La semana pasada un proyecto removió tres sectores: el de los videojuegos, el de Android y el del crowdfunding. Se trataba de Ouya, una consola de sobremesa con un núcleo Android que permitiría a todo aquel que la poseyese jugar a todos los juegos del catálogo gratis, permitiendo compras ingame y demás. ¿El resultado? Casi cinco millones de dólares invertidos en poco más de una semana.
Con todo esto Ouya se convierte en una consola destinada a triunfar, pero parece que el panorama pinta oscuro para este proyecto. No son pocas las voces que critican el largo plazo del proyecto y su viabilidad, sino que podría ser que el proyecto, aún con los casi cinco millones que llevan, no llegas ea realizarse. El problema viene cuando Julie Uhrman, fundadora de la compañía que da nombre a la consola, declara en una reciente entrevista que están buscando colaboración por otras vías, que lo de Kickstarter era principalmente para llamar la atención de usuarios y posibles desarrolladores. Algo así como un globo sonda que, lógicamente, no ha sentado nada bien entre todos los usuarios que han puesto dinero en el proyecto.
Es un proyecto muy grande y va a ser caro (desarrollarlo). Estamos buscando financiación adicional, pero queríamos llevarlo a Kickstarter costase lo que costase. Porque Kickstarter nos dará el apoyo que necesitamos de los jugadores y los desarrolladores para ofrecer contenido adicional en los dispositivos y conseguir nuevos socios. Es una muestra increíble en la que los jugadores reflejan su entusiasmo por lo que hacemos aportando dinero, y los números dejan bien claro que hay un mercado.
Esencialmente, han usado Kickstarter principalmente para llamar la atención, aún les queda conseguir colaboradores aparte. Sinceramente, es una jugada rastrera, ya que las bases del crowdfunding es la de conseguir financiación que no se hubiera conseguido de otra forma y gracias a los intereses de los usuarios se consiga. No es ético usarlo como escaparate promocional. Tras todo esto, Ouya hace dar una nefasta impresión del crowdfunding que no hace sino manchar el buen nombre de una forma de inversión que ha sido la vida para muchos y la única forma de llevar su proyecto como ellos querían y hacerlo realidad.
Han matizado la situación diciendo que la consola será entregada a quienes invirtieran, pero la base de usar Kickstarter como un escaparate de promoción sigue siendo poco correcto.
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