Ayer PCForo nos preguntaba en Xataka Android Respuestas si es necesario un task killer. Es decir, una aplicación que gestione los procesos de nuestro teléfono y tablet para así cerrar aplicaciones y liberar RAM a nuestra voluntad. Sin duda una pregunta muy interesante y que a continuación desarrollaremos.
En el Android Market existe un gran número de aplicaciones que nos permiten matar procesos para así mejorar el rendimiento de nuestros dispositivos. En principio la idea suena bien, al fin y al cabo parece sensato que al matar procesos haya más RAM disponible pero ¿realmente son útiles los task killers en Android?
Breve introducción al funcionamiento de la RAM en Android
Muchos de nosotros hemos trabajando durante años con Windows y sabemos que el gestor de tareas a veces es una herramienta muy útil, especialmente cuando un proceso se queda bloqueado. En definitiva, vamos llenando RAM poco a poco según abrimos aplicaciones. Sin embargo en Android la gestión de la RAM funciona de manera completamente diferente.
En Android la RAM siempre tiende a llenarse hasta dejar un pequeño margen de maniobra. ¿Por qué así y no como en Windows? Muy sencillo, por eficiencia. La RAM ocupada es mucho más práctica que si está vacía.
Según vamos utilizando aplicaciones estas van ocupando RAM para que, si las volvemos a abrir tenerlas disponibles al momento. Al añadir más aplicaciones y llegar al límite esas aplicaciones que no se usan se van eliminando automáticamente dejando hueco a las nuevas.
Sin embargo que vaya eliminando aplicaciones no significa que mate procesos. Es decir, todas las actividades programadas que actúan en segundo plano como la sincronización del correo, tareas, etc. Nunca las elimina el sistema, sólo se eliminan las aplicaciones que no tienen actividad.
Para concluir esta explicación, y retomar la cuestión original, aquí tenéis un esquema sacado de la web oficial de desarrolladores de Android para que veáis cómo se gestionan las aplicaciones en nuestros dispositivos:
Argumentos en contra de los task killers
Una de las grandes leyes de la informática –y en muchos casos extrapolable a otros ámbitos de la vida- es que si algo funciona bien mejor dejarlo así. En el caso de la gestión de tareas en Android sucede tal cual. Como hemos visto el sistema operativo gestiona muy bien la RAM y no hay necesidad de entrometerse en su labor.
De hecho cuando los task killers se meten de por medio, con todas sus buenas intenciones, acaban realizando acciones contraproducentes con el ritmo de trabajo de Android.
Por ejemplo, cuando matamos todos los procesos de golpe vaciamos la RAM por consiguiente. Pero, como ya hemos visto, Android vuelve a llenarla al momento por lo que el consumo de batería aumenta en ese momento para volver al ritmo de trabajo para el que está diseñado. Creo que no hace falta recordar que la autonomía de los smartphones no es precisamente una maravilla y que tenemos que mimarla para sacar el máximo rendimiento.
Otra consecuencia de vaciar de golpe la RAM con los task killers es que no sólo mata aplicaciones en segundo plano (como hace Android por defecto) si no que también se carga procesos: la sincronización con el correo, la sesión abierta en Whatsapp, las alarmas… En definitiva información valiosa que previamente hemos configurado para que esté ahí siempre con nosotros.
Al final el sistema operativo termina aprendiendo de nuestros comportamientos: qué aplicaciones utilizamos más y merece la pena dejar en la RAM, qué aplicaciones usamos menos y se pueden eliminar antes… Reitero la frase con la que comenzaba este apartado. Si algo funciona bien (o muy bien) mejor dejarlo como está.
Argumentos a favor de los task killers
Como hemos visto el uso de estas aplicaciones resulta bastante contraproducente, lo cual nos hace pensar ¿Si los task killers son tan malos por qué hay tantos en el Android Market? Lo cierto es que en casos concretos estas aplicaciones pueden ser útiles.
A veces las aplicaciones se bloquean y a partir de ahí pueden pasar dos cosas: o que Android nos invite a forzar el cierre o que no diga nada. En el segundo caso es cuando los task killer tienen sentido, localizamos la aplicación, matamos el proceso (individual, no hace falta hacer un genocidio) y listo. Problema resuelto. En cualquier caso, esta misma tarea la podemos hacer desde el panel de Ajustes, Programas, ‘Aplicación’, Forzar Detención.
Por otra parte tenemos el problema de las aplicaciones que no están bien optimizadas (que son pocas) y empiezan a consumir RAM y batería sin justificación alguna. Para evitarlo lo mejor es utilizar task killers como Watchdog que nos avisa cuando una aplicación usa más de lo previsto.
Si vemos que alguna aplicación que en principio no debería consumir tanta RAM y batería lo hace lo mejor es desinstalarla y dejarle un comentario al desarrollador. No lo digo con ánimo de boicotear a nadie si no para que tomen nota de nuestros comentarios y, una vez solucionen el problema modificar nosotros la nota. Al fin de cuentas los desarrolladores se merecen nuestro apoyo y también decir las cosas claras, gusten o no.
Aunque el sistema de gestión de la RAM y los procesos en Android es muy eficiente ha sido gracias a un proceso de evolución que ha ido mejorando en cada versión. Por eso, algunas versiones como Android 1.6 Donut se ven bastante beneficiadas de los task killer aunque tampoco son herramientas fundamentales.
Conclusion: los task killers son útiles en circunstancias concretas
En resumen, ¿Realmente son útiles los task killers en Android? No, pero hay circunstancias en los que sí que pueden llegar a serlo. Para matar aplicaciones a diestro y siniestro todo el rato no, el consumo de batería se dispara y la estructura con la que fue diseñado la gestión de la RAM pierde efectividad.
Sin embargo para matar aplicaciones específicas que se cuelgan o para controlar el consumo de RAM y batería de éstas sí es útil. Personalmente no echo en falta un task killer en mi Android, en su día probé Advance Task Killer y lo único que hacía era consumirme batería a lo tonto.
Que cada uno haga con su Android lo que le parezca más oportuno pero a bajo mi punto de vista los task killers son aplicaciones que no aportan apenas nada a nuestro uso diario y que por tanto son prescindibles.