A pesar de no ser muy deportista, decidí hacerme con la baratísima pulsera de Xiaomi más que nada por curiosidad. Costando unos 10 euros aproximadamente, ¿quién se podría resistir? Incluye un podómetro bastante aceptable, una batería que dura casi un mes y, lo que más me interesaba, notificaciones discretas en la muñeca... Una ganga, vamos.
A las pocas semanas de tenerla, la peor pesadilla de cualquier comprador tecnológico se hizo realidad. Comenzaron los rumores de una versión actualizada de mi pulsera, que se llamaría MiBand 1S e incluiría un pulsómetro, la gran carencia de la pulsera original, y a casi el mismo precio. Ups.
Desde entonces, la tentación ha sido grande. ¿Debería comprarla? ¿Debería aguantar con la mia? A día de hoy he conseguido controlar mis impulsos compradores y sigo convencido con mi "vieja" MiBand, y las reviews de la MiBand S no hacen sino convencerme más de que he tomado una buena decisión.
La principal novedad, el pulsómetro
Tal y como puedes leer en la completa review de la MiBand S, la principal novedad de la nueva pulsera es el pulsómetro, un adelanto que sobre el papel pone esta pulsera a la altura de otros wearables de un precio diez veces superior. En Xiaomi, por supuesto, se han encargado de publicitar esta novedad a bombo y platillo.
El principal problema aquí es cómo funciona dicho pulsómetro, que es tan "aproximado" como el resto de información que muestra la pulsera. Realmente no tienes mucho control sobre él ni puedes tomar mediciones de tu pulso mientras realizas ejercicio. En su lugar, debes tomar la palabra de Xiaomi cuando te dice que la MiBand usa esta información para mejorar sus otras mediciones.
El pulsómetro, al menos por ahora, solo te obedece fehacientemente cuando haces una medición controlada. Tienes que presionar el sensor contra tu muñeca, poner el brazo en determinada posición, esperar... En resumen, un rollo. Casi cuesta más que tomarte el pulso tú solo con los dedos, como toda la vida.
Para lo que la uso... No, gracias
Visto lo visto, es evidente que el pulsómetro no es un factor determinante sobre la necesidad de dejar mi MiBand de lado y hacerme con su heredera la 1S. Otras novedades como la mejor calidad de los materiales sí que me han parecido más interesantes, pero por ahora mi MiBand está todavía en perfecto estado (salvo algún arañazo en su frontal), así que tampoco me sirve de excusa para jubilarla.
Probablemente al no haber usado la pulsera demasiado para salir a correr intensivamente, mi correa está todavía en muy buenas condiciones. De no ser así, reemplazar la correa cuesta más o menos un tercio del valor total de la pulsera y podría hacer decantar la balanza hacia la actualización a la nueva versión.
Al final, tras intentar convencerme a mi mismo de cuánto necesitaba la nueva MiBand 1S, me di cuenta de que el principal y único argumento era su precio. Sí, sigue siendo muy barata y quizá no debería pensármelo tanto y comprarla, sin más, pero aparte de eso no tengo ningún motivo para hacerme con ella.
Tal y como comentaba al principio, no soy muy deportista y para lo que menos uso la pulsera es para medir ejercicio o calorías. De ser así, probablemente no me importaría pagar algo más por un medidor de fitness más profesional y fiable. No, desde el principio lo que me atrajo de la MiBand fue otra cosa, las notificaciones.
A pesar de que la aplicación oficial de MiBand es bastante modesta, es mediante aplicaciones de terceros cuando la pulsera de Xiaomi realmente brilla. Las más famosas son Mi Band Tools y Mi Band Notify (yo personalmente prefiero la primera). Con estas aplicaciones puedes convertir tu supuesta pulsera de fitness en un completo sistema de notificaciones discretas en la muñeca, que solo tú recibes e increíblemente útiles si tienes el teléfono en modo silencio la mayoría del día.
Tras meses con mi -ahora vieja- pulsera MiBand, me doy cuenta de que realmente lo que menos me importa de ella son sus funciones de fitness, sino las notificaciones unidas a una duración de batería muy buena. La nueva MiBand 1S no tiene ninguna mejora realmente interesante al respecto, así que en mi caso no cuenta con argumentos suficientes como para justificar el cambio, a no ser que la tuviera ya hecha polvo.
Hasta el mismo nombre de la nueva versión, 1S, ya parece hacer un guiño a estas pequeñas mejoras, al igual que pasa con los iPhone y las versiones S. Tras el éxito sin precedentes de las baratas MiBand, es innegable que habrá en algún momento una MiBand 2 y, si entonces mi pulsera todavía sigue de una pieza, me tocará pensar de nuevo si merece la pena, o no.
En Xataka | Xiaomi MiBand 1S, análisis: el wearable para la gente que no quiere (o entiende) un wearable
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