Xiaomi Redmi 7A, análisis: el escalón más bajo de Redmi no solo tiene un precio tentador, también rinde

Redmi continúa ampliando su catálogo de gama de entrada y media y el pasado mes de julio aterrizaba en España el Xiaomi Redmi 7A. Se trata del escalón más bajo de la marca, enfocada a un público sin grandes exigencias en lo que al móvil se refiere, apostando especialmente por el precio.

Ahora, el Redmi 7A ha pasado por nuestro banco de pruebas para analizar si el móvil cumple en el día a día y hay algo más allá de ese precio rompedor para conseguir hacerse un hueco en la disputada gama de entrada. Como adelanto, en Redmi son expertos en conseguirlo, así que, en teoría, no deberían tener muchos problemas.

Ficha técnica del Redmi 7A by Xiaomi

Diseño continuista sin romper moldes

Redmi apuesta por la continuidad y presenta un Xiaomi Redmi 7A con pocas diferencias respecto a diseño sobre su antecesor, el Redmi 6A. Así, encontramos un móvil sin grandes pretensiones en este sentido, con una pantalla LCD/IPS de 5,45 pulgadas con resolución HD+ (1440 x 720 píxeles) y un ratio 18:9 que lo convierte en un teléfono estrecho y alargado. Además, el frente de cristal es plano, sin marcos redondeados en los laterales.

Fabricado en policarbonato (plástico), se aleja del aire premium de otros materiales como el metal o el cristal frecuente en otras gamas superiores. Sin embargo, también encontramos ventajas. La principal es que no tenemos que preocuparnos de las huellas en la trasera del smartphone o que estamos ante un móvil mucho más resistente ante las caídas o los golpes.

El teléfono cuenta con protección ante salpicaduras, una resistencia mejorada gracias a un nanorrecubrimiento invisible que hace que se reduzca la corrosión ocasionada por el sudor, aceites, bebidas u otros líquidos. Según Redmi, algo similar a un chubasquero para el smartphone que, en la práctica, resulta curioso al comprobar cómo repele las salpicaduras.

Con unas medidas de 146,30 x 70,41 x 9,55 mm, tiene un peso de 165 gramos, quizás algo elevado para su tamaño y, de hecho, la primera sensación al cogerlo es que pesa. Sin embargo, después de un rato con él desaparece, convirtiéndose en un teléfono fácil de manejar con una mano adaptándose bien a ella gracias también en parte a las esquinas redondeadas.

Estamos ante un gama de entrada, lo que significa que aquí no hay notch ni mucho menos pantalla perforada. Lejos de todo eso, encontramos marcos por todos lados: visibles en los laterales, pero sobre todo en la barbilla (donde encontramos además el nombre de la marca) y en la zona superior donde se ubica la cámara frontal y el LED de notificaciones. Todo esto lleva a que la relación cuerpo - pantalla sea del 74,4%, según datos del fabricante.

El móvil llega en dos colores, azul y negro (nosotros hemos contado con la versión azul) y al darle la vuelta, nos encontramos con la primera sorpresa: la ausencia del lector de huellas. A estas alturas llama mucho la atención que un móvil no cuente con este sensor biométrico, por muy gama de entrada que sea.

Así, únicamente encontramos el módulo de la cámara en posición vertical en la esquina superior izquierda, donde se ubica una solitaria lente y el flash LED. Sí, también resulta raro contar con un solo sensor en un móvil, pero insistimos, estamos en el escalón más bajo de Redmi, por lo que difícilmente se puede pedir más. Junto a él, diferentes textos, como la referencia a la AI Camera o la marca del terminal.

Nos vamos a los laterales. En el lado derecho encontramos los botones de volumen y encendido / bloqueo, mientras que en el izquierdo se encuentra una única ranura para las tarjetas: dos nanoSIM y una microSD.

El teléfono mantiene el jack de auriculares en la zona superior, una posición que llama la atención ya que se aleja de la mayoría de fabricantes y a la que resulta algo difícil acostumbrarse, sobre todo al principio. En la zona inferior encontramos los altavoces junto al puerto micro-USB.

Como decíamos antes, el Redmi 7A by Xiaomi ofrece una relación pantalla-cuerpo del 74,4% según datos del fabricante, una cifra que se sitúa en la misma línea de otros móviles de su gama. Por ejemplo, el Nokia 1 Plus o el ZTE Blade A5 (2019) cuentan con la misma pantalla de 5,45 pulgadas y un aprovechamiento del frontal del 75,1% en ambos casos.

Si estiramos la diagonal hasta las 5,7 pulgadas, encontramos el Sony Xperia L3 con un aprovechamiento del 75,6%, el Motorola Moto G7 Play con el 77,3% y el LG K40 con el 76,2%.

Al comparar el peso, el Redmi 7A encabeza la tabla con 165 gramos, seguido por el ZTE Blade A5 (2019) con 157 gramos, cerrándola el Nokia 1 Plus con prácticamente el mismo tamaño y solo 138,4 gramos.

En definitiva, el diseño no rompe moldes y sigue la línea marcada por Redmi en su escalafón más bajo e incluso de teléfonos de gama de entrada de otras marcas. Sencillo, funcional y con una primera sensación de pesadez que después desaparece para convertirse en un móvil cómodo en mano.

Pantalla: colores y nitidez correctos

El Xiaomi Redmi 7A monta una pantalla IPS de 5,45 pulgadas con resolución HD+ (1440 x 720 píxeles) con 295 puntos por pulgada. ¿En qué se traduce esto? No es una pantalla sobresaliente, pero sale del paso con soltura.

Lógicamente, hubiéramos deseado una resolución mayor y un aumento de los 295 ppp, lo que probablemente hubiera conllevado un desgaste mayor de la batería. Y lo cierto es que la reproducción de los colores es correcta, igual que el grado de nitidez de la pantalla.

Con una reproducción de los colores bastante realista, el teléfono ofrece además la posibilidad de personalizar los ajustes del color y el contraste para poder adaptarlo a nuestras preferencias.

Lo mismo ocurre con el brillo, que además de ajustarlo manualmente, ofrece la posibilidad de hacerlo de forma automática. ¿Rinde bien? Lo cierto es que tarda más de lo deseado y, en nuestro caso, hemos terminado optando por llevarlo siempre al 100%.

Al observarlo bajo diferentes ángulos de visión, la pantalla se resiente un poco, al igual que ocurre en exteriores y bajo la luz directa del sol, donde sufre mucho. Se convierte prácticamente en un espejo resultando prácticamente imposible de manejar a pesar de llevar el brillo al 100%. A la sombra, la pantalla vuelve a estar operativa sin demasiados problemas de visualización.

Sí destaca positivamente la respuesta táctil, donde no hemos encontrado ningún problema durante los días de uso, con un tiempo de respuesta óptimo.

El móvil cuenta además con un modo lectura con unos colores más cálidos para una mejor experiencia, a lo que contribuye también la pantalla con baja luz azul certificada por TÜV Rheinland® que reduce la luz azul dañina para los ojos. Aunque lógicamente no es lo ideal para leer un libro, es bastante útil en condiciones de poca luz.

Entre el resto de opciones que ofrece la pantalla destaca la posibilidad de activarla con un doble clic o al levantar el teléfono, la navegación por gestos o la posibilidad de ajustar el tamaño del texto en seis niveles diferentes.

En cuanto al sonido, el Redmi 7A cuenta con el altavoz en la zona inferior, el jack de auriculares en la superior y el micrófono para cancelación de ruido. Lo cierto es que no cuenta con grandes opciones de personalización más allá de las que puede ofrecer MIUI en los propios ajustes del teléfono.

Eso sí, es cierto que el sonido es claro y además, se puede subir un 20% más del valor predeterminado con solo presionar el botón de subir volumen cuando este ya está en el modo más alto.

En líneas generales funciona bien en música, vídeo y podcasts, aunque hemos encontrado algún problema en las llamadas. Nada que no se solucione con los auriculares, aunque eso sí, el móvil cuenta con radio FM inalámbrica, es decir, sin auriculares.

Rendimiento: fluidez mejor de la esperada

El Redmi 7A apuesta por el procesador Snapdragon 439 que ofrece una mejora del 26% respecto al Redmi 6A (con chip Helio A22), según datos del fabricante.

De hecho, de los cuatro núcleos A53 del MediaTek pasamos a los ocho núcleos Cortex A53 a 1,9GHz del Snapdragon, construido en 12 nanómetros y con apoyo de inteligencia artificial. Le acompaña la gráfica Adreno 505 y el módem Snapdragon X6 LTE.

Encontramos 2 GB de RAM y dos opciones de almacenamiento interno con 16 y 32 GB. En nuestro caso, hemos analizado la configuración de 2 GB de RAM y 16 GB de almacenamiento interno, ampliables hasta 256 GB con microSD. Sí, se siguen fabricando móviles con esta capacidad que ya de antemano nos parece escasa.

¿Es suficiente la RAM para el día a día? Sin olvidar la gama en la que nos movemos, sí. Tiene un rendimiento mejor de lo esperado, lo que no significa que con los 2 GB de RAM nos sobre. De hecho, hemos encontrado algunos lags y algunos problemas en la multitarea, pero nada fuera de lo normal.

También un cierre inesperado y puntual de apps, como fue el caso de la primera vez que consultamos Gmail. Por suerte, no volvió a repetirse y hemos podido navegar por el correo electrónico sin ninguna dificultad.

De hecho, tampoco se han repetido en otras aplicaciones más exigentes como Instagram, donde hemos podido ver Stories, vídeos, todo tipo de fotos, navegar entre diferentes perfiles y enviar mensajes sin ninguna incidencia.

Sí es cierto que a la hora de abrir algunas aplicaciones, incluso las más básicas, puede tardar más de lo normal. Nada importante si la app se ejecutaba ya en segundo plano, aunque más destacable si se abre desde cero, llegando a alcanzar los tres segundos.

¿Y los juegos? No es un móvil enfocado a títulos complejos con grandes gráficos, así que apostemos por lo básico. Con Candy Crush el rendimiento ha sido óptimo, los gráficos se han cargado con soltura y el juego se ha desarrollado sin lags de ningún tipo. Además, la respuesta táctil óptima ayuda bastante a su buen desarrollo.

Y como siempre hacemos en cada análisis, hemos sometido al Xiaomi Redmi 7A a las pruebas de rendimiento o benchmarks de Antutu y Geekbench. Os dejamos los resultados a continuación en una tabla comparativa con otros modelos similares del mercado:

Como podemos ver, el cambio desde el Helio A22 al Snapdragon 439 se nota y gracias a él, el Redmi 7A by Xiaomi consigue una puntuación superior. No ocurre lo mismo en modelos como el Nokia 4.2 o el Alcatel 3, ambos con mejores notas, aunque hay que tener en cuenta que cuentan con más memoria RAM e igual chip.

Al compararlo con procesadores como el Snapdragon 625 o el 632 también con ocho núcleos Cortex A53 a 2GHz pero algo superiores al Snapdragon 439, el Xiaomi Redmi 7A queda por delante del Motorola One en Antutu y por detrás del Xiaomi Redmi S2 y el Honor 8C.

En resumen, unos resultados más que aceptables para un gama de entrada, a pesar de los pequeños lags y cierres inesperados puntuales.

Porque recordemos, estamos ante un móvil destinado a lo más básico: llamar, aplicaciones sencillas y redes sociales, correo electrónico, hacer fotos y algún juego sin exigencia. Y en líneas generales, cumple con su propósito.

No tenemos lector de huellas, algo que a estas alturas resulta casi imperdonable, pero sí encontramos desbloqueo facial. ¿Lógico? Para mí no mucho, pero sobre gustos no hay nada escrito.

Según la marca, desbloquear el smartphone es tan sencillo como mirarlo. De hecho, explican, al cogerlo analiza de forma instantánea 4.096 características diferentes del rostro para un desbloqueo seguro y práctico.

¿Y en la práctica? Registrar el rostro es extremadamente rápido (tanto que llama la atención) y exactamente lo mismo ocurre a la hora de desbloquearlo. De hecho, tarda menos de un segundo en hacerlo.

Y terminamos repasando la conectividad. Sin rastro de USB-C ya que en su lugar tenemos microUSB para la carga, sí encontramos jack de auriculares, Bluetooth 4.2 y WiFi.

Autonomía: más allá del día, aunque con carga muy lenta

Redmi ha decidido apostar por la autonomía y el Redmi 7A by Xiaomi se presenta con 4.000 mAh. Una cifra interesante y que nos otorga una autonomía más que aceptable. Eso sí, no esperes carga rápida, porque no cuenta con ella, aunque sí un sistema de optimización de batería bajo el sello de MIUI que veremos más adelante.

Según datos del fabricante, la batería de 4.000 mAh permite 216 horas de reproducción de música, 25 horas de llamadas y 17 horas de reproducción de vídeo. ¿Son datos reales?

Lo cierto es que no podemos quejarnos en absoluto. En nuestro análisis, con un uso moderado-alto del terminal que incluía uso de aplicaciones como Instagram o Whatsapp, consulta del correo electrónico, navegar por internet, llamadas y reproducción de algún vídeo, hemos llegado a un día y cuatro horas sin necesidad de echar mano del cargador. Por la noche, sin activar el modo avión, la batería bajó un 5% en ocho horas y activándolo se mantuvo intacta.

En total, siete horas exactas de tiempo de pantalla con el brillo siempre al máximo. Sin duda, la combinación de los 4.000 mAh con la diagonal de la pantalla y la resolución, unido al resto de componentes del terminal, da como fruto esos resultados.

El punto negro es para la carga. Como decíamos, no cuenta con carga rápida, lo que hace que se convierta en un proceso lento. Vamos, que si necesitas la pila al 100% más vale que seas previsor y pongas a cargar el teléfono con bastante tiempo de antelación. Pero veámoslo con números.

Con el cargador de 10W que viene en la caja, el Redmy 7A llega al 18% de carga en 30 minutos, cifra que sube hasta el 29% en una hora. Llegar al 50% nos costó una hora y quince minutos y para la carga completa tuvimos que esperar tres horas y once minutos.

El sistema de optimización de batería promete más de lo que realmente es. Al activarlo y hacer un análisis rápido del terminal, nos invita a cerrar las aplicaciones con un uso excesivo (WhatsApp, Instagram o Facebook, entre otras), activar el "ahorrador de energía" y desactivar el GPS, además de sugerirnos activar el brillo automático. ¿Qué ganamos con todo ello? Apenas dos minutos más de vida.

Llama la atención la información sobre el tiempo de vida restante, y no por acertada: con solo un 1% de batería y tras añadir esos dos minutos a los que hacíamos referencia, el sistema nos asegura que tenemos alrededor de 16 minutos más. La realidad es que el teléfono se apagó a los dos minutos de obtener ese pantallazo.

En cualquier caso, MIUI permite activar el sistema de 'Ahorro de la batería' para conseguir optimizaciones interesantes como congelar las apps en segundo plano, limpiar la caché cuando el dispositivo esté bloqueado o desactivar algunos servicios como el GPS.

Software: MIUI, esa "pequeña" capa de personalización

El Xiaomi Redmi 7A cuenta con Android Pie 9.0 con MIUI 10. Ya de entrada, encontrarnos con un teléfono de la gama más básica con la última versión del sistema operativo de Google es de agradecer. Es cierto que Android 9 Pie tiene prácticamente un año y que Android 10 Q está a la vuelta de la esquina, pero aún así, no son pocos los móviles de esta gama que siguen llegando con Android 8 Oreo.

Y sobre Android 9 Pie, MIUI 10, la capa de personalización de Xiaomi. Sin duda, MIUI es una de las capas más completas que existen, pero a veces, menos es más. ¿A qué nos referimos con esto?

Sencillo, con unas prestaciones tan básicas y enfocado a un público que busca un móvil sin demasiadas exigencias, resulta raro encontrar tantas opciones de personalización. Sí, reconozco que soy amante de Android puro y me cuesta trabajo adaptarme a capas tan completas. Pero vayamos a lo importante.

Aunque MIUI trae opciones interesantes (que veremos más adelante), destaca por algo que no lo es tanto: las apps propias y algunas extras que llevan a tener aplicaciones duplicadas ocupando su correspondiente espacio.

Entre el bloatware, apps como el navegador propio (poco útil con otros más habituales como Chrome e incluso Opera que también viene instalado), la app de Música, el reproductor Mi Video, Mi Nube, Mi Roaming, las Páginas Amarillas o la tienda de aplicaciones de Xiaomi, GetApps. A ellas se suman apps que sí podemos eliminar como un segundo navegador (Opera), las apps Mi Community y la Tienda Xiaomi o el Limpiador del teléfono y el Gestor de archivos.

Y seguimos añadiendo: en la carpeta llamada 'Más aplicaciones' encontramos Amazon compras, Facebook, WPS Office, Amazon Assistant, AliExpress y sugiere juegos como Pop Shooter Blast o Bubble Shooter 2019.

¿Necesarias? En absoluto y cuando estamos ante un móvil con 16 GB de memoria interna, mucho menos. Encontrar tantas aplicaciones ya instaladas (muchas duplicadas) en un móvil con esta capacidad hace totalmente imprescindible eliminarlas cuando es posible si no queremos problemas de espacio.

Y todo, sin olvidar la carpeta de Google (navegador, Gmail, Maps, Drive, YouTube, Play Películas, Play Música, Duo y Fotos). En resumen, el espacio se va reduciendo cada vez más.

Como decíamos antes, el teléfono que hemos analizado cuenta con 16 GB de capacidad y, tal y como nos temíamos, resultan completamente insuficientes. Tras encenderlo, comprobamos que el almacenamiento del sistema se lleva ya los primeros 6,40 GB, por lo que apenas nos quedan 9,60 para aplicaciones, fotos o música.

De hecho, teniendo en cuenta las apps ya mencionadas, tras instalar únicamente once aplicaciones y almacenar menos de 300 fotos, nos quedaban 2,80 GB el cuarto día de uso. Al séptimo, superando las 600 fotos, nos saltó la alerta de "espacio insuficiente". La tarjeta microSD se hace imprescindible.

Pero más allá del bloatware, las aplicaciones y el espacio, MIUI ofrece infinidad de opciones de personalización que pueden llegar a ser algo confusas. Así, el desplegable de acceso rápido cuenta con hasta 18 iconos de ajustes.

Se pueden reorganizar, eliminar y añadir según las necesidades y preferencias de cada uno, pero la primera sensación al desplegarlo es de caos.

Por el contrario, navegar por los Ajustes del teléfono es relativamente sencillo. No es Android puro, ya lo sabemos, aquí encontramos opciones para todos los gustos y lo difícil puede ser llegar a encontrar la tuya. Pero no porque no esté.

A destacar opciones interesantes como el Modo de pantalla completa que permite que las aplicaciones seleccionadas funcionen así. Al seleccionarlo, el propio sistema te avisa de cuáles se visualizarán bien con él activado y cuáles no.

El teléfono permite además crear un segundo espacio dentro del mismo para almacenar aplicaciones y fotos lejos de miradas ajenas. Su configuración es realmente sencilla ya que solo tendrás que introducir una contraseña. Cuando lo hagas, aparecerá un icono en la pantalla de inicio para cambiar de un espacio a otro sin más dificultad. A la hora de eliminarlos, toda la información del segundo espacio pasará automáticamente al primero, por lo que no perderás nada.

Más destacados: la configuración avanzada para la navegación por gestos, la posibilidad de elegir el Modo una mano en caso de que prefieras usarlo así o la opción de activar SOS de emergencia para enviar un mensaje a tus contactos de emergencia con tu ubicación exacta en caso de necesitarlo.

En resumen, MIUI con virtudes y defectos. Puede ser odiado y amado a partes iguales y, quizás, por el mismo motivo: las opciones que ofrece son tantas que si no tienes paciencia para investigarlas, pueden llegar a desesperar.

Cámara: fotografía sin grandes pretensiones

El Redmi 7A by Xiaomi cuenta con una cámara trasera de 12 MP con IA y píxeles de 1,25 μm, además de apertura f/2.2, flash LED y enfoque automático por detección de fase (PDAF). A ello se suman diferentes modos como el belleza, el modo ráfaga o el HDR automático o Auto HDR.

En la frontal, encontramos un sensor de 5 MP donde la inteligencia artificial también es protagonista. Así, contamos también con el modo belleza, el desenfoque de fondo y el reconocimiento de rostros, además de un temporizador para selfies y el HDR.

No nos vamos a engañar, nos resulta algo escaso. Teniendo en cuenta que el procesador admite soporte para cámaras duales de hasta 8 MP por sensor o bien lentes individuales de hasta 21 MP, Redmi podría haber subido un poco la apuesta.

El teléfono permite además grabar vídeo de 1080p con resolución FullHD a 30 fotogramas por segundo (fps) y vídeo de 720 p a 30 fps. Encontramos dos modos, el vídeo corto (al que se puede añadir un filtro de los seis disponibles) y el vídeo normal que permite grabar en Time-lapse, de forma que la secuencia grabada se reproduzca más rápido.

Además, el Redmi 7A permite editar las imágenes desde la galería de fotos una vez hechas. Así. es posible añadir emoticonos, texto o diferentes marcos para obtener una imagen única y totalmente personalizada.

App de la cámara

Empezamos por la app de la cámara. Con una interfaz intuitiva, resulta sencillo moverse por ella, aunque aquí las opciones son también muy numerosas y, en ocasiones, puede llevar a la confusión. Así que si quieres exprimir la cámara al máximo, no queda más remedio que prestar algo de atención.

En la zona superior, tenemos las opciones para activar el flash, el HDRD y el modo belleza con cinco niveles diferentes. Además, al pulsar sobre la estrella, se abrirán 13 filtros para aplicar antes de hacer la foto de forma que puedes ver cómo quedaría con el filtro elegido. El cuarto botón con tres líneas horizontales es para acceder a más ajustes. Como decíamos antes, vamos paso a paso para no perdernos.

Al pulsar sobre él, encontramos más opciones: los Ajustes para ir directamente a la configuración de la cámara del teléfono, el temporizador, la posibilidad de elegir la escena cuadrada y un cuarto de 'Escena'. Al clicar en él, aparecerán junto al modo automático ya activado, nueve más como paisaje, deportes, puesta de sol, playa o nieve. En función del que elijas, la IA actúa para obtener la mejor foto. Al menos sobre el papel.

Junto al modo Foto, encontramos también el modo 'Pro', donde podemos modificar el balance de blancos, la apertura, la velocidad de obturación y la sensibilidad y dos opciones para grabar vídeo corto y vídeo normal.

Cámara trasera

Pero vamos a los resultados. Para ser sinceros, nuestra experiencia a nivel fotográfico con el Xiaomi Redmi 7A no ha sido sobresaliente, quizás porque a estas alturas esperamos más de la cámara de un teléfono. Sí, estamos ante la gama más básica de la marca, lo sabemos.

De forma general, la cámara funciona bien, sin demasiadas exigencias. En condiciones con buena entrada de luz, la reproducción de los colores es satisfactoria, quizás algo saturado en algunas ocasiones, pero no muy exagerado.

Cuando hay buena luz, la nitidez está garantizada y se perfilan bien los bordes, aunque es cierto que el enfoque es, en ocasiones, más lento del deseado y hay que armarse de paciencia (y repetir la misma toma varias veces por si acaso).

Aunque por lo general los bordes suelen quedar definidos, lo cierto es que en ocasiones, y sobre todo en los primeros planos, falla, tal y como se puede observar en la siguiente foto. En ella además, el teléfono aplica un desenfoque natural del fondo gracias a la profundidad focal.

En el modo retrato, el Redmi 7A by Xiaomi cumple las expectativas. Destaca especialmente la nitidez y la atención a los detalles, algo que suele ser más difícil de encontrar en un móvil con características similares.

Mientras, el resultado empeora en las imágenes con mucho contraste de luz, por lo que resulta necesario el HDR. Este se puede configurar para que salte de forma automática o bien activarlo manualmente.

Como siempre hacemos, elegimos escenas con luz complicada, con mucha entrada de luz y sombras muy marcadas. ¿El resultado? Aclara las zonas más oscuras de la imagen, pero a costa de saturar y quemar los colores.

El móvil permite elegir entre diferentes escenas antes de hacer la foto para adaptar las condiciones de luz y captar la mejor imagen. Así, ofrece el modo paisaje, deportes, nocturno, puesta de sol o fuegos artificiales, entre otros.

La realidad es que al probar la escena 'Puesta de sol', apenas se observan diferencias, más allá de un ajuste de los colores que se vuelven algo más azulados.

A medida que se va reduciendo la luz del día, lo hace también la calidad de los colores que casi desaparecen por completo. Es el caso de las siguientes imágenes tomadas a última de la tarde con el cielo azul. Sin embargo, no conseguimos captarlo así, obteniendo siempre tonos grisáceos.

Si nos vamos a la noche, la calidad disminuye de forma considerable. Ocurre en la gama alta, por lo que no podíamos esperar otra cosa en esta gama. El ruido se hace protagonista de la foto y los detalles aparecen desenfocados.

Además, si al Redmi 7A le costaba enfocar con buenas condiciones de luz, por la noche se hace mucho más complicado, por lo que hay que armarse de paciencia y tener buen pulso.

El modo noche no mejora especialmente la imagen. De hecho, apenas se notan diferencias al usar este último o el automático. Al activar el flash, sí se observa cómo se destaca el primer plano para oscurecer el fondo de la toma.

El zoom digital llega hasta 8x, aunque no es recomendable abusar de él porque la nitidez también desciende de forma considerable, aparece mucho ruido y los detalles brillan por su ausencia.

Cámara frontal

Pasamos a la cámara frontal: 5 MP y apertura f/2.2 para los selfies. ¿Suficientes? Como ocurre con la cámara trasera, cumple con su cometido cuando hay buenas condiciones de luz, aunque se resiente notablemente cuanto esta baja.

Centrándonos en el primer caso, la cámara permite obtener buenos selfies cuando hay una entrada de luz alta. La reproducción de los colores es fiel a la realidad, al igual que la nitidez, aunque seguimos encontrando los mismos problemas a la hora de enfocar.

La cámara frontal cuenta además con el "efecto profundidad", o lo que es lo mismo, desenfoque del fondo. Se puede graduar en cinco niveles para conseguir el conocido efecto bokeh. Y funciona, aunque lo cierto es que a veces el resultado es algo artificial con colores saturados y fallos en algunas zonas siempre delicadas como el pelo.

Con una entrada de luz excesiva, ocurre lo mismo que con la cámara trasera: las zonas más claras aparecen sobreexpuestas y los colores no son en absoluto fieles a la realidad. Tanto, que en la foto sobre estas líneas el cielo era completamente azul y aparece blanco.

Eso sí, seguimos con una alta atención al detalle, mucho mayor de lo que esperábamos.

Cuando cae la noche, además de perder luz perdemos calidad. La nitidez baja de forma considerable para dar paso a la aparición de mucho ruido en las imágenes. Tanto que, al menos en nuestro caso, ha sido prácticamente imposible tomar un selfie completamente nítido por la noche.

En resumen, las cámaras del Redmi 7A cumplen con lo que se puede esperar de un gama de entrada. En condiciones con buena luz permite obtener fotografías de calidad, con nitidez y colores definidos, además de atención a los detalles.

Sin embargo, el descenso de la luz va unido a la falta de nitidez y calidad de la fotografía. Y, como hemos visto, esto no solo ocurre de noche, también a última hora de la tarde, cuando es muy difícil obtener una reproducción fiel de los colores.

Ver galería completa » Redmi 7A by Xiaomi (35 fotos)

Redmi 7A by Xiaomi: Opinión y nota de Xataka Android

Si tu apuesta triunfa, no la cambies. Es probablemente lo que debieron pensar en Redmi antes de desarrollar el Redmi 7A by Xiaomi. Lógicamente, no es más que una frase hecha, pero no carece de sentido: misma pantalla, misma resolución, casi mismas cámaras...

Y los cambios llegan para mejorar los puntos más flacos de sus antecesores: el procesador y la batería. Todo para seguir triunfando en la gama de entrada. Con un precio rompedor que no llega a los 100 euros, es difícil encontrar más por menos.

El teléfono no sorprende por su diseño, algo anticuado, con una pantalla IPS de 5,45 pulgadas y resolución HD+ que cumple las expectativas.

Como decíamos, el cambio más importante llega en el procesador. Con Snapdragon 439 y, en nuestro caso, 2 GB de RAM y 16 GB de almacenamiento interno, el móvil cumple su cometido. No nos vamos a engañar, tarda un poco más de lo deseado en abrir alguna aplicación y no está enfocado a juegos exigentes, pero el resto de funciones lo resuelve con soltura.

Así, hemos podido consultar el correo, usar diferentes aplicaciones y ver vídeos y solo hemos experimentado un cierre inesperado en una aplicación. El tirón de orejas es sin duda para esos 16 GB que se quedan excesivamente cortos debido, en gran parte, al bloatware con el que Xiaomi impregna el móvil.

Los 4.000 mAh de batería se notan y mucho y nos ha permitido superar el día de uso del teléfono con soltura a pesar de darle un uso medio-alto. Es de agradecer en un gama de entrada, pero el punto negativo lo hemos encontrado en la carga, excesivamente lenta.

Y nos guste o no, MIUI 10 sobre Android 9 Pie. La capa de personalización lo domina todo y aunque en un primer momento cuesta acostumbrarse a ella, es interesante encontrar la capa de Xiaomi sobre la última versión (de momento) del sistema operativo de Google.

Las opciones de personalización que ofrece son numerosas y, quizás, habría que preguntarse si el público al que va dirigido este móvil es capaz de exprimirlas por completo.

¿Se convertirá en el nuevo súper ventas de la gama de entrada en lo que resta de 2019? Razones para conseguirlo no le faltan y es difícil encontrar más en un móvil por el mismo precio. Sin embargo, como ocurre muchas veces con los dispositivos de la marca, tienen el enemigo en casa y es posible hacerse con un modelo superior por solo unos euros más.

El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Xiaomi. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.