Los wearables pueden ser accesorios muy útiles acompañar a nuestros teléfonos inteligentes. Estos nos permiten acceder a notificaciones, aplicaciones y más funciones de forma muy rápida directamente desde nuestra muñeca, sin tener que sacar el móvil del bolsillo. Es por esto que desde hace varios años he usado o un reloj inteligente o una pulsera de actividad.
¿Pero cuál es la mejor opción? Durante el último año me dediqué a probar las dos opciones, una pulsera y un reloj, alternando entre ellos para saber cuál es la alternativa que prefiero en mi día a día. La respuesta es clara, al menos para mí, y depende del tipo de uso que le quieras dar a este dispositivo de muñeca.
Smartwatch versus pulsera de actividad: la clave está en las prioridades como usuario
Los relojes inteligentes y las pulseras de actividad tienen varias diferencias importantes, en lo que pueden hacer y lo que no. Como regla general, los relojes inteligentes con más capaces: tienen acceso a muchas aplicaciones, pueden hacer más mediciones de salud (incluyendo presión arterial y ECG, dependiendo del modelo), y la pantalla es más grande, lo que nos permite ver más contenido. Los smartwatches también pueden funcionar de forma independiente, con algunos modelos contando con soporte a redes LTE.
Sin embargo, tantas capacidades también tienen una gran desventaja: la duración de la batería de un reloj inteligente es menor a la de una pulsera de actividad. En algunos casos, nos vemos obligados a cargar la batería cada dos días. Y, por supuesto, también son más grandes y voluminosos.
Las pulseras de actividad pueden hacer muchas de las cosas que también hacen los relojes inteligentes. Es cierto, no puedo usar ChatGPT en una pulsera, mientras que en un reloj sí puedo, pero sí puedo hacer un seguimiento detallado de mis ejercicios, un seguimiento de mis horas de sueño y también monitorear mi ritmo cardíaco y nivel de oxígeno en sangre, del mismo modo que lo haría con mi reloj.
También puedo tener un acceso rápido a mis notificaciones: si recibo un mensaje en WhatsApp o un correo electrónico, puedo alzar la muñeca para saber si requiere de mi atención inmediata o puede esperar. Si debo responder, saco el móvil del bolsillo y lo hago (o uso alguna de las respuestas rápidas que he programado en mi pulsera), de lo contrario, continúo lo que estaba haciendo.
Las pulseras de actividad están limitadas en funciones y posibilidades, en comparación a un reloj inteligente; no obstante, sus funciones pueden ser suficientes para el uso diario. Hacen menos cosas, pero también pueden ser más cómodas de usar, y eso a veces es más importante.
Es por esto que tras un año de pruebas, prefiero usar en mi día a día una pulsera inteligente en lugar de un reloj inteligente. Las diferencias y ventajas del reloj no me compensan en comparación a lo que gano con la pulsera: un dispositivo más pequeño que puedo usar todo el tiempo y dormir con ella cómodamente, y cuya batería tiene una autonomía de entre 15 y 20 días.
Pero esta es una decisión personal, como dije, basándome en mis propias necesidades. Si bien es útil tener acceso a muchas aplicaciones e incluso juegos en mi dispositivo de muñeca, prefiero la simplicidad de una pulsera de actividad y la comodidad de casi olvidar que la llevo puesta durante más de dos semanas, durmiendo con ella e incluso duchándome con ella en algunas ocasiones, cuando olvido quitármela antes de entrar a la ducha.
Sin embargo, hay cosas que extraño de usar un reloj inteligente y que pueden ser muy importantes. En primer lugar, la posibilidad de usarlo de forma independiente, sin necesidad del móvil. Muchas veces al salir a correr o ir al gimnasio prefiero no llevar el móvil y descargar la música de YouTube Music o Spotify directamente en mi reloj, conectar los auriculares y así evitar distracciones. Después de todo, mi reloj podrá registrar mi recorrido al correr usando GPS, y registrar mi actividad física para después sincronizarla con el móvil. Esto no lo puede hacer una pulsera.
El segundo aspecto es que los relojes inteligentes suelen ser muy lindos, con diseños elegantes y llamativos. Para salir a cenar o a algún evento social, prefiero usarlo como accesorio de moda. Esto, de nuevo, es un tema de preferencias. En estas dos situaciones continúo usando mi reloj inteligente, pero generalmente lo que llevo en mi muñeca es una pulsera de actividad, es más que suficiente para mi día a día.
Foto de portada | Xataka
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