Si deseamos navegar de forma privada con nuestro móvil, usar el modo incógnito es una de las opciones, aunque ya advertimos que no la única, ni la definitiva. Y menos aún si hablamos del modo incógnito de Google Chrome, el cual está en tela de juicio últimamente.
Tras una demanda surgida en 2020 contra Google por recolectar datos en el modo incógnito de Chrome y que vuelve a salir a la palestra en estos días, queremos repasar todo lo que no esconde esta modalidad del navegador, ya sea en el móvil o en su versión de escritorio para ordenadores.
Hay terceros que pueden acceder a tu actividad igual que en la navegación normal
Siguiendo lo que la propia Google comenta en su página web, el modo incógnito de Google Chrome no es tan privado como quizás puede parecer sobre el papel. El primer indicativo de ello es que no se oculta la IP en ningún momento, algo que únicamente podríamos conseguir configurando una VPN o utilizando directamente un navegador con VPN integrada.
Así, esto hace que terceros puedan tener registro de nuestra actividad. Por ejemplo, el proveedor de internet o la propia Google. Precisamente que sea la compañía de Mountain View la que recopile datos durante el uso del modo incógnito es lo que ha llevado a la empresa a los tribunales.
Otro hecho destacable es que las webs pueden llegar a detectar que se está haciendo uso de ese modo y por tanto recabar información en base a la actividad. No debería ser así y de hecho la propia Google ha extendido a este modo incógnito su API llamada FileSystem, la cual permite que las webs almacenen archivos temporales y así tratar de "confundir" a las webs sin que estas distingan si se está en modo normal o incógnito.
El problema viene en que los desarrolladores han encontrado otros métodos utilizados para detectar el modo de incógnito. Por ejemplo medir la velocidad de escritura de la API FileSystem, ya que si se detecta que los archivos se están escribiendo de forma más rápida de lo normal, se puede intuir que es por estar en este modo de navegación.
También saber el espacio libre que otorga la API a cada web es clave para saber que se está en modo incógnito, ya que en navegación privada existe un límite de 120 MB. Así que, a fin de cuentas, pueden recopilar datos de igual forma que en la navegación normal.
Lo que sí cambia con el modo incógnito de Chrome
Una vez visto lo anterior, la duda que probablemente te ronde la cabeza es para qué sirve entonces esta modalidad del navegador de Google. Pues bien, hay varios factores que si cambian respecto a la navegación normal y que, pese a no ser tan privado como cabría esperar, dan sentido a ese nombre de "incógnito".
Por ejemplo, no guarda el historial y ahí radica buena parte de la esencia de la modalidad. De igual forma, tampoco mantiene los archivos con cookies cuando se cierra la pestaña, al igual que mientras estamos en ese incógnito no tiene en cuenta los ficheros que ya se tienen almacenados en la navegación normal.
De esta forma, no encontrarás por ejemplo anuncios o recomendaciones basadas en tu actividad llevada a cabo de forma normal y ni siquiera la que lleves a cabo en modo incógnito. Aunque, como ya indicábamos, no quiere decir que no pueda haber webs que creen ficheros con tu actividad.
Digno de destacar es también la inexistencia de la función de autocompletado para rellenar formularios. Por último, en este modo incógnito tampoco se pueden almacenar contraseñas, siendo al final estas funciones exclusividades de la navegación normal.
El resumen de todo es que al final el modo incógnito de Google Chrome, al igual que el de otros tantos navegadores, es un modo semiprivado. Es decir, que al final te evitará dejar rastro que sea visible por ti o cualquier otra persona que acceda a tu móvil, pero no de cara a ocultar tus datos de navegación ante terceros.
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