Le ha tocado el turno a Motorola de resucitar un móvil "clásico", siempre entre comillas, como han hecho antes otros fabricantes. En este caso fue el Motorola Defy, un teléfono que recuperó la senda de los móviles robustos y que vuelve a las andadas acompañado de Bullit, el responsable de los teléfonos CAT.
Como casi todos los teléfonos considerados robustos, resistentes o con apellido rugged, el nuevo Motorola Defy apuesta por un interior competente pero comedido y confía la pegada del modelo a su diseño y resistencia. Sin duda un teléfono a tener en cuenta para determinados usos y que es a prueba de casi todo, pero veamos qué tal se ha portado en las pruebas de rendimiento.
Ficha técnica del Motorola Defy
Motorola Defy |
|
---|---|
Pantalla |
LCD de 6,5 pulgadas |
Procesador |
Snapdragon 662 |
RAM |
4 GB |
Almacenamiento |
64 GB + microSD |
Cámaras traseras |
Principal: 48 megapíxeles f/1.8 |
Cámara frontal |
8 megapíxeles |
Batería |
5.000 mAh |
Sistema operativo |
Android 10 + My UX |
Conectividad |
LTE Cat 4, VoLTE |
Otros |
MIL-SPEC 810H |
Precio |
329 euros |
Motorola Defy Smartphone Resistente (6.5" HD, IP68/IP69, Procesador Qualcomm, 5000 mAh batería, Android 10), Negro
Sacrificar diseño para ganar en durabilidad
El Motorola Defy no es un teléfono precisamente estético, como suele ocurrir con los modelos ruggerizados o preparados para soportar condiciones extremas. Tampoco es ligero, con 232 gramos de peso, ni pequeño con sus casi 17 centímetros de alto por 7,8 centímetros de ancho. Pero es el precio a pagar por obtener la resistencia que promete el modelo de Motorola y Bullit, y esa resistencia empieza por su pantalla.
Tenemos frente a nosotros un panel LCD de 6,5 pulgadas protegido con Gorilla Glass Victus, la última generación de cristales anti-arañazos y anti-golpes de la firma, y el cuerpo llega certificado contra polvo y agua con la IP68, además de ofrecer la MIL-SPEC 810H militar. Un teléfono que llega a prueba de todo a costa de resultar algo cuadrado en su diseño y sacrificar estética para cambiarla por durabilidad.
En cuanto al resto, el teléfono cuenta con una pantalla partida en la parte superior por un notch en forma de gota de agua, y tiene un rendimiento dentro de lo esperado. Los ángulos de visión no son los mejores pero sí que tenemos buena representación de color y buena sensación táctil. Se echa de menos algo de brillo extra, que en ocasiones es insuficiente en exteriores, pero en general hablamos de una pantalla que cumple con lo que se le pide. En lo relativo a la limpieza, por ejemplo, se mantiene bastante alejada de las huellas al igual que ocurre con el resto del teléfono.
La parte trasera queda bastante despejada con el módulo de cámara en la parte superior central y el lector de huellas ubicado justo debajo. El resto del teléfono está recubierto por la trasera texturizada. En el lateral derecho, lugar de la botonera, encontramos los botones de encendido y de volumen, y también un botón dedicado para Assistant que es programable gracias al 'Modo Pulsar' que ofrece el software del teléfono.
Por último, en la parte inferior tenemos el puerto USB tipo C para carga junto al único altavoz del teléfono, y en la parte superior encontramos el puerto de auriculares. Un teléfono sencillo en su propuesta y que destaca, como ya hemos dicho, por un diseño con marcos gruesos y materiales ultra-resistentes para poder llevarlo con nosotros a donde queramos. Pero sin ningún otro detalle de diseño que le haga desmarcarse de la competencia.
Un procesador de gama media pero con 4GB de RAM a su lado
Como ya hemos comentado en la introducción, Motorola sacrifica sus prestaciones para centrarse en el diseño, aunque su equipamiento interno es bastante competente. Al mando nos topamos con el Snapdragon 662 de Qualcomm apoyado sobre 4GB de RAM y con 64GB de espacio interno. El cerebro se ha portado bien en casi todas las situaciones, aunque en algunos momentos nos ha ofrecido algún atasco que otro, y apretarle las tuercas ha hecho que afloren sus limitaciones, aunque hay que dejar claro que estamos ante una línea media modesta.
Hay que hacer una mención especial al apartado de software, con un Android 10 (error a destacar) que corre casi limpio por sus venas y que contribuye a que el funcionamiento del teléfono sea fluido en todo momento, sin recargar cuando no es necesario. Además. cuenta con algunas ayudas de software como el ya citado modo programable para su botón lateral que nos puede hacer la vida algo más fácil. Eso sí, sería exigible que un teléfono lanzado a estas alturas de 2021 llegase ya con Android 11, sobre todo con Android 12 a la vuelta de la esquina.
Os dejamos a continuación con los benchmarks habituales a los que sometemos a los teléfonos en nuestras pruebas, y que así podáis ver las puntuaciones obtenidas por este Motorola Defy.
MOTOROLA DEFY |
SAMSUNG GALAXY A51 |
REALME 5 |
REDMI NOTE 8 2021 |
ONEPLUS NORD |
POCO X3 NFC |
|
---|---|---|---|---|---|---|
PROCESADOR |
Snapdragon 662 |
Exynos 9610 |
Helio G85 |
Snapdragon 665 |
Snapdragon 765G |
Snapdragon 732G |
RAM |
4GB |
4GB |
4GB |
4GB |
8GB |
6GB |
GEEKBENCH 5.0 (single/multi) |
312 / 1.306 |
347 / 1.338 |
348 / 1.289 |
308 / 1.341 |
554 / 1.832 |
566 / 1.787 |
3D MARK |
1.121 |
2.031 |
1.838 |
1.732 |
4.309 |
3.780 |
PCMARK WORK 2.0 |
6.489 |
5.399 |
6.928 |
6.553 |
9.194 |
8.299 |
A pesar de contar únicamente con 64GB de RAM, el Motorola Defy cuenta con una bandeja para expandir su memoria gracias a una microSD. No obstante, con este espacio no hemos tenido problemas para instalar todo tipo de apps y juegos, e incluso para sincronizar offline algunas películas y series de servicios de streaming como HBO o Disney+. Porque sí, este teléfono invita a consumir cine, series y juegos gracias a una batería que sorprende pese a encontrarnos con 5.000 mAh que ya hemos visto en otras ocasiones.
A estos 5.000 mAh hay que sumarle también carga rápida de 20W que nos permite devolver el 100% de la energía al teléfono en aproximadamente una hora y veinte minutos, pero donde radica su auténtica potencia es en el apartado de la autonomía pura y dura. Con el Motorola Defy no hemos bajado de 8 horas de pantalla en ninguna de las pruebas, y hasta hemos alcanzado casi 10 horas de pantalla bajando un poco la exigencia y en dos días de uso.
Por último, y antes de pasar a hablar de sus cámaras, toca comentar el comportamiento de su lector de huellas trasero. El único defecto que le encontramos es que se sitúa en una zona hundida de la carcasa trasera que comparte espacio con las cámaras, por lo que resultará difícil no estar apoyando el dedo constantemente sobre el cristal protector de los sensores. Por lo demás, tiene un buen funcionamiento y no nos ha dado errores de reconocimiento, incluso usándolo con los dedos húmedos. Buen lector de huellas, aunque se habría agradecido poder detectar mejor su posición con el dedo.
Principal, macro y profundidad: así es su equipo fotográfico
En el Motorola Defy nos topamos con un equipo fotográfico bastante sencillo y que se compone de tres sensores, aunque a la hora de la verdad sólo usemos dos de ellos. El principal es uno de 48 megapíxeles con lente f/1.8, el secundario es uno de 2 megapíxeles con lente f/2.4 para fotografía macro y por último encontramos un sensor de 2 megapíxeles con lente f/2.4 para lecturas de profundidad. Es decir, para su modo Retrato con desenfoque selectivo.
La app de cámara es bastante sencilla, como corresponde a los teléfonos con Android casi limpio, y nos pone delante casi todo lo que necesitamos para realizar fotografías normales. Si deseamos algo más concreto, los menús con otros modos se abren desplazando hacia la derecha y en general todo está donde debe estar. En teléfonos con más opciones de sensores habríamos agradecido otros modos dedicados pero la app del Motorola Defy hace que no se eche nada de menos en ella.
Estamos en una gama media y, por tanto, no esperábamos resultados mejores que los que hemos obtenido con este modelo de Motorola. Las fotografías de día son buenas, superiores a la media que solemos encontrarnos en este nivel de potencia, y además la velocidad de disparo es veloz, no así la velocidad de procesado una vez la hemos capturado. Esto último hace que la fotografía tarde un par de segundos en estar disponible en la galería, pero nada grave.
En cuanto la luz cae, sin embargo, sí que se aprecian las limitaciones de esta cámara pese a contar con una lente luminosa como la que porta. Aquí el ruido aparece más pronto que tarde y aunque agradecemos no tener algoritmos que conviertan las fotografías en acuarelas, sí que se nota una caída sensible en la calidad.
Toca hablar de la fotografía macro y toca de nuevo repetirnos con los comentarios realizados en otros análisis. Sí, el modo macro no funciona mal, ofreciendo buena separación entre planos, colorido y nitidez en los bordes. Contar con enfoque fijo hace también que sea complicado capturar la zona que queremos durante la fotografía por lo que los resultados están lejos de lo que cabría esperar. Quizá si el sensor hubiese crecido hasta los 5 megapíxeles habríamos tenido otras sensaciones.
Por último (hablando del equipo trasero), el Motorola Defy cuenta con la lente para desenfoques y, por tanto, con modo retrato. De nuevo nos encontramos con que las fotografías con buena luz son aceptables pero empeoran al caer la noche, pues es la cámara principal la encargada última de tomar la fotografía. En este caso, el procesado sí es rápido y no notamos apenas diferencia con las fotografías sin desenfoque, y la detección de bordes es correcta. En general, un buen modo con los defectos habituales de su nivel de precio.
Cerramos hablando de los selfies con el Motorola Defy, con un rendimiento aceptable gracias a sus 8 megapíxeles frontales pero sin nada que destacar. Buenos colores, buena detección de bordes y mayor velocidad a la hora de procesar las imágenes. De noche, de nuevo, vuelve a caer la calidad, como era de esperar. Pero estamos ante selfies poco destacables en líneas generales.
Motorola Defy, la opinión de Xataka Móvil
Hemos dicho en varias ocasiones que estamos ante un teléfono de línea media y como tal se ha comportado en casi todo excepto en la autonomía. El Motorola Defy nos ofrece todo lo necesario para que el teléfono opere de forma fluida y porta una pantalla que mantiene el nivel con respecto al resto del equipo y que adolece de pocos defectos. Quizá el más destacable sea el de su falta de brillo máximo.
En el día a día, el Motorola Defy se porta bastante bien incluso si nos dedicamos a jugar aunque sufre con los títulos más exigentes, y su excelente autonomía hará que nos podamos olvidar del enchufe durante muchas horas, lo que siempre es de agradecer. Sobre todo hablando de un teléfono cuya resistencia y durabilidad nos invita a llevarlo con nosotros de aventura, lejos de la corriente. Su punto fuerte.
Por último, en fotografía tenemos un teléfono que no destaca con ninguna de sus cámaras, ofreciendo un rendimiento medio en casi todos los aspectos. El principal problema que enfrentará este Motorola Defy al llegar al mercado será, como es habitual en los teléfonos reforzados, el de su precio. Hacer así de resistente un teléfono no es barato y es posible que sólo los usuarios acostumbrados a moverse en este nicho sepan apreciarlo. Veremos qué tal se porta.
7.7
A favor
- La autonomía es impresionante.
- Pese a no ir sobrado de potencia, la fluidez se nota.
- El diseño no es atractivo pero sí "a prueba de bombas"
En contra
- Android 10 no en septiembre de 2021: no.
- La pantalla necesita brillo y mejores ángulos de visión.
- El equipo de cámaras es demasiado gris.
Motorola Defy Smartphone Resistente (6.5" HD, IP68/IP69, Procesador Qualcomm, 5000 mAh batería, Android 10), Negro
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Motorola. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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