Realme C67, análisis: no hace falta 5G cuando tienes un precio para todos los bolsillos

Realme ha conseguido hacerse un hueco en distintos rangos de precios, y es que sus últimos lanzamientos han sabido dar en la tecla. Tenemos los Realme 11 Pro y Realme 11 Pro+ en el segmento medio-alto, además de otras apuestas para la gama de entrada como los Realme C55 y Realme C51. Para seguir atacando en este competitivo mercado, quiere ocupar cada hueco disponible, enfocando diversos móviles a distintos tipos de usuario, aunque se mantengan bastante comedidos en precio.

Aquí llega la última novedad, que ha pasado por nuestra mesa de pruebas. Nos referimos al Realme C67, un terminal en 2024 con 4G, pero que cambia algo muy esencial respecto a los dos últimos mencionados: el procesador. Veamos cuáles son las armas de este nuevo smartphone de Realme, qué ofrece, sus puntos débiles y fortalezas, y dónde encaja en este amplio portfolio. Corremos el telón y te invitamos a leer nuestro análisis completo del Realme C67.

Ficha técnica del Realme C67

Un apartado estético familiar pero bien construido

Este Realme C67 se presenta al mundo con una construcción que transmite buenas sensaciones en mano. Pesa menos de 200 gramos, por lo que está por debajo de esa psicológica barrera, algo que se agradece sobremanera al sujetarlo durante largos periodos. Tenemos una trasera de policarbonato que en ningún momento da sensación de fragilidad, y ayudará a disipar el calor. En la unidad que hemos recibido es de un bonito color verde menta, más brillante en las áreas circundantes al módulo de cámaras.

Por cierto, este módulo ha quedado bastante resultón sin ser diferente a lo que encontramos en estos rangos de precio. Una pieza ovalada alberga los dos sensores, cuyas circunferencias han sido embellecidas con un borde dorado que le dan un aspecto más elegante. En medio, encontramos el pequeño flash LED.

Los laterales están bastante limpios de elementos que los interrumpan, encontrando excepciones en el lado derecho donde vemos la botonera en la disposición habitual, y en el izquierdo por la bandeja de tarjetas SIM. En el inferior, tenemos el puerto de carga USB tipo C, el conector de auriculares, un micrófono y uno de los dos altavoces (el segundo está en al canto superior).

Como hemos dicho, las sensaciones son buenas, sin que esto signifique la inclusión de materiales que se quedan en exclusiva para terminales más costosos. Lo bueno es que las huellas no se notan por mucho que jugueteemos con él: la textura mate ofrece un tacto bastante suave. Por otro lado, sus esquinas redondeadas aportan cierta ergonomía, a pesar de ser un smartphone grande.

En su frontal, destacan unos biseles bastante pronunciados en la parte superior e inferior, mientras que los laterales están mejor aprovechados. La cámara de selfis se encuentra incrustada en un recorte circular, algo a lo que estamos acostumbrados desde hace unos años.

Pasamos ahora al terreno multimedia, impregnado principalmente por las experiencias que nos deja lo visual y auditivo. Respecto a lo primero, el Realme C67 monta un panel de 6,72 pulgadas con resolución FullHD+ y una tasa de refresco de 90 hercios.

Una pantalla decente, bien calibrada, con buenos ángulos de visión, sin olvidarnos que no estamos ante un panel AMOLED, obvio mirando el precio de este Realme. Bajo la luz del sol, no hemos tenido dificultades para visualizarla, y los 90 hercios mejoran de cierta manera las transiciones y animaciones del sistema (luego hablaremos de esto en el apartado del software).

Completa la experiencia multimedia un sonido apoyado en altavoces estéreo, cada uno localizado en un lateral del cuerpo de este Realme C67. No podemos pedir en esta gama unos graves profundos y contundentes, de hecho, son más bien inexistentes. Sin embargo, para llamadas y enterarnos de las notificaciones son más que suficiente. No es así si vamos a visualizar contenido en streaming, sobre todo si hablamos de películas y series, que serán más disfrutables usando unos auriculares, bien sean cableados o inalámbricos. No fallan en potencia, alcanzando los 92 dB en nuestras pruebas, pero como decimos, su calidad es más bien justa.

El Realme C67 cimenta su seguridad biométrica en un sensor de huellas que se esconde en el botón de desbloqueo. Configurarlo es sencillo gracias al tutorial incluido, pero la respuesta no ha sido todo lo satisfactoria que nos gustaría: tarda algo en desbloquear, y en ocasiones debemos insistir con el dedo hasta que consigue reconocerlo. No es el mejor sensor de huellas alojado en un botón, y es natural en este rango de precios, pero hubiera estado bien un reconocimiento más veloz y preciso.

Un procesador algo justito, que mantiene el tipo gracias a un software ligero

Cuando hablamos de rendimiento, es común que toda la atención se desvíe al hardware que montan los terminales, y la verdad, es muy dependiente de esto. Sin embargo, el software es igual de importante y en este caso, Realme ha optado por un sistema muy ligero (del que hablaremos más adelante) para que el procesador de Qualcomm no sufra demasiado: un Snapdragon 685, fabricado en 6 nanómetros y ocho núcleos que está enfocado más en la eficiencia que en la potencia bruta.

Junto a los 8 GB de memoria RAM, se muestra fluido, y mantiene los 90 hercios en la mayoría de las ocasiones. Evidentemente estamos ante un procesador modesto, por lo que los tiempos de carga serán superiores a otros más capaces técnicamente hablando. Algún pequeño tirón en apps más exigentes pero nada alarmante. Por otro lado, la multitarea se ve potenciada por la cantidad de RAM mencionada: el Realme C67 sostiene hasta media docena de aplicaciones en segundo plano sin despeinarse.

Ahora bien, cuando lo ponemos a máximo rendimiento con juegos exigentes a nivel gráfico, la Adreno 610 muestra sus debilidades. Esta GPU nos servirá para títulos casuales, aunque no dará la talla, como es evidente, con otros que rozan a las consolas en lo visual. Aun así, hemos instalado 'Genshin Impact' y 'Call of Duty: Mobile' para comprobar hasta dónde podría llegar.

En este último, consigue devolver una buena experiencia, eso sí, nada de subir la calidad gráfica o los fotogramas, o veremos como el otro ajuste desciende. Respecto al juego de 'MiHoYo', pensábamos que no rendiría demasiado bien y nos hemos llevado una sorpresa: consigue moverse a una tasa estable de FPS, eso sí, con los gráficos en calidad baja.

A continuación, hemos calculado el rendimiento máximo en varios benchmarks que dejamos en las siguientes capturas y en una tabla para establecer una comparativa con sus rivales directos.

Hemos ido dando algunos detalles del software en relación a cómo funciona, pero ahora entramos de lleno para valorar si la apuesta de Realme por una capa muy minimizada es exitosa. En esta ocasión tenemos Realme UI, pero no la misma versión que en la mayoría de dispositivos del fabricante chino: se trata de una capa de personalización aligerada al máximo, tanto que hasta las animaciones y transiciones han sido desterradas a cambio de una mayor fluidez.

Porque sí, es fluida, aunque no siempre consigue mantener el tipo, con algún tirón y lag en algunos rincones del sistema. Que por otro lado, es algo admisible debido al Snapdragon 685 que incorpora. Lo que sí podemos achacar es que se nota un software no del todo pulido, a pesar de que recibimos una actualización OTA pocos días después de configurarlo (cambió cierta parte de la interfaz). Nos hemos encontrado algún soft reset después de utilizar funciones como la "atenuación extra", algo nada agradable. Aparte de esto y alguna que otra inconsistencia visual, cumple su cometido.

Además, este Realme C67 viene con Android 14 en sus entrañas, actualizado con el parche de seguridad de noviembre, bastante reciente sin ser el último. De serie, no trae apenas bloatware, más allá de algunas apps de compras y streaming. Lo mejor, es que se pueden desinstalar, al igual que las de Google que no nos interesen. El software también permite la adición de memoria RAM extra, utilizando la técnica de la RAM virtual, y dándonos opción de añadir hasta 8 GB más.

Toca hablar de la autonomía, dada por una batería de 5.000 mAh, que adelantamos: es una auténtica pasada. Si no sueles llegar al final de la jornada y buscas un teléfono capaz de hacerlo, este Realme C67 lo consigue sin despeinarse. Es sin duda, la característica más destacada, permitiéndonos superar incluso los dos días de autonomía, siempre con un uso "estándar" de redes sociales, algo de navegación y llamadas, apps de mensajería y un poco de streaming.

Hemos llegado a esta marca con unas 6 horas de pantalla activa en total, de sobresaliente. Si concentramos el uso en un día, la autonomía se resentirá, aunque la jornada está asegurada con muchas más horas de pantalla. En cualquier caso, podemos darle una recarga exprés gracias a la carga rápida de 33 vatios, usando el cargador original incluido en la caja.

El procesador elegido ayuda a tener esta autonomía: es un mechero. Por otro lado, también ayuda a que el terminal no se caliente en exceso, incluso en largas sesiones de juego y reproducción de contenido multimedia. Tampoco se toma demasiado tiempo en cargar, obviamente está alejado de otros competidores con mejores cargas rápidas, pero no podemos pedir más en este segmento de precios. Estos son los porcentajes alcanzados según distintos momentos del proceso de carga:

• 5 minutos de carga: 7 % de batería.
• 10 minutos de carga: 14 % de batería.
• 20 minutos de carga: 27 % de batería.
• 30 minutos de carga: 45 % de batería.
• 50 minutos de carga: 67 % de batería.
• Total: 105 minutos de carga.

Realme no nos engaña y lo apuesta todo a una única cámara

Evidentemente, este rango de precios no deja a los fabricantes demasiados posibles movimientos, y eso se nota en este Realme C67: tenemos un sensor principal de 108 megapíxeles que protagoniza la aventura fotográfica del smartphone, acompañado de un testimonial macro de 2 megapíxeles. Podríamos esperar un ultra gran angular, pero Realme no lo ha considerado necesario: estamos de acuerdo viendo los pobres resultados que ofrecen en este segmento.

Ahora, comentaremos los resultados, no sin antes detenernos para repasar lo que ofrece la app de cámara nativa: es rápida, y muy completa, destacando el modo calle (que utiliza la longitud focal para determinar el zoom), el de alta resolución (para capturar a la máxima resolución del sensor) y la inclusión del modo 'Pro' (permite manejar parámetros como el ISO, velocidad de obturación, enfoque y balance de blancos). Viene con todas las funciones habituales y no extrañaremos nada.

Teniendo como referencia el modo automático, en el que el usuario toma la mayoría de capturas, podemos decir que el Realme C67 tiene una cámara principal decente.

Buena nitidez, buena interpretación del color... aunque sufre en algunas circunstancias, sobreexponiendo la escena. Eso sí, mantiene a raya el ISO, hasta que la luz termina yéndose. Ahí será cuando detectemos sus debilidades, como veremos posteriormente.

El modo calle nos devuelve colores más vívidos y una mayor definición. Curioso es, que pone a nuestra disposición unos controles que toman como referencia las longitudes focales que simularíamos dependiendo del zoom. Obviamente se apoya en la gran resolución del sensor principal, dándonos como resultado una buena fotografía. Eso sí, parece tener mejor resultado si aplicamos recorte en una imagen tomada en 22 milímetros.

Muy aprovechable es el modo 'Alta resolución' que consigue capturar en 108 megapíxeles. Esto se traduce en muchísimo más detalle (especial atención a los recortes realizados), dejando atrás el efecto acuarela presente cuando se lanza en el modo auto.

La cámara frontal hace caer algo el conjunto, por su poca luminosidad y por el errático recorte que realiza el software para el efecto bokeh. Es fácil que se confunda con elementos de nuestro rostro, como accesorios o el propio pelo. No obstante, ahí está si queremos centrar el foco en la persona y no en el escenario.

De noche, con la falta de luz, empezamos a notar las carencias del sensor principal. Cae enormemente el detalle, e incluso sufre para compensar las altas luces. Por suerte, el modo noche presente en la app suaviza sus defectos y consigue algo más de contraste, salvable para alguna fotografía casual.

Realme C67, la opinión de Xataka Android

Hacerse un hueco en la gama de entrada no es fácil, aunque con propuestas serias como este Realme C67, el fabricante chino lo tiene más sencillo. Destaca en autonomía, tiene un software muy limpio y una pantalla muy grande, ingredientes esenciales para conquistar al usuario.

No es perfecto, de hecho, tiene algunos apartados algo flojos como la fotografía. Sin embargo, los usuarios a los que va dirigido apenas tendrán quejas sobre él. Sí es reprochable la variedad de modelos similares en el catálogo del fabricante, que parecen solaparse y dificultar la elección al propio usuario.

Esto no quita que sea una muy buena recomendación para todo aquel que no quiera desembolsar mucho más allá de los 200 euros. Además, actualizado a la última versión del SO de Google que siempre asegura las funciones más recientes y compatibilidad total con apps.