Llegó el día. El lunes de esta semana Vine dio el salto a Android tras estar durante unos meses como una aplicación exclusiva para iOS. ¿En qué consiste? Compartir pequeños vídeos de seis segundos, con sonido, con el resto de personas.
La idea pasa por enriquecer la experiencia visual que ofrece una foto y añadir un poco de movimiento a todos esos momentos que vamos viviendo y compartimos en nuestras redes sociales. Tras probarla con detalle, os traemos nuestras impresiones en profundidad.
Grabando momentos de seis segundos
Vine se basa en un concepto muy básico: compartir pequeños vídeos en un tipo de formato que los haga visibles de forma rápida y nos aporte algo más que una foto estática. Muchos lo han intentado ya y es que competencia no le falta a Vine pero parece que el servicio de Twitter se ha convertido en el que más ha despuntado.
En la sencillez de su propuesta, nos encontramos también la de su interfaz que siguiendo unas líneas minimalistas se mimetiza a la perfección con los cánones de Android a la hora de diseñar aplicaciones. Sencilla, intuitiva, y con ese toque de encanto que nos deja ensimismados mirando a la pantalla.
En la pestaña principal nos encontramos el feed de la gente a la que seguimos. Ordenadas de forma temporal, podemos comentar o hacer ‘likes’ a cualquier publicación. Además de la columna de notificaciones, lo más interesante es la sección de Explorar.
Una función que también estaba en la aplicación oficial de Twitter y que, en mi opinión, estaba un tanto desaprovechada. En Vine toma más protagonismo y quizá por el carácter audiovisual del contenido anima más a ver qué hacen los demás ya que en algunas categorías hay cosas realmente interesantes.
A la hora de crear contenidos, Vine es muy sencillo de utilizar. Al pulsar el botón de la esquina superior derecha nos aparecerá la cama y sólo tenemos que pulsar en el visor para empezar a grabar. ¿Lo interesante? Que podemos ser creativos si sabemos cómo usar la aplicación.
Por ejemplo, en vez de pulsar durante todo el tiempo hasta completar la toma podemos dejar presionado un momento, cambiar de toma y grabar otro pequeño fragmento. Los filtros no se echan de meno y con un poco de habilidad podemos conseguir algunos vídeos bastante curiosos.
En el tiempo que he estado utilizando la aplicación no he notado nada raro: funciona bien, aunque he sufrido algunos error en la primera versión que se publicó en Google Play. Por fortuna ya han quedado solventados y todo funciona sin ningún problema.
La única pega que he encontrado hasta ahora es no poder utilizar la cámara frontal e intercalar entre ésta y la trasera para conseguir algo más de libertad. Por lo demás, es una aplicación que funciona bastante bien y demuestra que la espera ha merecido la pena ya que no es un port chapucero de la versión que ya existe en iOS.
Conclusiones
Se le puede reprochar la utilidad, o la falta de ella, a Vine pero si nos ceñimos a ella como una aplicación en sí cumple bien su cometido. Hace que compartir pequeños vídeos y visualizarlos sea sencillo. La idea de que sean fragmentos tan cortos ayuda a que ver tantas entradas no sea algo pesado.
Se echa de menos también la posibilidad de compartir con otras redes sociales como Facebook pero muchos ya sabemos cómo se las gasta Twitter con la integración en otras plataformas. Una aplicación más al ecosistema Android en un tipo de contenido que, de momento, está buscando su hueco en un momento donde parece que la fotografía tiene más peso.
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