Realme C3, análisis: la gran baza de Realme para irrumpir en la gama de entrada

Hace tiempo que Realme decició embarcarse en su aventura internacional alejado de las faldas de la marca madre OPPO, y desde entonces, hemos asistido a la llegada de varios modelos de gama media con una gran relación calidad-precio. Uno de los últimos en aterrizar en el Viejo Continente es el Realme C3, una propuesta que inaugura la gama de entrada global de la compañía y lo hace con un cerebro MediaTek, una cámara trasera triple y una enorme batería de 5.000 mAh como principales señas de identidad.

Fue presentado a principios de febrero en la India, pero es ahora cuando, por fin, sale a la venta en España. Sobre el papel, tiene todas las bazas para convertirse en un teléfono bueno, bonito y barato. En Xataka Android, ya hemos tenido la oportunidad de probarlo para contaros qué tal rinde en cada uno de los apartados y comprobar de primera mano si cumple con esas tres “B”.

Ficha técnica del Realme C3

Una buena pantalla en un envoltorio atractivo

Lo primero que llama la atención del Realme C3 es su bonito aspecto exterior, con cierto aire juvenil y un diseño que la marca denomina “Sunrise Design”. Al mismo tiempo que genera atractivos reflejos, tiene un acabado mate que evita las huellas y los rasguños. La unidad que hemos probado es la de color rojo (según Realme, “inspirado en la incandescente lava”) y hemos de reconocer que resulta muy agradable a la vista.

En la mano, se siente cómodo y ergonómico, gracias, entre otras cosas, a unos cantos redondeados y a una carcasa de policarbonato que, a pesar de la gran batería y la pantalla de 6,5 pulgadas, logra contener el peso del conjunto (195 g) y la temperatura del terminal. La trasera permanece completamente limpia, salvo el módulo vertical de la cámara (que sobresale del cuerpo y hace que el teléfono cojee al ponerlo bocarriba), el lector de huellas y el logo de la compañía.

La pantalla tiene un notch en forma de gota y unos biseles relativamente ajustados, de manera que el aprovechamiento del frontal es bastante grande (un 89,8% según Realme). Como era de esperar en un terminal de este rango, el panel ofrece resolución HD+ (1600 x 720 píxeles) y un brillo máximo de 480 cd/m2, que, en términos generales, proporcionan una buena visualización (incluso en exteriores) y un brillo automático correcto (salvo en situaciones oscuras, donde hemos tenido que bajarlo manualmente), aunque flaquea un poco al inclinarlo y observarlo desde ángulos forzados.

Además, el Realme C3 incluye un modo para proteger la vista y numerosas opciones de personalización, entre las que se incluye la posibilidad de ajustar la temperatura de color (viene algo frío de fábrica). Eso sí, la respuesta táctil, no es tan rápida como nos gustaría y el protector de pantalla que trae integrado no tiene un tratamiento oleofóbico muy efectivo.

En cuanto al apartado de audio, este modelo cuenta con un altavoz en la parte inferior, junto al conector microUSB (punto negativo en este sentido) y a la toma jack de 3,5 mm. El sonido que entrega el altavoz no es muy potente que digamos y conviene no subirlo por encima del 70-80% para que no distorsione. Los auriculares no vienen incluidos (aunque son imprescindibles para la radio), así que no hemos podido probarlos.

Rendimiento notable, batería sobresaliente

En este modelo, Realme ha optado por MediaTek y su Helio G70, un procesador octa-core de 12 nm con tecnología HyperEngine que promete optimizar el rendimiento a la hora de jugar. Ese chipset, en nuestra unidad de prueba, venía acompañado por 3 GB y 32 GB de almacenamiento interno, aunque la variante que se comercializa en España cuenta con 64 GB.

En la práctica, todo ello se traduce en un funcionamiento fluido, sin problemas a la hora de abrir y cerrar apps, o de pasar de una a otra. No hemos experimentado cierres repentinos ni lag, salvo en la aplicación de la cámara, que se ha quedado bloqueada varias veces al disparar. Por lo demás, es un terminal más que apto para tareas cotidianas y para juegos no demasiado exigentes, que es para lo que está pensado. Aquí os dejamos los resultados de los benchmarks:

Como sistemas de autenticación, dispone de lector de huellas (ubicado en la parte trasera) y reconocimiento facial. Este último, nos ha sorprendido porque resulta efectivo en la mayoría de las ocasiones, incluso en situaciones oscuras. El lector de huellas, sin embargo, es algo lento y no suele reconocer el dedo a la primera.

Pasamos ahora a hablar del software. El Realme C3 es uno de los primeros teléfonos en los que la compañía ha estrenado su nueva capa: Realme UI. Como suele ser habitual, esto tiene su punto positivo (muchas opciones de personalización y varias herramientas útiles) y su aspecto negativo (mucho bloatware preinstalado). De hecho, de los 32 GB que tiene nuestra unidad, quedan libres de inicio unos 19 GB, aunque siempre podemos recurrir a una tarjeta microSD para ampliarlo. Las apps de terceros pueden eliminarse, pero las de Realme no, y muchas están duplicadas con las de Google.

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Nuestra siguiente parada es la autonomía, precisamente, una de las grandes virtudes de este teléfono. El Realme C3 tiene una batería de 5.000 mAh que supera las 9 horas de pantalla y alcanza los dos días de duración con un uso medio. En cuanto al sistema de carga, admite la carga inversa para hacer las veces de powerbank, pero no dispone de carga rápida. Eso sí, tarda algo menos de 3 horas en obtener una carga completa, y bastan 30 minutos para alcanzar el 20-22% de energía, que nos da autonomía para un par de horas.

En la primera captura, verás que aparecen unos datos de uso y de pantalla encendida exagerados desde la última carga completa (más de 4 días y más de 15 horas respectivamente). Lo que ocurre es que, incomprensiblemente, no pone el contador "a cero" con cada carga completa, sino que los sigue acumulando. Hemos cargado el teléfono de 0 a 100% en varias ocasiones y sigue sumando los datos una y otra vez. Por tanto, no tomes como referencia esas cifras, sino las que hemos dado más arriba: unas 9 horas de pantalla y dos días de uso con cada carga.

Triple cámara con limitaciones

El equipo fotográfico del Realme C3 está formado por una cámara frontal de 5 megapíxeles con apertura f/2.4 y una cámara trasera triple con un sensor principal de 12 megapíxeles f/1.8, un sensor de 2 megapíxeles para fotografía macro y un sensor de 2 megapíxeles para lecturas de profundidad. También graba vídeo a 1.080p/30fps y se sirve de la inteligencia artificial para aplicar efectos de belleza o activar el HDR.

La aplicación de cámara es sencilla e intuitiva, con accesos directos a los principales modos de disparo (Vídeo, Foto y Retrato) y a las funciones más útiles (zoom digital, HDR, filtros, potenciador del color, desenfoque del fondo, flash y efecto belleza). No obstante, hay algunas funciones que están escondidas en ‘Más’, a la derecha del modo Retrato, y que, en nuestra opinión, deberían estar algo más accesibles, como el modo Experto/Pro, la Panorámica o el modo Ultra Macro.

El comportamiento de la cámara trasera en condiciones favorables de iluminación es aceptable, aunque en algunas escenas hemos apreciado una cierta sobreexposición y colores muy planos. El AF también cumple con su función, pero en distancias cortas se muestra lento y errático. En este sentido, los resultados que hemos obtenido con el modo Súper Macro han sido decepcionantes, con mucho ruido y falta de detalle. Directamente, es mejor no usarlo.

El HDR, sin ser una maravilla, ayuda a obtener algo de detalle en situaciones de contraluz, por lo que nuestro consejo es dejarlo activado en automático, igual que el potenciador del color. Se agradece la existencia de un modo Experto o Pro, que nos permite jugar con el balance de blancos, la velocidad de obturación y la sensibilidad ISO, entre otros ajustes.

Al disparar en modo Foto, podemos ajustar el efecto embellecedor, que, incluso llevado al máximo, no genera unos efectos exagerados y artificiales. Si elegimos el modo Retrato, gracias al sensor específico para ello, también es posible modificar el desenfoque del fondo a nuestro gusto, con unos resultados bastante aceptables. El zoom digital alcanza los cuatro aumentos, pero como es habitual, nuestro consejo es no recurrir a él porque la pérdida de detalle es considerable.

¿Y qué ocurre por la noche o en situaciones con poca luz? El AF se torna lento y poco efectivo, la aparición de ruido es evidente y la pérdida de detalle salta a la vista. Para fotos testimoniales, vale, pero si pretendes sacarle partido a una escena nocturna, te llevarás una decepción.

Con la cámara frontal ocurre algo parecido y, encima, hablamos de sólo 5 megapíxeles de resolución: de día, se comporta bien, siempre que no abusemos del efecto belleza, que provoca una reducción del detalle. Es cierto que el rango dinámico no es todo lo bueno que debería y que tiende a sobreexponer los fondos, pero se salva la escena.

Aquí también tenemos un modo Retrato que aplica un desenfoque del fondo (bokeh) por software que podemos ajustar a nuestro antojo, pero tampoco es recomendable llevarlo al máximo porque la cámara muestra dificultades para diferenciar los límites del sujeto en primer plano (sobre todo, el cabello). En cualquier caso, los selfies obtenidos con este modo Retrato nos han sorprendido para bien, y en la cámara frontal, también podemos aplicar el embellecedor en este modo.

Por la noche, la cosa cambia, la calidad de la imagen cae drásticamente y el ruido se aprecia a simple vista. Eso, si contamos con una fuente de luz artificial cercana; si no, olvídate de obtener un autorretrato, ni siquiera con el flash en pantalla, que quema el rostro. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que hablamos de un móvil de 139 euros, y por ese precio, no podemos esperar unos selfies nocturnos de calidad.

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Realme C3, la opinión de Xataka Android

Teniendo en cuenta que hablamos de un modelo de gama de entrada con un precio de 139 euros y este Realme C3 no suspende en ningún apartado, podemos concluir que estamos ante una alternativa bastante equilibrada. Las mejoras notas las obtiene por un diseño agradable a la vista y al tacto, una buena experiencia en términos de visualización y, por supuesto, una autonomía que no nos dejará tirados.

El rendimiento podemos calificarlo de notable, aunque la capa Realme UI venga cargada de aplicaciones añadidas, algunas de ellas duplicadas e innecesarias. Aprobado alto para sus cámaras, que, a pesar de que por la noche flaquean y la app se nos ha bloqueado alguna que otra vez, nos ofrecen buenos resultados cuando la iluminación es favorable y cuentan con muchas posibilidades para jugar (fotográficamente hablando).

A todo ello hay que añadir algunos puntos flacos (como la ausencia de NFC, del puerto USB-C y de WiFi de doble banda) y algunos puntos positivos (como la resistencia a salpicaduras y el protector de pantalla integrado). No habría estado de más incluir unos auriculares y una funda en la caja, pero bueno, por 139 euros, no podemos decir que sea una mala compra. El problema, como siempre, viene porque por unos 40-50 euros más, tenemos modelos de la competencia que le ganan claramente la batalla.