Parecía que los smartwatches estaban de capa caída, pues este año apenas se ha presentó ninguna novedad reseñable y menos con Android Wear, hasta la llegada del SoC Qualcomm Snapdragon 2100, que de momento nos ha dejado el Nixon Mission. A pesar de su ausencia durante el Mobile World Congress, los fabricantes siguen apostando por estos relojes inteligentes, con un amplio portafolio disponible en compañías como LG o Samsung (aunque esta última apuesta por Tizen).
Como le pasa a mucha gente, mi opinión sobre los smartwatches era bastante escéptica hasta que desde hace un año poseo un Moto 360 de 1ª Generación. Quizás no es la revolución que algunos esperarían, pero para mí aporta unas funciones que a día de hoy me serían difícilmente insustituíbles. A diario solo lo dejo descansar por la noche.
Buscándole el sentido
Mi uso principalmente va destinado a las notificaciones. Si estás en una reunión, trabajando o simplemente has quedado con los amigos y no puedes estar mirando continuamente el móvil, es muy satisfactorio ver directamente en tu muñeca con un sencillo vistazo si te ha llegado ese correo o aquel mensaje de WhatsApp que estabas esperando.
Todas las notificaciones que recibes en tu dispositivo también llegan al reloj, donde podemos interactuar con cada una de ellas. Con las apps como WhatsApp, Hangouts o Telegram mediante voz puedes enviar mensajes de texto gracias a la Síntesis de Voz.
Pero esto no es lo único que harás hablando. Con tu voz tienes el control total del smartwatch: puedes hacer una búsqueda rápida por Google Now, realizar una llamada por teléfono, añadir un recordatorio al calendario, establecer una alarma, crear una nota en Google Keep o mirar una ruta creada en Google Maps. Para mí es mucho más intuitivo hacerlo en la pantalla, pero oye, Android Wear te da la opción, que no se diga.
Realmente, todas estas funciones hacen de tu vida un poco más fácil porque te cambia la forma de interactuar con el teléfono cada día. Lo coges y lo enciendes menos veces, estás menos pendiente de él, llamas menos la atención cuando estás con gente sin dejar de estar informado y, de paso, gastas menos batería.
Pero no, no es ni mucho menos imprescindible. Para esta función hay quienes tienen suficiente con smartbands como la Xiaomi MiBand, y por una vigésima parte de lo que te cuesta un smartwatch. Incluso varios de los últimos teléfonos están apostando por la pantalla ‘Always On’ (S7, G5, Nexus, Moto X), permitiéndonos echar un vistazo rápido al móvil. Ya hablé de esta opción y cómo tener Ambient Display en cualquier dispositivo.
Música y Fitness van de la mano
Android Wear abre un abanico de posibilidades a los deportistas, y no solo profesionales, a todo el mundo que haga un poco de ejercicio. Hay decenas de aplicaciones para correr, montar en bicicleta, caminar o cualquier otro tipo de ejercicio físico. En mi Moto 360 tengo instaladas dos apps que son perfectamente complementarias entre sí, tanto para mi ritmo diario como para cuando hago alguna otra actividad más intensa.
Para llevar un seguimiento de los pasos y calorías quemadas uso Moto Body (descargar en Google Play), una aplicación que utiliza perfectamente el podómetro interno del reloj y realmente precisa. A la hora de correr o hacer sentadillas, me decanto por Google Fit (descargar en Google Play). Con ella puedo controlar la distancia recorrida, la velocidad y el tiempo de sesión, obligándonos a activar la ubicación para su correcto funcionamiento. Ambas aplicaciones leen tus pulsaciones, siempre y cuando tu smartwatch tenga sensor de ritmo cardíaco.
Amante o aficionado del fitness, el valor que puede aportar un reloj inteligente es muy alto. Aunque volvemos a la misma situación de antes, una smartband puede hacer casi lo mismo y para usuarios menos exigentes les bastará, aunque obviamente no llega a la misma precisión ni de lejos. Además, si eliges un smartwatch con GPS integrado como el Sony Smartwatch 3 o el Moto 360 Sport, no te hará falta sacar tu terminal de casa.
Pero, ¿y mi música? ¿Cómo voy a salir a correr sin la música en mi teléfono? Hay aplicaciones como Google Play Music (descargar en Google Play) que te permiten guardar tus listas de reproducción favoritas en la memoria interna del smartwatch. Conéctale unos auriculares bluetooth y ya tienes el kit completo. Y hablando de música, me parece muy intuitivo poder escuchar canciones con Shazam (descargar en Google Play) sin necesidad de sacar el móvil.
Como leéis, depende de vuestro ritmo diario, llevarás un tipo u otro de aplicaciones. Atrás he querido dejar los famosos launcher, navegadores de Internet, lectores de PDF o juegos, ya que me parece una auténtica chorrada instalar este tipo de cosas en un aparato con apenas pulgada y media de pantalla.
Un reloj distinto cada día
La última opción no es realmente una utilidad diaria, es más bien un capricho diario. Los smartwhatches ofrecen una oportunidad que puede convertirse en rutina que no todo el mundo puede permitirse: cambiar de reloj cada día.
En mi Moto 360 no falta un buen pack de watch faces. Me gusta ir cambiando la esfera del reloj cada poco tiempo, y puede hacerte una buena colección entre las gratuitas y las que cuestan 0,99 euros. Ahora mismo estoy probando las de usTwo (descargar en Google Play), los creadores de Monument Valley. Su diseño atractivo y minimalista me ha hecho decantarme por esta opción, pero hay millones de apps que tratan sobre esto.
Incluso con algunas herramientas puedes crear tus propias esferas. Con los diseños actuales de corte tradicional, las pulseras intercambiables y la personalización de pantallas un Android Wear se puede convertir en un complemento de moda camaleónico y preveo que los estilistas empezarán a tenerlo muy en cuenta más pronto que tarde.
Cuestión de comodidad y poder adquisitivo
Esto es lo que aporta un smartwatch con Android Wear a mi día a día: simplificar las comunicaciones, motivar en el ejercicio, acompañar con música y vestirme. Sinceramente, estoy muy satisfecho con el Moto 360 y creo que sus características son muy útiles. O, más bien, muy cómodas, porque simplifican muchos procesos que ahora dependen de echar mano al bolsillo.
También es verdad que debido a una oferta me salió bastante bien de precio, pero si tuviera que desembolsar el dineral que piden algunas compañías por sus relojes, no lo habría hecho. Los hay muy asequibles pero el precio marca bastante la diferencia entre modelos y no deja de ser un complemento al móvil, por tanto es doble gasto.
A día de hoy, Android Wear sigue todavía un poco verde, es una plataforma muy interesante que hasta el momento no va más allá de cuantificar y notificar porque se queda algo coja en las otras funciones que ofrece, empezando por el navegador. En mi caso me aporta lo suficiente, pero entiendo que la mayoría de consumidores no lo vean interesante.
Y vosotros, ¿tenéis un Android Wear? ¿Cómo creéis que deberá crecer el sistema este año?
En Xataka Android | Las 23 mejores aplicaciones Android Wear, Android Wear 1.4: nuevos gestos, más comandos de voz para mensajes y soporte de altavoces
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