La IA está de moda, sobre todo esa Inteligencia Artificial que puede construir fotografías o textos con sólo pedírselo. Y no hay duda de que ChatGPT, basado en el modelo de lenguaje GPT de Open AI, es uno de los bots más conocidos. Y ya tenemos nuevo modelo del lenguaje para dicho bot: GPT-4 ya puede probarse. Y lo probé: me dejó, paradójicamente, sin palabras.
Donde antes veíamos una apuesta clara por los metaversos ahora nos topamos con la hegemonía de la Inteligencia Artificial generativa, esa IA capaz de construir contenido con sólo pedírselo. Open AI con su modelo GPT triunfó entre el gran público, también su modelo gráfico DALL-E consiguió merecido reconocimiento. Tras sucesivas evoluciones, la nueva actualización de la IA del lenguaje está sorprendiendo a quienes la hemos probado. Y tiene un claro perdedor: Google.
El mayor salto de GPT-4 con respecto a GPT-3.5 es la creatividad
El 14 de marzo de 2023 Google avanzaba la integración de su IA generativa en la mayoría de sus productos, incluido Gmail. La promesa avanzaba utilidades como la escritura automática de correos electrónicos, por ejemplo, un esperado cambio en la estrategia de una Google que, incomprensiblemente, se quedó atrás en un campo que no sólo dominaba, también prácticamente lo creó. Por la tarde, Open AI le pegaba un repaso a la compañía de Sundar Pichai con la presentación en sociedad del modelo GPT-4.
Polémicas con Google aparte, el nuevo GPT-4 ofrece mejoras aplicadas en el lenguaje con respecto a la versión 3.5, potencia el razonamiento, entiende en mayor medida el contexto sin perderlo a lo largo del hilo de la conversación (no hace falta recordárselo al bot) y, el área donde se nota más evolución, ve incrementada de manera notable su creatividad para ser mucho más proactivo eligiendo expresiones, construcciones gramaticales y léxico elaborados. Es lo que más me impresiona.
Grosso modo, y con una interacción a ciegas, no existe una gran diferencia entre hablarle a GPT-3.5 o GPT-4, al menos a través de la interfaz ChatGPT ofrecida por Open AI. La rapidez respondiendo es bastante similar, al menos durante estos primeros momentos. El alcance del entrenamiento llega hasta 2021; por lo que no tiene argumentos recientes si lo que se busca es un conocimiento real. El bot no puede conectarse a Internet y tampoco admite imágenes en las peticiones. La API de GPT-4 sí ofrece esta posibilidad (aún con lista de espera).
El nuevo modelo muestra su potencial cuando se le piden construcciones de texto o código con muy pocas instrucciones. Sabe utilizar a la perfección todo tipo de lenguajes, incluido el coloquial (me sorprendió haciendo chistes con dobles sentidos sin pedírselo). Y sus resultados son muy difíciles de detectar como textos de máquina, incluso en largas extensiones: sin demasiadas repeticiones, con argumentación creíble y hasta con ingenio muy similar al humano. GPT-4 es sorprendente.
Para comprobar esa anunciada creatividad se me ocurrió pedirle un soneto a lo Quevedo sobre un tema que el escritor del Siglo de Oro jamás habría imaginado: móviles Android. El resultado quedó así.
No sólo se nota un salto abismal en el uso del léxico con respecto a GPT-3.5, en la construcción del poema y en lo ajustado a la petición que es el resultado, es que GPT-4 hasta hace una buena poesía (salvando las lógicas distancias con la poesía «profesional», obviamente). Palabras bien elegidas, un tema clavado a mi petición y con una línea argumental que encaja de principio a fin. Pero ¿hasta dónde puede llegar su creatividad? Decido ponérselo bien difícil: un poema a lo Quevedo sobre Android y con versos acrósticos.
No tengo palabras, el resultado es excelente. Es verdad que no se ajusta a soneto al tener una extensión mayor la frase en acrósticos, tampoco todas las rimas son consonantes. Y se deja algún verso no endecasílabo, decido recriminárselo.
Ha metido alguna trampilla con un verso sin acróstico, pero todos los versos son de 11 sílabas, el poema tiene sentido, mantiene el tema de Android, el lenguaje utilizado encaja en un estilo cercano a Quevedo y el texto no sólo tiene sentido, también bastante calidad. Premio Rima de Oro para GPT-4.
Google, vas demasiado tarde
GPT-4 puede probarse en Open AI a través de ChatGPT Plus, pronto llegará también a la versión gratuita del célebre bot conversacional. Además, la API para desarrolladores se encuentra en pruebas y con lista de espera. Y hay una última manera de acceder al nuevo modelo de lenguaje: Bing llevaba ya tiempo con GPT-4 incluido. De forma secreta.
Google prometió su bot Bard, una IA al estilo de ChatGPT que, de momento, aún no está accesible de manera abierta. También ha prometido la incorporación de IAs generativas en la mayoría de sus productos, promesas que apuestan a futuro. Mientras, Open AI está conquistando el mercado con sus modelos de lenguaje. No sólo eso, la empresa va a revolucionar la interacción e interpretación de imágenes: GPT-4 es capaz de ello. Google Lens ya está temblando.
Google fue pionera en la aplicación del aprendizaje de máquina e Inteligencia Artificial a los productos personales: el asistente personal de la empresa y todas sus opciones de reconocimiento son una buena muestra. Sin embargo, ha dejado que la humillen en un terreno que creía tener de la mano. Porque, ¿no sería Android un buen campo de entrenamiento para su propio ChatGPT? Imagino un Gboard que escribiese automáticamente mensajes de WhatsApp o un Google Keep que fuese capaz de elaborar una lista de la compra con lo que cada uno consumimos de manera habitual. Menuda oportunidad perdida para Google.
Mientras GPT-4 acapara titulares y sorprende hasta a los menos acostumbrados a la Inteligencia Artificial, Google sólo hace promesas. En un terreno como el tecnológico, donde llegar tarde supone quedar prácticamente fuera, anticipo notables problemas para la empresa en el futuro. Veremos si en el Google I/O consiguen darle la vuelta al panorama: será casi un monólogo sobre IA generativa, seguro.
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