El nuevo editor mágico de los Google Pixel 8 hace virguerías con las imágenes. Todo utilizando la IA de Google
No hay una app de Google que me guste más que Google Fotos, me parece un completo acierto en todas sus funciones. Como galería, como sistema de copia de seguridad, es perfecta para llevar todas mis fotos a cualquier parte e, incluso, para editarlas antes de compartirlas. Y con todo el potencial de la IA de Google: lo que consigue en el Google Pixel 8 Pro es sorprendente.
Actualmente me encuentro en pleno proceso de análisis del Pixel 8, el pequeño de la más reciente familia de teléfonos. Aunque también poseo el Pixel 8 Pro, ambos ofrecen un servicio muy similar sin que se vean diferenciados en exceso en hardware. Tampoco mucho en software; más allá de que el Pro incluye la IA de Gemini a nivel local. Eso sí, en ambos funciona el editor mágico, una herramienta fotográfica que hace honor a su nombre.
El editor mágico no defrauda: hace verdadera magia
Tanto el Pixel 8 como el Pixel 8 Pro incorporan el editor mágico en las opciones de edición de Google Fotos sin que haya diferencias reales en su rapidez, efectividad y número de herramientas incluidas. Es casi como tener un ChatGPT particular, aunque con la ventaja de modificar a placer las propias imágenes.
Con el citado editor mágico pueden retocarse las fotos, aplicar bokeh a posteriori, permite recortar cualquier elemento de la imagen, redimensionarlo y hasta inventarse el fondo por completo, a lo ChatGPT. Bajo mi opinión, sólo le falta un cuadro de texto para decirle al editor mágico cómo debe ser el fondo del recorte, Google redondearía la herramienta. Pese a esta carencia, es una de las funciones que más me gustan del Google Pixel 8 Pro (y del Pixel 8 o Samsung Galaxy S24, que también lo tienen).
Una vez abierta cualquier imagen de la galería aparece el pequeño icono del editor mágico abajo a la derecha para que, al pulsar, obtener acceso a las opciones de la herramienta. No son muchas y se muestran realmente sencillas, la potencia está en el procesado: puede funcionar automáticamente (varita mágica), con un funcionamiento aleatorio, o se le puede forzar al modo manual.
Con rodear el elemento de la imagen que se desee modificar el editor mágico lo recortará del fondo con una perfección casi total, incluso en zonas donde el contorno y el fondo se difuminan. Una vez destacada la zona, se puede mover a cualquier parte de la imagen, hacerla más grande, más pequeña y dejar que la IA de Google se invente el fondo. El límite es la imaginación, con unos pocos pasos la imagen puede cambiar por completo.
Una vez le tomé el punto a la mecánica de rodear, recortar, redimensionar y cambiar de posición pude rehacer fotos en grupo para quitar a otras personas poniéndome a mí en el centro y sin que se apreciaran las costuras, por ejemplo. Todo en el teléfono y sin que la reducida pantalla táctil se mostrara torpe a la hora de editar: una de las ventajas es la extrema sencillez del editor mágico. Lo que me costaría mucho trabajo hacer en el ordenador con Photoshop lo consigo en el móvil en menos de un minuto.
La IA perfectamente integrada en una aplicación de fotos
El borrador mágico que Google introdujo en los Pixel 6 era bueno y hacía realmente magia. Con este giro de tuerca, y el aderezo de aún más IA, el editor mágico alcanza los niveles de brujería: puede lograr que una foto cambie por completo sin que se note la extrema edición mediante Inteligencia Artificial. Es impresionante.
De no tenerlo en el Google Pixel 8 Pro, yo lo compraría: el editor mágico me parece brutal para mejorar aquellas imágenes que por el momento concreto, la escena o la mala suerte no terminaron de salir como deberían. Incluso abre la puerta a la creación artística, sólo hace falta imaginación y prever la postproducción antes de hacer la foto. ¿Hacer como que sostengo un edificio? Preparo la imagen para aparecer delante de dicho edificio y, con el editor mágico, me recorto y redimensiono hasta obtener el resultado que deseo. El resultado es la verdadera magia.
El editor mágico es una de esas herramientas capaces de vender un teléfono. O varios, que Google lo ha metido en los dos Pixel 8 y, además, se lo ha dado a los tres Samsung Galaxy S24. En todos los casos los resultados son idénticos, sólo varía el tiempo de ejecución dependiendo de si el móvil tiene o no acceso a Gemini Nano en local. Y vale mucho la pena probarlo.
Imagen de portada | DALL-E 3 en ChatGPT editada
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