Como dispositivo electrónico que es, todo cargador de corriente gasta energía cuando está conectado, esté o no reviviendo un dispositivo. Ahora bien: ¿cuánto gasta? ¿Tanto como para subir el precio de la factura? Antes de responder las dudas te avanzo que no debes preocuparte: el consumo fantasma es casi nulo.
En torno a los cargadores móviles hay diversos mitos que todos hemos escuchado en alguna ocasión. Que no hay que dejarlos conectados porque malgastan electricidad es uno de los principales, un bulo que puedo desmentirte desde ya. Ojo, esto no significa que deje de existir un consumo, pero no supone un excesivo gasto extra a la luz gastada de forma activa. Lo he calculado.
Un cargador conectado consume electricidad, sí, pero casi nada
Los cargadores de batería montan distintos circuitos integrados con una bobina interna de cobre que se encarga de transformar el alto voltaje y amperaje de la toma directa de corriente a los valores mucho más bajos que requiere un móvil (los cargadores también convierten la electricidad alterna en continua). Dicha circuitería no se desconecta por completo cuando quitamos el móvil del cable, ya que una mínima parte de energía sigue circulando por la bobina. Ésta es la razón por la que continúan consumiendo electricidad de forma pasiva, en modo fantasma.
Por la naturaleza del cargador y de sus circuitos, éstos van a consumir electricidad siempre que el accesorio esté enchufado. Y de ahí surgen los mitos, en especial aquel que hace referencia al gasto desmesurado de todos los cargadores conectados en balde.
Si bien el gasto es real, y puede cuantificarse, resulta tan ridículo que ningún enchufe inteligente vendido en la actualidad logra medir cuánta electricidad consume un cargador conectado y sin alimentar un teléfono. En casa tengo varios de esos enchufes, cada uno con su medidor de energía integrado (en tiempo real y acumulado). Tras hacer varias pruebas, fui incapaz de medir lo que consume un solo cargador en «modo fantasma». Así que hice acopio de cargadores y los conecté todos a la misma regleta; conectada a su vez al enchufe inteligente.
Con cuatro cargadores diferentes ninguno de mis enchufes registró actividad, ni al momento ni tras ocho horas de acumulación. Con seis cargadores ocurrió lo mismo, con ocho y hasta con once: literalmente, puse en el mismo enchufe todos los cargadores que tenía por casa. Haciendo la media, y teniendo en cuenta que el rango de detección de mi enchufe se sitúa en torno a 1 W (el mínimo para que el enchufe registre la medición del consumo eléctrico), el gasto energético en modo fantasma de cada cargador queda por debajo de los 100 mW (0,1 W).
Los fabricantes de móviles y de cargadores no acostumbran a ofrecer los datos de consumo energético fantasma. Una empresa que sí lo hace es Apple: como puedes leer en el informe ambiental del iPhone 14, el gasto de electricidad sin que el cargador de 20 W esté alimentando el iPhone (no-load) es de 0,05 W en 230 V. Dicho cargador es el estándar de Apple, el que distribuye para alimentar la mayoría de sus dispositivos (y que no entrega con los iPhone). En mi colección de once cargadores en el mismo enchufe inteligente había dos de esos cargadores.
¿Cuánto pagas en tu factura por cada cargador de móvil conectado y sin usar?
Los cargadores consumen energía incluso sin que estén funcionando, ya quedó claro. Dicho consumo es muy difícil de medir sin un dispositivo que alcance un rango alto de precisión. Y ni siquiera juntando varios cargadores en una misma toma resulta sencillo obtener un valor aproximado. Esto ya deja entrever que, traducido a euros, el consumo fantasma no va a arruinar a nadie.
Dado que todas mis pruebas dieron como media un consumo inferior a 0,1 W, tomaré como referencia el valor que da Apple para el cargador de 20 W USB C (sobre 230 V, el voltaje europeo). La circuitería de este aparato no debería de alejarse demasiado de un cargador de móvil estándar, tampoco sus consumos: ni en modo activo ni pasivo.
Los 0,05 W cada hora que consume en modo fantasma el cargador son 1,2 Wh cada día, unos 36 Wh al mes y 432 Wh al año, grosso modo. Tomando como referencia el precio medio del kilovatio en el mercado eléctrico durante agosto de 2024, que fue de 0,09 euros cada kWh, el gasto fantasma de un cargador se situaría en torno a los 16 céntimos de euro. Cada año. Siempre sin tener en cuenta que el precio de la electricidad fluctúa (el coste debería de ser inferior si se carga el móvil sólo por la noche, por ejemplo; también influye la tarifa de electricidad contratada, lo anterior es válido para el PVPC).
Si bien el consumo fantasma es ridículo, esto no implica que debamos obviarlo: todo termina sumando. Además, cuanto más tiempo se mantenga funcionando un dispositivo menor será su vida útil, incluso en modo pasivo. Y un último punto: no todos los cargadores tienen la misma eficiencia, los de peor calidad seguramente consuman en mayor medida (y se calienten incluso sin uso, doy fe). Por tanto, mi recomendación es que guardes el cargador y su cable cada vez que termines de cargar. Sobre todo si te ocurre lo que a mí: mi aspiradora siente especial atracción por los cables.
Imagen de portada | Iván Linares
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