A la hora de buscar la mejor cámara en Android hay una aplicación que sobresale con nombre propio: la cámara de Google. Y es uno de los pilares de los Pixel, éstos siempre destacan por sus fotografías; ya sea en los móviles más accesibles como en los de mayores prestaciones, como el Google Pixel 8 Pro. Precisamente, este teléfono ha dado un salto enorme en posibilidades de captura, justo lo que yo esperaba.
Hacer fotos es la tarea principal de una cámara, también que dichas fotos se procesen automáticamente de la manera más correcta posible, pero hay otros aspectos que yo considero esenciales en una aplicación de captura multimedia. Y los controles manuales me parecen básicos: no siempre va a salir la mejor foto dejando que el móvil decida. Por eso siempre tuve una espinita clavada con los Google Pixel, echaba de menos las opciones avanzadas de móviles como los Samsung Galaxy o los Xiaomi. Hasta que cayó en mis manos el Google Pixel 8 Pro.
Por fin una cámara de Google con los ajustes manuales de captura
Es verdad que los Pixel incluyeron ciertas opciones, como la compensación de exposición, pero siempre eché en falta el ajuste manual de enfoque y la velocidad de obturación, por ejemplo. Con estos dos controles manuales la experiencia fotográfica cambia por completo, ya que con ellos el móvil permite ajustar la toma de forma mucho más creativa. Y Google los incluye por fin el el Pixel 8 Pro; aparte de otras opciones.
Los Google Pixel ya eran excelentes móviles de fotografía, la captura y procesamiento computacionales que lleva aplicando la empresa a sus smartphones es excelente. Incluso en teléfonos baratos, que basta con instalarles una GCam adaptada para lograr unas mejores fotos. Y con el extra de controles que tiene el Pixel 8 Pro este móvil equipara las posibilidades manuales a las automáticas, un equilibrio que yo le llevaba pidiendo a la cámara de Google desde hace años.
Aparte de que el hardware fotográfico del teléfono es de altísimo nivel, con un telefoto periscópico que me ha enamorado, el software ha visto recortadas las diferencias en posibilidades con las marcas de la competencia para contentar hasta a profesionales. Siempre salvando las distancias, ya que el Google Pixel 8 Pro no deja de ser un smartphone.
Ajustar el enfoque de manera precisa cuando el autoenfoque se empeña en no actuar correctamente (muy útil cuando hay poca luz), subir la velocidad de exposición para capturar la trayectoria de movimiento de un deportista, elevar la ISO hasta unos valores más correctos que los que aplica de forma automática la app o hacer una cosa que hasta ahora era imposible en un Google Pixel: sacar una foto con el tamaño original del sensor, sin aplicar Pixel Binning.
Actualmente, en mi Google Pixel 8 Pro tengo marcado el guardado en RAW con disparo de 50 megapíxeles. Obtengo imágenes mucho más nítidas y con mayor detalle, siempre a costa de un inconveniente: un mayor tiempo de procesado. Y puedo decidir yo cómo quiero la toma: con esta velocidad de obturación, enfocando este diminuto punto de la escena y elevando la ISO para salvar la subexposición. Maravilloso.
Bien por el Pixel 8 Pro, mal por ser exclusivo
De izquierda a derecha: ajuste manual de enfoque, velocidad de obturación y guardado a 50 megapíxeles
Aparte del Google Pixel 8 Pro, también tengo el Google Pixel 8; y otro par de modelos más antiguos, los Pixel 6 y Pixel 6a. Y no entiendo por qué Google ha decidido limitar los ajustes manuales al modelo con mayores prestaciones cuando el resto es perfectamente capaz de tener esos ajustes. Bueno, la verdad es que sí que lo entiendo: para hacer más atractivo el Pixel 8 Pro (aparte de incluir mayor pantalla, batería y el telefoto). Con algo tan básico como son los ajustes manuales en una app de cámara, éstos deberían trasladarse a todos los Pixel.
Si bien la aplicación del Google Pixel 8 Pro ofrece ajustes exclusivos, hay maneras de disfrutar de esos controles en otros modelos, incluso en Android que no son Pixel: las últimas versiones de la GCam los tienen habilitados. Y es perfecto para el Pixel 8, por ejemplo: con la GCam en ese móvil la distancia entre los dos modelos más recientes se reduce. Y, de rebote, se obtiene una experiencia fotográfica mucho más completa y personalizable, que es lo que a mí me gusta.
Celebro que Google haya decidido abrir su aplicación a los usuarios que prefieren ajustar personalmente los parámetros de captura: pese a que la cámara de Google lleva siendo excelente para disparos automáticos desde hace años, aún le quedaba ese escaloncito por subir para acercarse a la perfección. Que ninguna aplicación de móvil lo es, para eso siempre hará falta una cámara de fotos dedicada. Aun así, Google se ha acercado mucho.
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