He sido de los que instalaban todos los watchfaces que veía en Google Play
Cada vez me gusta menos tener que cargar mi reloj a diario
¿Tener una tienda de aplicaciones en el smartwatch o más batería? Es una decisión clave a la hora de decantarse por uno u otro tipo de reloj inteligente. No sólo eso, una premisa es directamente proporcional a la otra: instalar apps en el reloj termina reduciendo la autonomía. La experiencia me lo ha dejado claro.
Un reloj inteligente no deja de ser una computadora de muñeca, con sus ventajas e inconvenientes. Sistemas como Wear OS amplían las posibilidades de los smartwatches, aunque con una desventaja clara: la autonomía. Tras varios años probando decenas de relojes, primero con Android Wear, llegué a apreciar los dos días de uso con una carga. Casi un milagro. Al menos hasta que salí del circuito de los sistemas mayoritarios, que ahora llevo un smartwatch que se va a las dos semanas.
¿Realmente voy a usar aplicaciones en el reloj?
Reconozco que he tenido épocas de instalación compulsiva, esos momentos en los que me paseaba por las tiendas de apps para bajarme todo cuanto veía. Con independencia del dispositivo, tanto daba que fuera smartphone como tablet u ordenador. Y, siguiendo con el hilo de este artículo, fui de los que instalaron apps de deporte en su Wear OS, WhatsApp y decenas de watchfaces.
La mayor parte del software que se instala en un reloj tiene una contrapartida clara: el aumento del consumo energético. Cambiar la esfera por una que no sea nativa recorta la batería en unas cuantas horas; con la consecuencia de que, si la mayor parte de relojes inteligentes alcanza con suerte la jornada, personalizándolos con apps de Google Play la capacidad disminuye. Mucho, todo depende de la información que muestre el watchface.
Instalar software en el reloj, sea cual sea, recorta su autonomía. Y sin que se ganen excesivas ventajas, más allá de un diseño único y distintivo o algo más de independencia del teléfono. ¿Que quiero medir el ejercicio con una plataforma concreta? Es mucho mejor registrar la práctica con el software nativo y después compartir los datos entre servicios, como Strava. ¿Una app nativa de mensajería? Me apaño con las notificaciones propias del teléfono. Y así con el resto del software, el reloj es un dispositivo que agradece la ligereza de software.
Si al final tengo que estar cargando cada dos por tres el reloj porque tengo instaladas aplicaciones que consumen más de la cuenta, prefiero cortar por lo sano y maximizar en lo posible la vida entre cargas. Mi récord en Wear OS lo tiene el OnePlus Watch 2, no tuve un reloj más longevo con el SO de Google. Hasta que decidí escaparme de sus fronteras.
Dos semanas con una carga, esto sí es un smartwatch
Quien me conoce sabe que me apasionan los smartwatches. Tanto, que a menudo voy con un reloj en cada muñeca, incluso cuando no estoy probando activamente un nuevo modelo. Gracias a esta afición puedo concluir que, pese a que la instalación de apps sea atractiva, como tener dos semanas entre cargas no hay nada.
Actualmente tengo un Amazfit Balance que no sólo registra todos los valores de salud que necesito, también el seguimiento deportivo es excelente. Y puedo usar el GPS durante horas en exteriores sin tener que recargarlo por la tarde, es una gozada. Hasta me olvido de dónde dejé el cargador, llego a ese nivel.
Retirarme el reloj de la muñeca, colocarlo en la base, esperar a que se cargue, andar revisando si ya llegó al 100 % y volvérmelo a colocar, un proceso que, cuanto más se separe entre repeticiones, mucho mejor. Una vez probado un buen smartwatch con dos semanas de batería es muy complicado volver a un Wear OS con la obligación de pasar por el enchufe a diario. O a cualquier otro, que la baja autonomía no es exclusiva del SO de Google.
No perder funciones avanzadas de deporte, de registro de sueño, tener alertas de actividad con seguimiento automático, un buen compendio de sensores de posicionamiento (muy importante para mí), que las esferas nativas de reloj sean de calidad y que la batería tenga una duración holgada. De dos semanas sobre el papel, por ejemplo: ésta es mi actual lista de referencia. Las aplicaciones no me interesan: con lo que trae el reloj ya tengo de sobra, para el resto ya está el smartphone.
Imagen de portada | Iván Linares
En Xataka Android | Esto es lo que miro de un reloj inteligente para ver si merece la pena. Y no sólo es una gran batería
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