicas, las fases de Angry Birds cuentan, por así decirlo, con dos espacios diferentes. Por un lado el vacío, un lugar donde no hay gravedad y nuestros pájaros flotan a merced de la fuerza y el ángulo que hayamos elegido al lanzarlo con el tirachinas.

Por otro lado tenemos el campo gravitatorio de los planetas. Al atravesarlos veremos cómo la fuerza de gravedad atrae a los pájaros y por tanto modifica la trayectoria de éstos. Este factor es fundamental ya que además de calcular la dirección tenemos que tener en cuenta esto para lograr abatir a los cerdos.

Quizá explicado de este modo suena un poco ambiguo pero gracias a los primeros niveles del juego pronto cogemos el punto a esta nueva mecánica. La curva inicial está muy bien medida para que el aprendizaje sea sencillo y no tengamos que pelearnos con este sistema.

Por lo demás, nos encontramos con pocos cambios. Los pájaros siguen siendo los mismos (gracias a Dios que han quitado al verde) y ejercen las mismas funciones. El nuevo fichaje: un pájaro azul capaz de congelar. Lo único que destaca es el cambio estético, más de ciencia ficción. En este aspecto Rovio podría haber innovado bastante más.

En cuanto a los niveles y el sistema de puntuaciones. Nos encontramos cambios en el diseño de los primeros para ajustarse a las nuevas mecánicas introducidas. Son variados y siguen teniendo esa pizca de complejidad que los hace tremendamente adictivos. La puntuación, de nuevo, estará condicionada por los objetos que derribemos y los pájaros que nos sobren.

Un detalle curioso lo encontramos en la música, especialmente en el tema principal que introduce ciertos matices que refuerzan la idea del espacio y la ciencia ficción. En este aspecto, el adoptar las claves estéticas, Rovio lo ha hecho muy bien: no renuncia a su propia identidad y los elementos que usa le dan mucho carisma. Se nota que en esto ya tienen experiencia desde Angry Birds Seasons y Rio.

Conclusiones

Rovio ha apostado a caballo ganador. No nos engañemos: no necesitaba revolucionar su propia mecánica de juego para volver a triunfar. La idea le ha funcionado bien, buena prueba de ello son sus muchos imitadores, y por tanto no había por qué hacer grandes cambios. La gravedad en sí es un aliciente suficiente engancharnos de nuevo y darle un soplo de aire fresco a Angry Birds.

El juego se encuentra disponible en Google Play de forma gratuita. Si vivís en Estados Unidos siempre podéis comprar el juego a un dólar en la Amazon App Store y con él quitar la publicidad que los usuarios de la versión gratuita nos encontramos en los menús del juego.