Creía que estaba bloqueando las llamadas de spam y en realidad estaba haciendo que me llamaran. Qué es y cómo funciona el consentimiento previo

La nueva Ley General de Telecomunicaciones anticipaba el fin de las llamadas Spam, pero está ocurriendo al contrario

Nos las prometíamos felices con la nueva ley de llamadas Spam, pero al final tampoco es que haya cambiado mucho el panorama: nos siguen molestando para ofrecernos productos que ni nos van ni nos vienen. Por no hablar de las estafas: es demasiado fácil caer en ellas. Y en parte es por nuestra culpa: el consentimiento previo es un arma de doble filo.

No sé si te está pasando lo mismo, pero actualmente recibo más llamadas Spam que antes de entrar en vigor la Ley general de Telecomunicaciones. Dicha Ley introducía en el apartado de derechos de los usuarios una acotación a las llamadas comerciales, limitación que no parece que se respete. Y una de las explicaciones es que, en parte, yo mismo pedí que me siguieran llamando.

Consentimiento previo e interés legítimo, dos trampas ocultas

Aceptación de condiciones con la firma de un contrato

La Ley General de Telecomunicaciones que entró en vigor en junio de 2023 trajo consigo una notable cantidad de cambios en el panorama tecnológico, tanto para los operadores como para quienes contratamos sus servicios. Y hay un par de apartados dentro del Artículo 66 que provocaron un especial revuelo por la importancia para la privacidad: los relacionados con las llamadas comerciales.

Según el registro del BOE:

[Los usuarios tenemos derecho] a no recibir llamadas automáticas sin intervención humana o mensajes de fax, con fines de comunicación comercial sin haber prestado su consentimiento previo para ello.
[Los usuarios tenemos derecho] a no recibir llamadas no deseadas con fines de comunicación comercial, salvo que exista consentimiento previo del propio usuario para recibir este tipo de comunicaciones comerciales.

Se anticipaba una notable caída en las llamadas comerciales, en las llamadas Spam y hasta en las estafas telefónicas, pero el caso es que no ha sido así: las molestias se siguen produciendo. Incluso de manera más insistente, como rescata la OCU: 9 de 10 usuarios seguía recibiendo esas llamadas en octubre de 2023, cuatro meses después de entrar en vigor la ley. Y puedo dar fe.

El consentimiento previo es importante porque es en lo que se basan la mayoría de empresas para las llamadas comerciales. Y solemos dárselo a menudo sin que nos demos cuenta: el «Aceptar» colocado estratégicamente para que pinchemos sin leer las cláusulas acostumbra a esconder la aceptación de contactos comerciales y que puedan compartir nuestros datos con otros socios. Esto termina desembocando en la aparición de nuestro número y nombre dentro de ficheros comerciales sin que a menudo resulte sencillo salir de ellos.

Tras la entrada en vigor de la ley pensaba que bloquearía la mayoría de llamadas no deseadas, pero la realidad es que con cada aceptación de condiciones estaba pidiendo que llamasen para ofrecerme más servicios. Por eso decidí ser lo más cuidadoso posible y mirar con lupa cada contrato. ¿Que hay un «Opcional» escondido? Casilla sin marcar. ¿Que el teléfono no es obligatorio? No lo incluyo. Además, y siempre que lo que estoy contratando no requiere un medio de contacto, acostumbro a inventarme el número de teléfono. El de correo electrónico sí suele ser el auténtico, me importa menos el correo basura que recibir llamadas Spam.

Pese a que soy cuidadoso no aceptando cláusulas de más, y no dejando mi número de teléfono auténtico, aún sigo recibiendo llamadas

Las empresas pueden llamar si hemos aceptado el consentimiento previo, ya sea expresamente como dentro de las cláusulas generales del contrato. Además, existe otro punto: el interés legítimo. Por ejemplo, tu operadora puede llamarte incluso aunque ya no estés con ella, sólo porque podría interesarte volver ahorrándote algo de dinero. También pasa con tu banco, con la empresa de seguros que tienes contratada o con las comercializadoras de electricidad.

Las condiciones de privacidad, que son obligatorias, implican el consentimiento previo para llamadas comerciales

En el fondo, las empresas tienen margen para encajar las llamadas comerciales en los posibles supuestos de la Ley. Y la Agencia de Protección de Datos no está haciendo mucho por remediarlo; por más que permita grabar las llamadas para utilizarlas como prueba en las denuncias. Con otro agravante: resulta muy complicado que los operadores que nos llaman identifiquen a la empresa para la que realmente trabajan. Para establecer una denuncia ante Protección de Datos debe constar la empresa que ha realizado las comunicaciones.

La mejor manera de evitar molestias es actuar desde el móvil

Porque hemos aceptado el consentimiento previo, porque quienes llaman se escudan en el interés legítimo, porque se ha compartido un fichero de hace años en el que aceptamos las comunicaciones o, simplemente, porque quienes estén detrás de las llamadas se pasen la Ley por el auricular: las llamadas no deseadas van a ser imposibles de erradicar. Tenemos que denunciarlas en la medida de lo posible, marcarlas como Spam en el teléfono y tomar medidas para que el dispositivo las bloquee directamente.

Mi consejo es activar el filtro antispam del teléfono, bloquear las llamadas que no estén en la agenda de contactos y también los números ocultos. Con estos tres pasos dejarán de molestarnos a la hora de la siesta.

Imagen de portada | DALL-E 3 en ChatGPT

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